miércoles, 22 de diciembre de 2010

Plataforma (2)

La situación generada a partir de la decisión de apartar a Javier Soldevila de Plataforma de Gandia y situarlo como concejal no adscrito del Ayuntamiento, plantea dudas más que razonables sobre la justicia de la medida.
Para empezar porque, pese al informe del Secretario Municipal, no parece nada claro que pueda adoptarse tal decisión sobre la base de una comunicación del partido, ya que en todo caso otras fuentes apuntan a que esa cuestión sólo puede ser resuelta en el ámbito del grupo municipal y debe ser éste quien lo decida.
Más aún si, como asegura Soldevila, la comunicación hecha por el representante legal del partido al Ayuntamiento Pleno está plagada de imprecisiones cuando no de falsedades, extremos en todo caso desmentidos por el propio Fernando Mut.
Como quiera que sea, la situación ahora mismo es casi kafkiana, con un grupo de dos concejales partido en dos, pero en la que ambos continuan ostentando áreas de gestión en nombre del partido en el que fueron elegidos.
Sea como fuere, la situación de Plataforma no es hoy por hoy un ejemplo de convivencia entre quienes hasta no hace mucho lideraban el partido: las continuas críticas de Muit hacia Soldevila y las reacciones de este no hacen sino ahondar lo que ya parece un cisma sin vuelta atrás, seguramente porque los cálculos electorales de ambos son muy diversos y hasta enfrentados tras el Congreso del partido que dió por buena una renuncia que según asegura el concejal de Partocipación Ciudadana, éste no presentó, y porque según denunció las irregularidades del proceso son mayúsculas, cosa que Fernando Mut ha negado.
Como quiera que sea, no parece tampoco que el escrupuloso respeto mostrado por PSOE y Bloc frente al problema interno de PdG haya tenido igual tratamiento por parte del PP, cuyo portavoz, Arturo Torró, ha vuelto a las andadas de las descalificaciones políticas y personales de un partido que no es el suyo.
En medio de todo este lío, todo apunta a que las cosas acabarán en el juzgado, por parte de Soldevila y quienes le acompañan, toda vez que intentan restablecer la legalidad en la marcha del partido.
El cese fulminante del Jefe de Prensa, José Miguel Villar, adscrito a la línea del concejal crítico tampoco es un buen ejemplo de cómo hacer las cosas, máxime cuando su función, aunque política qué duda cabe, ha sido impecable en orden a atender los requerimientos de los medios de comunicación de la ciudad.
Y es que habrá que colegir que la situación de Plataforma de Gandia, no es precisamente un ejemplo de cómo resolver las diferencias en política. Con las elecciones a tiro de piedra.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Santa Anna - Simancas

La decisión de la Asociación de Vecinos de Santa Anna de volver a formar parte de la Junta de Distrito y a participar activamente en la vida asociativa de la ciudad, tras 12 largos años de ruptura con el Ayuntamiento, es a todas luces una buena noticia.
Durante este tiempo se han sucedido demasiados agravios entre las partes (o al menos leídos como tales por los actores) y enfrentamientos que no han sido para nada beneficiosos para el barrio, pero tampoco para la política local.
Ninguna de estas cosas han estado al margen del interés de la política, más bien al contrario, hubo quien en su día encontró en este asunto un buen filón para desgastar a un gobierno que durante años tampoco mostró gran capacidad de reacción.
Al margen de todo esto, sin embargo se siguió actuando en el barrio en cuanto a infraestructuras y, sobre todo, en el plan de erradicación de viviendas que más que tal denominación suponían casi chabolismo, con los problemas añadidos de seguridad ciudadana encuadrados en el tráfico de drogas o en el absentismo escolar.
Sea como fuere, lo bien cierto es que ahora Santa Anna se encuentra en una fase de total recuperación con la decidida actuación del Plan Urban que tiene como eje no sólo actuaciones urbanísticas sino parquización de la zona y otros elementos y espacios a tratar.
Ahora, tanto vecinos como ayuntamiento tienen una oportunidad única: no sólo la de reencontrarse en un espacio común de discusión y planteamiento de problemas, alternativas y soluciones, sino de reencauzar lo que nunca debió romperse, para bien de todos.
La otra noticia, la de que finalmente hay acuerdo con los tres vecinos que se oponían al derribo de Simancas, bien es verdad que tras algunas resoluciones judiciales, pone punto y final a un problema cuya dilación había entorpecido el desarrollo del proyecto.
Es decir que, superados los problemas habidos con la Consellería, que se negaba a incluir al barrio en el programa conjunto con el Ministerio ahora, que se supone absolutamente destrabado el proyecto, lo que los vecinos realojados esperan es que se cumplan los plazos establecidos y en un tiempo prudencial, se acabe la obra y puedan volver a las nuevas viviendas.
En suma, dos buenos pasos que alientan el futuro inmediato, y que en definitiva todos deberíamos saber aprovechar, máxime en tiempos como los que corren en que las noticias no suelen ser muy halagüeñas para nadie.
Lo que queda ahora es esperar que se cierre el círculo y finalmente, ambas cuestiones avancen por el camino de las concreciones.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Premio y tranvía

El anuncio de que Gandia ha sido distinguida con el Premio a la mejor ciudad comercial de España del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, viene a poner en su lugar un proyecto que continúa desarrollándose prácticamente desde hace década y media, cuando la capital de la Safor comenzó a invertir dinero público en el desarrollo de un sector que parecía amenazado por la irrupción de las grandes superficies y los cambios de hábitos de consumo del público. Consecuentemente, la iniciativa privada, de pequeños y medianos empresarios locales, acompañó decisivamente el proceso hasta convertir la ciudad su centro histórico y las áreas comerciales urbanas más próximas en un centro de atracción comercial de primer nivel, al punto que los estudios comerciales de mayor credibilidad la sitúan como la segunda sub área comercial de toda España, por encima de muchas capitales de provincia.
Un trabajo que ya en su día tuvo el mismo premio, en 1998, a la Cooperativa Comercial del Centre Històric, y que ahora no hace más que ratificar los avances habidos desde entonces hasta ahora, desde la idea del Centro Comercial Abierto, y en clara competencia con las grandes superficies instaladas en la periferia de la ciudad, lo que ha acabado conformando un modelo a veces discutido, pero a todas luces un claro exponente de una especialización que ha logrado superar todos los contratiempos, aún en tiempos de dura crisis como la que atraviesa ahora mismo la economía.
Y a todo esto, prácticamente el mismo día, se anuncia que un conglomerado de grandes empresas valencianas han decidido apostar por el Tranvía de Gandia a la Playa, en el momento de cerrar la admisión de ofertas para el proyecto.
De este modo, la oferta de estas cinco empresas, que ahora tendrá que pasar el examen de la mesa de contratación, apuesta por la construcción del segundo tramo de la infraestructura, más la gestión y explotación del servicio por los próximos cincuenta años, sin que ello le cueste a la ciudad ni un euro. Así, empiezan a despejarse las dudas que generó el proyecto, del que sólo resta que la Generalitat Valenciana adjudique la licitación del primer tramo del tranvía, por cuenta del Plan Confianza, cuya valoración ciudadana no ha sido la mejor por los errores de comunicación cometidos en su día.
Todo eso, siempre y cuando las trabas expresadas por el Conseller Mario Flores, discutidas por su compañero de filas Vicente Cotino, finalmente se resuelvan y acaben por poner en marcha las obras de una infraestructura de gran alcance para la ciudad en su vinculación con la playa, un tema -como tantos otros- que si se gestiona bien, acabará demostrando -esperemos- su utilidad al crecimiento estratégico de Gandia.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Plataforma

La crisis desatada en Plataforma de Gandia a raíz de su II Congreso plantea claramente una situación que venía incubándose desde hace tiempo. Nadie ignora que en la práctica, las diferencias entre Fernando Mut y Javier Soldevila tienen un origen cierto: la organización interna del partido y los movimientos producidos en los últimos meses para reeemplazar a personas que habían acompañado al líder de la formación en la “travesía del desierto” tras su defenestración del PP hace casi cuatro años, incorporando a otras cuya virtualidad política se ve, cuando menos, como discutible por parte de los críticos.
Es decir, centrando el tema, no existen en esta crisis elementos que permitan confirmar diferencias de estrategia política respecto del gobierno local, del cual PdG participa como socio minoritario, ni tampoco aquellas que podrían denominarse “ideológicas”.
Por lo tanto, se trata de una cuestión que tiene que resolver, lisa y llanamente, el propio partido, porque es un asunto exclusivamente interno.
Pero no hay que obviar varias cuestiones conexas a esta situación y la primera no es la menos importante: ¿cómo influirá esto en la marcha del gobierno municipal a poco más de cinco meses de las próximas elecciones locales?. En principio, a estar por lo que los principales protagonistas de la crisis, Mut y Soldevila, han dicho, no debería ocurrir nada nuevo ni modificar en todo o en parte lo que hasta ahora ha venido funcionando aceptablemente bien, independientemente de las valoraciones que puedan hacerse sobre la tarea de gobierno. Pero, nadie es tan inocente como para creer que en política las cosas pasan porque sí y que lo que hoy es de un color, mañana pueda ser de otro.
No obstante, la segunda cuestión es también capital: ¿afectará esta crisis las posibilidades electorales de Plataforma? Esa pregunta no tiene respuesta hoy, pero lo bien cierto es que ahora Fernando Mut deberá hacer un esfuerzo superior para seguir contando con el apoyo de un electorado que le permitió obtener dos concejales y un triunfo personal importante. El PP de Gandia, no hay que olvidarlo, sueña con recuperar parte de ese electorado que perdió, no sólo por la presencia de Mut en una candidatura independiente, sino además por el trabajo de las personas que le acompañaban y, todo hay que decirlo, por la pésima gestión electoral realizada por su líder, Arturo Torró.
Sea como fuere, son demasiadas incógnitas las que hay que despejar en los próximos días y no será la menor la “aceptación” de la supuesta renuncia de Soldevila como militante y Secretario General de PdG, una renuncia que éste asegura no haber presentado y que Mut sostiene que le fue comunicada 24 horas antes del congreso.
De ahí que ahora se pida la devolución de acta de concejal a quien no parece que se lo haya siquiera planteado por una simple cuestión de coherencia.

jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Vecinos o políticos?

Que ocho asociaciones de vecinos de la ciudad hayan planteado su malestar con la presidenta de la Federación Local a la que exigen la convocatoria de una asamblea extraordinaria “por incumplimiento de los estatutos de la entidad”, y que lo hagan además en el momento de la celebración anual de la semana vecinal, no es un dato menor. Bien al contrario, es una ofensiva en toda regla provocada precisamente en la fecha más inoportuna, pero a la vez, demuestra un grado de confrontación dentro del ente que hace pensar en la existencia de motivaciones ajenas al mundo vecinal.
Pero también en que algo está fallando, otra vez, en la vida de entidades que en teoría representan a los 80.000 vecinos de la ciudad. Porque entre otras cosas, asociaciones que en el papel representan a una decena de miles de vecinos, no pueden resolver la papeleta con asambleas donde a lo sumo acuden 100 personas, o con afiliaciones que no superan los cuatro centenares de socios.
Es verdad que el bajo compromiso de los ciudadanos con la vida pública común, es el caso sindicatos y partidos, es muy bajo, lo que acaba siendo una rémora para la representatividad esgrimida muchas veces como fundamento para las reivindicaciones más justas.
Otra cosa es lo que periódicamente se observa dentro del movimiento vecinal que, todo hay que decirlo, es objeto de manipulación política por parte de los partidos, pero también porque sus propios dirigentes, en muchos casos, se prestan a este tipo de movimientos porque su aspiración pasa por hacerse un hueco en alguna lista electoral. También los ha habido y los hay que ejercen sin ningún reparo funciones ejecutivas en las asociaciones o en la propia Federación mientras que a la vez son miembros activos de algunos partidos. Y no es que tal actitud pueda parecer indecorosa: sólo lo es cuando de manera poco elegante -por decirlo de algún modo- se utilizan argumentarios partidistas trasladándolos a la vida vecinal.
Esto sin hablar de quienes, no logrados sus objetivos políticos, acaban haciendo de su representatividad un trapicheo de siglas y saltos ideológicos que ruborizarían a cualquier persona con sentido común.
Esta situación no es nueva, demasiados antecedentes existen en la historia reciente de la ciudad, pero está bien claro que no se puede seguir por este camino, que lleva al descrédito del mundo asociativo vecinal.
Por lo pronto, lo que la Federación debe hacer es convocar cuanto antes la asamblea demandada y despejar todas las cuestiones planteadas, so pena de convertir la entidad en un remedo de la política del peor estilo, como se está viendo, lamentablemente en estos tiempos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Paisaje desolador

Sólo unos pocos datos permiten afirmar que los presupuestos para el 2011 de la Generalitat Valenciana en lo referido a la Safor, que no hay un duro en las arcas de la administración autonómica.
Si se considera que del total de 28 millones de euros dedicados a la comarca, 22 de ellos van directamente a acabar el nuevo hospital comarcal, el resto son “pecata minuta” distribuidos entre varias obras que no acaban de estar claras.
Para empezar, cuestiones tan elementales como la ronda perimetral sur de Tavernes de Valldigna, se quedan fuera sin dotación económica para este año próximo pese a que se viene reclamando desde hace seis. Miles de vehículos tendrán que seguir atravesando diariamente el casco urbano de la tercera ciudad de la comarca con lo que esto significa de padecimiento para los vecinos y los propios ocupantes de coches, camiones y autobuses.
Tampoco se destina un euro a una de las reivindicaciones más señaladas de Oliva, como es el centro de Salud de Sant Francesc, cuando desde hace años la Generalitat ya dispone de los terrenos cedidos por el ayuntamiento.
En el caso de Gandia la cuestión es más flagrante, aún si cabe, ya que del Palacio de Justicia que debía construirse en Santa Anna, no se tienen noticias mientras que el retén de la Policía Local, ante la imposibilidad de desocupar los actuales juzgados, deberá construirse (a cargo del erario local) sobre la actual área de aparcamiento de la zona.
Es evidente que la crisis está pasando factura a las administraciones, que los recortes operan casi más por imposición de la realidad que por decreto del gobierno, pero lo que ya no se entiende es que aún se insista en la realización de “grandes eventos” que como la Fórmula 1 absorben ingentes cantidades de dinero público sin que se vea compensado por algún rédito particular. Para más desazón, el coste de tal evento sigue siendo un secreto por mor de la “confidencialidad” de los contratos firmados, sin que ni las Cortes Valencianas puedan auditar esas cuentas.
Y es que en medio de este panorama, donde se ha llegado a anunciar que la administración de Correos ha suspendido el servicio a la Generalitat por falta de pago, poco o nada más se puede decir.
Simplemente, la Safor se ha quedado un año más sin las inversiones prometidas. Mientras, el Gobierno de España, ha anunciado unos 58 millones de euros para este próximo ejercicio, casi todos ellos en infraestructuras, es decir el doble que el gobierno valenciano, aunque también los recortes han obrado en algunas de ellas, como la variante sur, que languidece con una nueva partida de estudios, aumentada a 300.000 euros por una enmienda del grupo socialista.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Juzgados

La Generalitat Valenciana está incumpliendo la gran mayoría de los compromisos asumidos con la ciudadanía de la Safor, en cuanto a inversiones y servicios se refiere. No de otro modo puede juzgarse lo que esta misma semana se ha sabido de las inversiones previstas por el gobierno autonómico para el ejercicio de 2011, cuyo recorte es, simplemente, escandaloso.
Y en esa línea, más allá de la “desinversión” en infraestructuras viales, salta notoriamente el tema de la justicia, con el abandono del proyecto del traslado de los juzgados de Gandia a la zona de Santa Anna al denominado Palacio de Justicia y, por no ser menos, la no dotación del nuevo juzgado, el sexto de primera instancia, creado por el Ministerio de Justicia.
Los propios sindicatos han denunciado esta situación, advirtiendo que el 30 de diciembre próximo, no existirá tal dependencia por falta de locales y de personal adscripto al mismo, lo que agravará aún más la situación de saturación de la justicia en la comarca.
Pero hay más: según fuentes de los juzgados de Gandia, la situación ha llegado al punto de que no existe saldo en la partida de gastos generales, por lo que en las próximas semanas no habrá ni papel para trabajar. Se cuenta ya con la advertencia de que una vez se agoten las existencias de útiles de trabajo tan esenciales y elementales como bolígrafos, toner de impresoras, etc, no serán repuestos, por lo que ya se puede avizorar un panorama especialmente catastrófico: los juzgados de Gandia no podrán funcionar por falta de estos materiales.
Y, mientras tanto, la Consellera de Justicia, en su última visita a los juzgados de la capital de la Safor acudió con una comitiva que ocupaba cuatro coches de alta gama, que permanecieron todo el tiempo de la visita en marcha, para que el aire acondicionado continuara refrigerando los vehículos...
Es obvio que la crisis obliga a muchos recortes y, sin entrar en más detalles, habrá que puntualizar que la Comunidad Valenciana es la más endeudada de España, que sus bonos de deuda se han colocado a los precios más altos del mercado por la baja confianza existente en su cumplimiento, y que eso también, seguimos empeñados en ofrecer grandes fastos de costes multimillonarios sin que nadie haya podido probar un retorno por lo menos equivalente al dinero público gastado en ellos.
Sin ir más lejos, el coste de la visita papal a Valencia, duplica como mínimo, el coste que tiene, este mismo fin de semana, la llegada de Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona. Eso sí, allí no hay intermediarios de la trama Gürtel para aumentar el precio de las cosas. Y así nos va.

jueves, 28 de octubre de 2010

Tele 7

Finalmente, como ya se sabe, la Generalitat Valenciana ha hecho aquello que se venía anunciando desde hace meses en esta revista: ha adjudicado los tres canales de TDT privados de la comarca a otras tantas empresas, al menos dos de las cuales cuentan con conexiones más que evidentes con el PP, mientras deja en el limbo y bajo amenaza de sanción, a la única señal que está obligada a conceder, la de propiedad pública de los ayuntamientos de Gandia y Oliva.
Con esta resolución, el Consell consagra lo que ya era una evidencia y un clamor público, es decir apuntar a sus amigos en la concesión de medios de comunicación cuyo carácter de servicio público les obligaría a ser por lo menos más cuidadosos en las formas, cosa que no han hecho sino más bien al contrario se ha reincidido en la vergonzosa estrategia de privilegiar a los suyos.
Y no es la menor de todas estas arbitrariedades haber dejado fuera de la licitación, con argumentos más bien vergonzantes, a otras tres ofertas en el primer estadio del concurso. Lo bien cierto es que ya se sabe que una de estas empresas perjudicadas planteará probablemente en los próximos días una acción judicial cuyo alcance está por ver, mientras las otras dos ofertas rechazadas (de una misma empresa local) han abandonado su intención de recurrir.
Sea como fuere, lo peor de toda esta historia es que el Consell adjudica provisionalmente, es verdad, dos de esas señales a empresas cuyas vinculaciones con el PP y con algunos de los escándalos de corrupción más sonados en la Comunidad Valenciana, es más que evidente.
Por otra parte, se entiende la alegría que Director de Tele 7 Safor, expresa en un comunicado por la concesión obtenida, como no podía ser de otra manera, pero lo bien cierto es que después de tantas explicaciones, el señor Codina sigue sin decir lo más importante de toda esta historia: ¿quién o quiénes conforman la sociedad Inversiones Especiales del Mediterráneo adjudicataria de la señal de Tele 7? Y es que, como todos sabemos, detrás de él está el portavoz del PP de Gandia, Arturo Torró. Seguramente, admitir esto, que todo el mundo sabe, no les favorece en tanto y en cuanto sólo haría que certificar lo que toda Gandia sospecha. Algo turbio debe haber cuando no se es capaz de asumir la verdadera propiedad de la emisora “premiada” con una licencia de TDT.
Sea como fuere, la Generalitat Valenciana, después de consumada esta anormalidad democrática y patrimonial, debería aventar toda sospecha respecto a su verdadero propósito: facilitar que de cara a la campaña electoral, sólo pueda verse una única señal, la suya. Para ello haría falta que concediera de una vez por todas, la licencia obligatoria a la televisión pública. Por higiene democrática y por aquello de la pluralidad. Pero es difícil, casi imposible, que lo entiendan.

jueves, 21 de octubre de 2010

El crucero

Sobre el “Creuer dels Borja” se ha dicho mucho estos días y más que se seguirá diciendo en los próximos. Para empezar, lo dicho dicho está, y pocas cosas podrán cambiar nuestra opinión e información de la pasada semana a menos que se demuestre lo contrario y de eso, por ahora, no ha habido nada: ni las “largas cambiadas” para explicar el fracaso, ni las excusas con que se intenta disfrazar una idea que nació mal, se desarrolló mal y acabó como todos sabemos.
Que ahora se pretenda disimular todo bajo el manto de “lo bien que se lo pasó la gente en el crucero”, es cuando menos, sonrojante: qué menos que alguien que ha contratado un crucero todo incluido se lo pase bien a bordo; pero para eso no hacía falta buscarle el disfraz de un viaje temático de los Borja y promocional de Gandia. Bastaba con contratar un barco por parte del ayuntamiento y ya está. Seguramente nos habríamos ahorrado todas estas historias.
Porque el objetivo principal del viaje no sólo no se ha conseguido sino que ha quedado reducido a la categoría de anécdota toda vez que la participación de los viajeros en los actos programados ha sido más que escasa, por no hablar de la “trascendencia” lograda en Italia con la marca Gandia como ciudad borgiana, equivalente a cero.
Esto sin recordar que la última escala en Barcelona fue muy del tipo: sólo la comitiva oficial (y no toda) asistió a mirar una exposición sobre los Borja... inaugurada hace semanas.
Tal vez ésta sea la razón por la que la difusión del número de “Gente” a través de Internet en la expedición fuera todo un impacto, lo que algunos aprovecharon para afirmar cosas que esta revista no había dicho, porque en definitiva sólo pretendían desviar la atención de la crítica principal.
Sea como fuere, en este número se muestra un amplio resumen de lo acontecido, entre la crónica rosa y la información más seria, que de todo ha habido en el “Grand Holiday”, además de la gente a la que no se cumplió con las excursiones prometidas, “audiencia con el Papa” incluida (en algún caso les devolvieron el dinero por parte de la naviera). Otros muchos disfrutaron de la compañía de más de 1.000 gandienses, se divirtieron con ello y disfrutaron de seis días (menos los del temporal no achacable a nadie) de “vacaciones en el mar”.
Si se hubiese dicho que se trataba de esto último, tal vez no hubiera hecho falta ninguna iniciativa municipal que lo cubriera y, mucho más importante, para algunos de los que fueron en calidad de organizadores, comitiva oficial o invitados, ninguna crítica.

jueves, 14 de octubre de 2010

Un pobre crucero

La decisión adoptada en su día por el Ayuntamiento de Gandia de realizar un crucero charter por una “ruta de los Borja”, se ha revelado en su concreción como una idea a la que no se ha dado una organización equivalente a su proclamada importancia.
La suma de detalles, pequeños y de los otros, que han fallado es demasiada como para obviar que la mayoría de los viajeros embarcados han vivido con una cierta decepción la oferta que se les realizaba. Por cierto, el Gran Holiday es propiedad de Iberocruceros, una compañía mediocre plagada de reclamaciones de cruceristas según se consulte cualquier página web dedicada a estos menesteres.
Desde el embarque, realizado de manera improvisada en Valencia después de unas pobres excusas sobre la fuerza del viento que soplaría en Gandia a la hora prevista de salida, hasta la llegada tres horas después de lo previsto desde Barcelona, hasta las actividades temáticas con escasa asistencia de público salvo alguna excepción. Para remate de la historia, la llegada tardía de unos 250 gandienses para la Audiencia General de los miércoles del Papa, con el colofón del total silencio de Benedicto XVI a la figura de los Borja resuelta con una bienvenida a los “peregrinos de Gandia”, unos más entre el extenso listado de grupos presentes en la Plaza de San Pedro.
Puede que este resumen no sea del todo justo con lo sucedido a bordo de este barco, pero desde su génesis el viaje ha tenido un más que pobre planteamiento cuyos resultados saltan a la vista, restando ahora el más que seguro enfrentamiento político que se sucederá con el pedido de explicaciones a la organización municipal.
A esto se agrega la nula importancia que se le dio a la prensa invitada al viaje, a quienes se dejó sin comunicación con sus redacciones durante 36 horas, además de otras minucias como tener que improvisar una sala de prensa en el Alguer ante la demanda de los periodistas o como no haber previsto acreditaciones para algún medio en la zona reservada a la prensa en la Plaza de San Pedro.
Por lo demás, las promesas de los embajadores españoles ante la República de Italia y la Santa Sede “de trabajar en el futuro para apoyar iniciativas de este tipo” no dejan de ser un escaso saldo de la promoción de Gandia en Roma.
Sea como fuere, seguramente habrá quien haya disfrutado del viaje por que simplemente se dedicó a hacer lo que toca en este tipo de viajes, es decir, aprovechar las escalas para hacer turismo por su cuenta (el precio de las excursiones “oficiales” del barco era prohibitivo) y aprovechar las instalaciones y actividades propias de un crucero.
Sobre todo, aquellos que compraron su billete a última hora a precios de saldo en flagrante agravio comparativo con quienes se apuntaron desde el primer momento.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Feria y TV

La ciudad ya está acostumbrada a que su “Fira i Festes” sea en sí misma una demostración de participación cuya principal ancla está situada en la oferta que brinda al público. Y este año no sólo no ha sido una excepción, sino que probablemente sea lo único que pueda echársele en cara: que los espacios físicos se quedan pequeños para atender la demanda de miles de personas, al punto que quizás haya sido esta edición la más participativa de la historia.
Pero en todo caso, esa misma habituación lleva a que la sorpresa salte en el momento menos esperado y de esos, esta feria de Gandia ha tenido muchos: sin duda, el más espectacular de todos, la actuación de “Comediants” que con su obra “Dimonis”, dejó en la ciudad el mejor “correfocs” de todos los tiempos al que el público respondió con una asistencia masiva a una demostración de altísima calidad teatral, por contenido y escenografía.
Y después, la calle con un maremágnum de acciones artísticas de primer nivel, cuál de ellas más curiosa, sin dejar para nada el espacio de las plazas, a tope de público para seguir la música o los bailes étnicos, los espectáculos “retro”, o los más avanzados. Una mezcla casi perfecta de oferta, donde tal vez la única discusión se centre en la falta de conciertos de primera fila para la gente más joven, sabedores de que en época de crisis, no se está para unas pocas contrataciones millonarias que obliguen a disminuir la oferta general.
Ciento cincuenta y dos actuaciones para más de 150.000 personas en cuatro días no parecen números menores, en un año que el 500º Aniversario de Sant Francesc de Borja marcaba algunos de los principales contenidos de la fiesta.
Pero en medio de todo este panorama, la nota desagradable, preocupante y hasta miserable, la dieron quienes, ignorantes de la democracia y el derecho, boicotearon la señal de Gandia TV en TDT, privando a miles de televidentes de su oportunidad de asistir en directo a la Feria. Las implicaciones jurídicas y hasta penales que pueda tener este asunto, se verán en los próximos días, pero no parece que ni el Director de Tele 7, Pepe Codina, ni su mentor, Arturo Torró, hayan tenido agallas suficientes para aclarar la denuncia de que la señal que interfería GTV, partía de su poste de emisión en el Mondúver.
Por mucho que se empeñen en desviar la atención, el hecho cierto es que se asistió a un acto de piratería cuya naturaleza misma da cuenta del talante profundo que anima a una empresa privada que alguna vez tendrá que explicar por qué oculta a su verdadero propietario haciendo cada vez más sospechoso su exacto objetivo. Y también el silencio de algunos otros.
La feria un éxito, lo otro, un acto miserable.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La huelga

Entre la disparidad de datos sobre el seguimiento de la huelga general de este miércoles, aflora el sentimiento de que nada ha cambiado. Es verdad, según las cifras ofrecidas por los sindicatos, la patronal y los gobiernos municipales de la comarca, el día de paro se resolvió con una incidencia superior en la industria, menor en los servicios públicos, como sanidad o educación, y apenas testimonialmente en el ámbito de los servicios y el comercio.
Lo más importante, con todo, es la ausencia comprobada de desórdenes o incidentes de relevancia en la comarca.
Como quiera que sea, habrá que interrogarse el día después el por qué de estos datos, casi calcados a lo ocurrido en las grandes concentraciones industriales y urbanas de toda España, y más que todo eso, acerca de qué puede esperarse a partir de ahora, cuando el gobierno ya ha dicho que no revisará las medidas adoptadas en torno a la reforma laboral y deja apenas una pequeña puerta abierta a la modificación de las pensiones en cuanto se refiere a la edad de jubilación.
Sea como fuere, lo bien cierto es que el impacto de la movilización sindical parece haber sido menor en tanto y en cuanto los factores que han incidido en su plasmación van desde el “temor de los trabajadores a perder su puesto de trabajo”, a la campaña despiadada contra los sindicatos promovida desde las usinas “informativas” de la derecha, pasando por la actitud del gobierno de Zapatero “respetuoso” con el derecho constitucional de huelga sin saber muy bien de qué lado estaba y los sindicatos a quienes se les reclama una actitud que debería haberse anticipado a los acontecimientos.
El día después, estamos como hace dos: con una tasa de paro escalofriante, con las pequeñas y medianas empresas sin acceso al crédito que les permita evolucionar, con una generación de jóvenes ( la más preparada de nuestra historia) sin acceso al mercado laboral y (lo más llamativo y doloroso) con los verdaderos culpables de la crisis (el poder financiero, eso que algunos llaman pomposamente “los mercados”) campando a sus anchas.
Sea como fuere es preciso, ahora más que nunca, que las fuerzas progresistas de este país, se sienten a dialogar. Partidos, sindicatos y organizaciones sociales diversas, deberían ser capaces de establecer unos mínimos de acuerdo sobre los temas aún pendientes, que no son pocos ni leves, toda vez que la derecha (a quien este gobierno se ha subordinado en cuanto a programa económico) se complace ante el panorama catastrófico que pinta cada día, eso sí, sin proponer ni una sola medida frente a la crisis, camino de ocupar el gobierno de manera inexorable en 2012.
Esto es lo que deja, poca cosa, la huelga general.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Confusión

Entre el aumento de las tarifas del agua potable y el ranking del endeudamiento municipal, este último con el añadido del “cierre” del crédito a aquellos ayuntamientos que superen el 75% de su presupuesto corriente en deuda, al gobierno de Gandia le han caído encima dos cuestiones que deberían explicarse de forma palmaria a los ciudadanos.
No tanto ya por las críticas de la oposición, que para eso está, sino porque la confusión es may´úscula tanto en uno como en otro caso: por decir algo, en el caso de la tarifa de agua potable, hay quien dice (el PP) que el aumento es de entre un 200 y un 400%, mientras que otros (el gobierno) asegura que no supera los tres euros por familia.
¿Quién tiene razón? Independientemente de cómo se saquen las cuentas, si se incluye, por ejemplo la subida del IVA o no, lo bien cierto es que el tema es complejo toda vez que la explicación ha sido en orden al plan de inversiones de mejora de la red en los próximos años, mientras que para la oposición “el despilfarro” del cánon de la adjudicación (cincuenta y cinco millones de euros) es el causante del aumento “desmedido” de la factura.
Sea como fuere, este no es un tema neor , por lo que sería de exigir a todas las partes claridad y ajuste a la realidad en la información que se proporciona.
En cuanto al tema del endeudamiento municipal, por el que el tope para pedir nuevos créditos está en el 75% del presupuesto corriente, dispuesto por el Ministerio de Economía y Hacienda, más de lo mismo.
Según la página web del organismo central, la deuda viva del Ayuntamiento de Gandia a 31 de diciembre de 2009, era del 67%, mientras que en otras publicaciones se habla de importes del 127%, en algún caso o del 117% en otros.
Lo bien cierto es que en la comarca los casos similares se repiten como, según a quien se consulte, Oliva y Tavernes -por ejemplo- también aparecen con datos no contrastados del todo.
Lo bien cierto es que alguna cosa está fallando a la hora de contabilizar la deuda, tal vez las fechas tomadas como referencia, o tal vez -porque nos ha sido imposible saberlo con exactitud- si en esa deuda se suman los datos de empresas públicas, como en Gandia, o vaya a saberse por qué (Oliva y Tavernes).
Urge pues una aclaración completa del tema, dado que representa hoy por hoy un motivo de preocupación para los ciudadanos, o una herramienta para hacer frente a la crisis, según se mire.
Eso por no hablar de las contradicciones y “erratas” del Ministerio respecto a este tema... y tantos otros.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

La ley del embudo

La remodelación del gobierno municipal, ajustada por el alcalde a algunos retoques que no esconden el propósito de mejorar la disposición de su partido, el PSOE, para hacer frente a la campaña electoral, ha derivado en una nueva polémica a cuenta de una denunciada “incompatibilidad” de algunos cargos con el desempeño de responsabilidades en colectivos sociales.
Es el caso, denunciado por el PP, del nuevo Jefe de Gabinete de Alcaldía y del secretario del alcalde, Jesús Ribes y José Más, respectivamente. Al primero se le exige que deje la presidencia de la Asociación de Vecinos de Benipeixcar y al segundo, la Secretaría de la Junta Local Fallera, con el argumento de que estarían contaminando bajo su politización, ambos colectivos.
Al respecto, tanto una como otra asociación han dado ya acabada respuesta a las exigencias del PP, a las que se sumó el Bloc, rechazando las pretensiones de ambos partidos y defendiendo la independencia y capacidad de las dos personas cuestionadas.
La interdidicción (veto) planteado por la oposición municipal haciendo de esto una causa “moral” como se ha dicho, es cuando menos muy poco coherente, si se observan algunos antecedentes que vienen al caso: el propio líder del PP, ahora exigente faro de la moralidad de los demás, continuó ocupando su cargo de Presidente del Centre Histórico y Comercial, pese a ser candidato de su partido a la alcaldía de Gandia, por lo que habrá que colegir por sus propias palabras que el hecho constituye una “grave falta a la ética y la moral política”. Todo eso sin contar que tardó más de un año en hacer efectiva su renuncia, es decir, cuando ya era concejal del Ayuntamiento.
Tampoco resistiría la comparación con Jesús García Cánoves, a la sazón hoy Presidente de la JLF, quien compatibilizó su cargo de Secretario del organismo con su condición de concejal por el Bloc en el Ayuntamiento de Gandia. Y es que el caso da para mucho más, inclusive en la actualidad. En caso de aplicarse el criterio de Torró y Moya, al parecer sobrevenido ahora pero no explicitado hace tiempo. Lo bien cierto es que la lista de personas con cargos políticos de relevancia y a la vez, con representación en diversos colectivos de la ciudad en la actualidad es bastante más extensa de lo que se imagina.
Aún así, por no ir más lejos, la medida que se intenta ahora poner en marcha para el futuro debería sólo limitarse a aquellos que, postulándose al acta de concejal, ocupen cargos en asociaciones ciudadanas. Porque de lo contrario, se estaría limitando el principal derecho de cualquier ciudadano, el de elegir y ser elegido o el de participar en la vida pública. Todo un despropósito.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Dar la nota

Entre las características distintivas de la cultura valenciana, qué duda cabe que la música es una de sus claves más señaladas. Tanto, que el movimiento ciudadano enrolado en la formación musical es uno de lo más importantes del mundo, si se consideran los datos que repetitivamente se han venido dando a conocer a lo largo de muchísimos años.
Y es que cuesta trabajo encontrar algún pueblo de la Comunidad Valenciana donde no exista al menos una pequeña banda de música que lleva asociado el trabajo de instrucción y fomento de la práctica del arte.
Sin embargo, la Generalitat Valenciana que bajo el gobierno del PP tanto ha presumido de su impulso, acaba de dar un corte brutal a los fondos de subvenciones destinadas a la formación, difusión, producción y asociacionismo del mundo musical vernáculo.
A tal punto han llegado las cosas, que la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, que agrupa a varios centenares de bandas, sociedades y conservatorios, ha llegado a decir en un comunicado que “después de los antecedentes de pasados contactos con miembros del Consell, el Gobierno Valenciano carece en estos momentos de credibilidad para los representantes de las sociedades musicales”, una frase que no esconde en absoluto el malestar creado por los recortes generados por la Generalitat, sin descartar movilizaciones y otras acciones de protesta que, si el Conseller de Gobernación, Serafín Castellanos, no lo remedia, serán la marca de este curso.
En la Safor, por ejemplo, el recorte implica una disminución de las ayudas de este año de un 57% respecto al curso pasado, lo que pone seriamente en duda la continuidad de muchos centros y escuelas de música, según lo expresaba con datos en la mano el secretario General del Bloc, Enric Morera, quien además acusaba al PP de que “con el recorte, este gobierno de pijos de derechas ha puesto en peligro los puestos de trabajo de 2.100 maestros de música, el futuro de un patrimonio que agrupa a más de 40.000 músicos y 60.000 alumnos”.
Eso sí, la política de relumbrón de la Generalitat por ejemplo, se ha gastado cantidades desconocidas de dinero en un edificio, el Palau de les Arts, supuesta sede de la ópera, que además de inundarse inoportunamente, con un escenario al que le da por hundirse cada tanto, es una de las peores salas de ópera de Europa ya que más del 22% de sus butacas son “ciegas”, es decir que quienes las ocupan no pueden ver total o parcialmente el espectáculo. Mientras tanto, se corta por lo más fácil, es decir por la formación básica de alumnado que ahora se verá sujeto a las aportaciones que puedan hacer sólo los ayuntamientos y las propias sociedades musicales, es decir, padres de los estudiantes.
Esto es lo que se llama dar la nota.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Turistas

El estudio realizado por la Universidad Politécnica de Valencia, encargado por la empresa mixta Gandia Protur, es un elemento al que habrá que darle la importancia que se merece, toda vez que es el primero de esta naturaleza, realizado con métodos científicos, que aporta una mayor claridad para la comprensión acerca de una de las ramas principales de nuestra economía.
Tal vez, la principal incógnita a despejar continúe siendo el peso específico de este sector, el de los propietarios de apartamentos en la playa de Gandia, respecto del total de visitantes, pero como bien se dice por uno de los profesores autores del trabajo “los datos hoteleros no siempre son aplicables a todo el turismo de la ciudad”. De ahí la importancia de este estudio que viene a poner negro sobre blanco, algunas evidencias hasta ahora no contrastadas del todo: por lo pronto el nivel de formación de estos visitantes es muy superior a la media del resto de veraneantes, igual que sucede con los ingresos medios declarados.
Otro dato singular es el del gasto medio diario por familia, unos 34 euros, bastante superior al supuesto hasta ahora y, sobre todo, la media de extensión y por lo tanto de ocupación de sus apartamentos es mucho más notable que la de otro tipo de turistas: prácticamente es un mes, la valoración más alta de permanencia que se conozca.
Si esto es así, la ruptura de algún estereotipo creado a lo largo de muchos años, es notable toda vez que algún lugar común hacía responsable a este sector de un muy reducido gasto, sin considerar tal vez, que la propia inversión realizada en la propiedad del apartamento, le hace ser “cautivo” del destino donde tiene la segunda vivienda.
Esta última consideración supone un cambio fundamental en la imagen que se tiene de este turista, al punto que las instituciones deberían ocuparse en profundidad de satisfacer y, finalmente, fidelizarlo aún más si cabe.
Del trabajo realizado con entrevistas de campo a turistas, agentes sociales locales del sector y discusión temática, se desprende otro dato fundamental: son el principal cliente del sector de la hostelería de la playa entre el público turístico, un dato que por sí solo, debería llamar la atención sobre el tipo de promoción que se hace a la hora de captar nuevos visitantes y consumidores.
Lo bien cierto es que el tan denostado “turismo de segunda residencia”, logra en este estudio un valor que hasta ahora no tenía en el imaginario público local, lo que sin duda constituye una buena noticia, pero aún más, la clave de buena parte de la industria turística local.

jueves, 12 de agosto de 2010

El inventor de la pólvora

Esta misma semana la totalidad de concejales del Ayuntamiento de Gandia cumplía con la resolución del plenario por el cual se obligaban a presentar sus declaraciones de renta, bienes y patrimonio, así como la de sus cónyuges. El último en hacerlo fue el portavoz del Grupo Popular, Arturo Torró, quien declaraba unos ingresos en 2009 de casi 148.000 euros.
En realidad toda la polémica la generó el propio portavoz del PP, quien hace un mes puso en duda la “transparencia” del Alcalde de Gandia, que había publicado por segundo año consecutivo su declaración de renta, reclamándole que también hiciera pública la declaración de “su señora”.
El mismo día del plenario Orengo daba a conocer el documento de su esposa, la periodista María Fuster, tras lo cual el PP se descolgó con la solicitud de que fueran todos los miembros del gobierno municipal y sus cónyuges quienes hicieran pública su declaración de renta ante Hacienda.
Una enmienda presentada por el PSOE, aprobada por PSOE, PP y Bloc, con la oposición de Plataforma de Gandia, extendió tal obligación a la totalidad de concejales del Ayuntamiento de Gandia, con lo que “huida hacia adelante” de Torró ha provocado que finalmente cualquier ciudadano pueda conocer no sólo los ingresos de los concejales y sus cónyuges, sino también su declaración de bienes, patrimonio, participaciones en empresas, etc.
Así las cosas, la solución adoptada va mucho más allá de lo que hasta ahora era preceptivo según la ley, que los cargos electos declararan ante el Secretario General Municipal sus bienes al comienzo de la legeislatura y al final de la misma.
Pero lo que subyace en toda esta cuestión es lo verdaderamente preocupante: la insistencia de la rumurología, la insidia y hasta la calumnia con que un grupo político, el PP, ha venido utilizando respecto de sus adversarios, eso sí, exhibiendo medias verdades o filtrando supuestas situaciones personales y familiares tal como denunció públicamente el Alcalde.
Y en este plano, las palabras de Fernando Mut, líder de Plataforma, son esclarecedoras: “en 12 años en los que he trabajando en el ayuntamiento, una situación como ésta, no se había producido nunca. Poner en duda la honestidad de las personas es deplorable”. Tras lo cual, aún votando en contra del acuerdo, señaló que “seré el primero en cumplir con mi obligación”.
De la génesis de este episodio se desprende a las claras quién ha estado jugando con fuego, y en ese sentido viene muy bien la frase que decía aquello de que “el inventor de la pólvora, murió quemado”.
Lo peor de todo es que el asunto no parece cerrado ni mucho menos.

jueves, 5 de agosto de 2010

Empresa y tranvía

El anuncio del Gobierno Municipal de Gandia sobre la creación de una nueva empresa mixta que se ocupe de los servicios públicos de la ciudad, que se verá seguramente reafirmado con el inicio del trámite en el plenario extraordinario de hoy viernes, constituye un paso a todas luces interesante en la forma de prestar esos servicios a la población.
Se asegura por parte del gobierno que tal idea, podría llegar a rebajar los costes de las diez contratas que se incluirán en el objeto social de la empresa en un 15%, a la vez que se pone el acento en la mejora en la prestación, así como en la modernización de esos servicios.
Sea como fuere, desde el punto de vista de quienes creemos en la necesidad de lo público frente a la privatización rampante que se ha instalado en toda Europa en los últimos 15 años, no acaba de casar la idea de que en la futura empresa, el Ayuntamiento de Gandia, no tenga la mayoría suficiente para imponer su criterio societario, a menos que en los datos que desconocemos (y que se sabrán una vez se abra el concurso para optar a formar parte de la misma) existan razones sobradas (grandes inversiones por ejemplo) para elegir ese camino.
No obstante, la idea en sí no parece mala en tanto y en cuanto apunta a reunir bajo el mismo paraguas todas aquellas cuestiones que hoy funcionan por separado y que tienen un denominador común: servicios al ciudadano como son la recogida y tratamiento de basuras, mantenimientos varios como el mobiliario urbano, parques y jardines, alumbrado público etc.
Si lo que se está pensando es en una economía de escala y su consiguiente mejora en efectividad y precio, no habrá que darle más vueltas, siempre y cuando las salvaguardas de aspectos cruciales como son la conservación de los puestos de trabajo y los derechos adquiridos, estén claras.
La otra cuestión, el tranvía, parece encaminarse a una solución concesional por cuarenta años, que permita a la ciudad contra con un servicio de transporte que vincule la playa, desde su final, hasta el centro de Gandia. Una obra, convengamos, cuyo coste hoy por hoy sería inasumible para las arcas públicas más allá del primer tramo subvencionado por la Generalitat Valenciana.
Quien gane la concesión estaría obligado a su vez, a la construcción, mantenimiento y explotación del transporte por ese lapso de tiempo. Ahora depende de las características que el Ayuntamiento queira darle a esa concesión, de su coste ... y de su rentabilidad.
Eso sí, si finalmente hay adjudicatario y la obra comienza, Gandia dará un salto definitivo en su desarrollo urbano.

jueves, 29 de julio de 2010

Volver a casa

La decisión del Ayuntamiento de Villalonga de reintegrarse a la Mancomunidad de Municipios de la Safor tras catorce largos años de haber abandonado el ente comarcal, supone un paso adelante para el ente comarcal y en todo caso, la aceptación de una evidencia por parte del municipio que preside Juan Ros.
La evidencia no es otra que los servicios municipales no mancomunados son más caros y, por lo tanto, la economía de escala que supone prestarlos a varias poblaciones simultáneamente es en definitiva una mejor solución.
Para eso han pasado tres legislaturas y varios presidentes de la Mancomunidad que en vano hasta ahora, trataron de convencer al alcalde para que, en vez de restar, trabajase en conjunto con el resto de poblaciones de la comarca.
El caso es que la justificación que se dio en su día a la salida intempestiva de Villalonga, la perforación de un pozo por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar para abastecer de agua potable a otras poblaciones de la Safor, y la negativa de la Mancomunidad a rechazar esa acción, es indefendible desde el punto de vista de la solidaridad territorial.
Aunque la adhesión de Villalonga a la organización comarcal no será efectiva hasta el 1 de enero de 2011, la oportunidad es magnífica para recordar que existe otro municipio, Ador, que continúa desvinculado del ente sin que hasta estas horas se sepa bien por qué, y que otra Mancomunidad, la de la Valldigna, es otro tema a resolver en la medida que se en su día se vio como una amenaza a la integridad de lo que fue una institución señera en aquello de “fer comarca”.
Habría pues que ponerse manos a la obra y, si los partidos políticos creen en el hecho comarcal y aprovechar la ocasión para relanzar un ente que parece haber perdido en los últimos años su presencia pública y sus expectativas de conformar una entidad política y administrativa que supere los servicios que presta para implicarse mucho más en la definición del futuro de la Safor.
Y es que en fondo la solicitud de un servicio o su abandono, dependen de un hecho voluntario, porque no existe ninguna ley que obligue a los ayuntamientos a participar de una mancomunidad.
De todos los partidos depende (algunos de los cuales pregonan a los cuatro vientos su sentimiento comarcal sin mayor aplicación sobre la realidad).
Y de la voluntad política que le pongan.

jueves, 22 de julio de 2010

La tele

Qué duda cabe que el futuro de las televisiones locales pasa por su inclusión en el sistema de emisión TDT, dado que su actual permanencia en el “antiguo” sistema analógico no les otorga la más mínima posibilidad de continuidad a la luz de la cada vez más escasa audiencia potencial en ese campo.
Pero en el caso de Gandia y la comarca de la Safor, el problema es más grave toda vez que la Generalitat Valenciana mantiene sin adjudicar las tres señales de carácter privado más la pública que corresponde al consorcio comarcal formado por Gandia, Oliva y Tavernes que a la larga supondrá la transformación de Gandia Televisió en un ente regido por los tres municipios.
Eso siempre y cuando el Ayuntamiento de Tavernes “haga los deberes” que le corresponden en el tema y se sume finalmente a la iniciativa para la que solicitó hace años su inclusión. Aún así, el consorcio podría funcionar sin el ayuntamiento vallero, cosa que de todos modos podría subsanarse en cualquier momento de la tramitación.
Pero, volviendo a la concesión de los tres canales privados en la comarca, se ha anunciado que el tema se retrasará todavía unos meses, habida cuenta de que al parecer (esto es lo que no se ha dicho aún oficialmente) se han presentado recursos y alegaciones al concurso por parte de al menos dos proponentes que habrían sido “apartados” de la licitación de manera irregular, tal como anticipó esta revista hace semanas.
Pero no acaba aquí: tal como también anticipábamos, las tres concesiones para Gandia tendrían ya dueños: curiosamente, tres empresas directa o indirectamente conectadas al PP de Gandia y de Valencia y en algún caso, subsidiarias de emisoras cuestionadas en su propiedad por estar vinculadas a la corrupción del “caso Gürtel”.
Sorprende a estas alturas no sólo el silencio oficial sobre el asunto, sino algunas maniobras que se están dando en el ámbito de la tramitación del mencionado expediente, responsabilidad de Presidencia de la Generalitat Valenciana, así como las expresiones del portavoz del PP de Gandia, Arturo Torró, a quien se vincula directa o indirectamente con la gestión y la propiedad de Tele 7, curiosamente, una de las seguras beneficiadas del concurso, a estar por lo que dirigentes del PP local van haciendo saber a quienes quieren escucharles. Y sorprende aún más, que tras esas acusaciones, tras haberlas negado mucho tiempo, ahora Torró diga que ayudó “a formar el grupo empresarial de Tele 7”. Por cierto, un “grupo” donde sólo aparece su hombre de confianza, José Vicente Codina, como único administrador.
Así se entiende cada vez más su obsesión por poner palos en las ruedas del Gandia Televisió y su propósito de ensuciar la imagen de la televisión pública local, porque más allá de su carácter, se trata de un competidor empresarial molesto. Y lo peor, es que esto no es todo.

miércoles, 14 de julio de 2010

Convivencia

La puesta en marcha de la nueva ordenanza de convivencia en Gandia, modificando la existente, de 1949 y algunas enmiendas posteriores, supone la puesta al día de una disposición que pedía a gritos tal actualización, toda vez que los cambios de hábitos sociales -no siempre positivos- han introducido también toda una serie de conductas que provocan no pocos problemas.
Y es que la urbanidad exige una serie de nuevas reglas que pongan de manifiesto los límites de esas conductas irregulares que van desde la prostitución en espacios públicos, el consumo de alcohol en la vía pública, los “graffitis” , pegatinas, panfletos, mendicidad, hasta los ruidos, la venta ambulante sin autorización, los excrementos animales, pasando por el depósito de basuras fuera de los horarios convenidos...
Esta regulación contiene un dato de importancia: se adopta con el acuerdo de todos los grupos políticos (ya era hora) con la aquiescencia del Consell de Participació Ciutadana, es decir con la práctica unanimidad de todos los actores sociales, lo que hace que la norma nazca con un apoyo evidente, gran ventaja a la hora de aplicarla.
Hasta aquí las buenas noticias, y a partir de aquí, las dudas toda vez que tan ambicioso plan necesitará, ahora sí, del compromiso de todas las partes a la hora de su aplicación. No será sencillo ni sus efectos se notarán con rapidez: y es que básicamente, el Ayuntamiento no podrá poner un policía o un agente administrativo detrás de cada esquina para verificar el cumplimiento de la nueva legislación. De tal manera, será mucho más importante la concienciación ciudadana al respecto en la medida que todos deberemos convertirnos en actores de su aplicación.
Y tal vez éste sea el principal trabajo a desarrollar durante una buena época, hasta fijar en el imaginario ciudadano la necesidad no sólo de denunciar a quienes incumplan la ordenanza, sino de proceder con arreglo a unas normas de convivencia hasta ahora dispersas y sujetas al libre y particular entendimiento de la libertad individual como oponente al bienestar general.
En la medida que todos seamos capaces de hacernos cargo de que habrá sanciones por este tipo de conductas, tal vez estemos asegurando una mejor convivencia ciudadana. Pero no todo ha de ser sancionar, la educación será tal vez la mejor manera de prevenir y, en este sentido, queda mucho por hacer.
Bienvenida sea la nueva ordenanza, y bienvenido este nuevo estado de cosas, sabiendo de antemano que seremos los propios ciudadanos quienes decidamos hasta dónde seremos capaces de su cumplimiento. Valdrá la pena intentarlo.

miércoles, 30 de junio de 2010

Salida de libro

De la anécdota a la categoría: el cese de la Secretaria de grupo de Plataforma de Gandia ha desencadenado una buena dosis de especulaciones en torno a la situación real del partido que lidera Fernando Mut.
Dicho de otro modo: si cada vez que se cesa a un asesor político, nombrado por libre designación y a expensas de quien lo puso en el cargo, se tiene que pensar en que ello genera una crisis de partido, pues mal vamos.
Porque, por ejemplo, la última reestructuración del gobierno municipal con su consecuente recorte de la lista de cargos de confianza dio pábulo a no pocas consideraciones sobre si algunos de los cesados merecían o no ese camino, si ello había generado desencuentros y malas historias al interior de los partidos afectados (todos), y lo que es peor: si como consecuencia de lo ocurrido, podían o no abrirse crisis en todas y cada una de las formaciones.
Pues bien, no todo fue un camino de rosas, y es verdad que tales decisiones produjeron no pocos desencuentros más o menos resueltos (o silenciados) por los protagonistas y los partidos implicados.
Otra cosa es lo que ahora, unos y otros se echen los trastos a la cabeza por los problemas (reales o supuestos) de los adversarios. Si es por eso, mucha tela habría que cortar al respecto, pero en todo caso, mientras esas disidencias no se hagan públicas y se expresen en toda su integridad no parece que haya motivos suficientes como para presumir problemas y consecuencias que, por ejemplo, en la recta hacia la confección de las listas electorales se verán seguramente agudizados, como casi siempre.
Y en esa línea por salud democrática convendría que cada partido se dedicara a lo suyo, que es como decir a lo de todos los ciudadanos, obviando clavar el dedo en la llaga de los demás ya que -como se ha visto recientemente- puede ser una invitación a una respuesta de similar calibre por parte del oponente.
En todo caso ello no llevaría a otra cosa que a un cruce permanente (otro más) de descalificaciones y malas historias que no pueden tener otra conclusión que acrecentar el descrédito de la política.
Por lo demás, volviendo al principio de la historia, será en todo caso Plataforma quien resuelva su conflicto, si lo tiene, so pena de que le pase factura en lo inmediato y, también, a largo plazo.
La principal protagonista, Sabrina Pérez, ha dicho que “llegué a este cargo porque me designó el partido y de la misma manera lo dejo”. Pues eso.

miércoles, 23 de junio de 2010

Acto y suposiciones

La campaña ya rueda. La electoral, claro, porque esta misma semana, a raíz del acto “Gandia ens uneix”, y sus prolegómenos, ha habido un cruce de críticas de lo más duras entre los actores políticos de la ciudad.
El cruce en su comienzo tuvo como protagonistas al líder de Plataforma, Fernando Mut, con el Bloc, a propósito de un supuesto pacto preelectoral existente entre el Bloc y PP, a resultas del cual, Torró daría sus votos a Josep M. Moya para la Alcaldía en caso de que el PP perdiera las elecciones municipales.
La respuesta del Bloc no se hizo esperar con palabras de Moya acerca de una supuesta ruptura interna de la formación de Mut y del acuerdo que también supuestamente, tiene para apuntarse a la lista del PSOE, lo que su vez trajo otro comentario del jefe de filas de Plataforma a propósito de los problemas internos (otra vez, supuestos) entre Facund Puig y el propio portavoz nacionalista.
En medio de este rifirrafe, la cuestión del acto promovido por el Grupo Municipal Socialista, también ha suscitado todo tipo de respuestas en el ámbito de la oposición municipal: desde denunciadas presiones por “temor a la pérdida de subvenciones” de algunos colectivos, hasta el “engaño” de disimular la marca PSOE tanto en la convocatoria como en el escenario de la reunión.
A su vez, el acto en sí, una demostración de fuerza en toda la línea por parte del Alcalde que pese al mal tiempo, reunió a varios centenares de personas representativas de numerosos colectivos sociales de la ciudad para hablarles del proyecto de Gandia, de todos estos años compartidos y del futuro. Sin mencionar para nada a ningún partido político, salvo al suyo, el PSOE, “con la que está cayendo”, reconoció haberse formado en el seno de una familia conservadora para agregar que “tengo amigos que dicen que son de derechas y otros que son de la izquierda infinita: a todos ellos los quiero y los considero igual amigos míos. Pensáis que por eso no podemos hacer cosas juntos?”.
En esa frase estaba el contenido y el mensaje del acto, razón demás para que el conjunto de sus adversarios advirtieran lo que hay en juego.
Como quiera que sea, ni el acto ni el cruce de frases que concitó antes y después, son gratuitos: la campaña electoral se acerca y será larga, muy larga, tanto que parece que no perdonará ni la pausa veraniega.
Por lo pronto, el PP ya prepara también un acto que se quiere multitudinario para los próximos días. Mientras tanto, las suposiciones lanzadas al aire de la política local ya se entrecruzan como dardos de usos múltiples.

jueves, 17 de junio de 2010

Paro, obras...

Las personas entrevistadas para la encuesta de ODEC, para “Gente”, se inclinan mayoritariamente, de manera espontánea, por sugerir los problemas que más les preocupan en este momento en Gandia.
La principal cuestión en el estudio realizado en mayo pasado, como no podía ser de otra forma, es el paro con un 50,7% de respuestas. La gran diferencia con otros cuestionamientos, demuestra a las claras la situación en la que estamos todos inmersos, incapaces de reaccionar frente a a la principal consecuencia de la crisis económica.
La segunda cuestión que preocupa a los ciudadanos encuestados es la “cantidad de obras en las calles”, con un 19,6%.
Bien, ambas respuestas esconden una contradicción notoria: mientras la desocupación opera de manera cruel sobre la sociedad, el mensaje del gobierno (de todos, desde el nacional hasta el local pasando por el autonómico) es que las obras públicas ayudan a promover la economía y, por ende, a crear empleo, con lo que la dicotomía de las respuestas sólo pueden analizarse desde un único prisma: la gente quiere empleo pero no a costa de su comodidad. Esa primera valoración, con todo, implica otras respuestas no menos incómodas para la gestión gubernamental: o bien no se ha explicado del todo la multiplicación económica que supone cualquier obra pública, no sólo de manera directa sino a través de las empresas proveedoras de materiales, tecnología etc. o bien a algunas de esas obras se las supone innecesarias.
De todos modos, el dato no es nuevo y se viene arrastrando en casi todas las encuestas conocidas no sólo en Gandia sino en otras ciudades, con lo que estaríamos frente a la disyuntiva de hacer obras promoviendo de paso el empleo y la economía, o bien la segunda cuestión estaría más en la línea de pensar que la gente no quiere obras con el consiguiente gasto que conllevan.
Y esto, en épocas de crisis, constituye la parte esencial de la decisión de un gobernante: elegir una prioridad y tirar adelante en consecuencia, independientemente de lo que digan las encuestas, que en algún punto pueden reflejar de manera más científica la opinión ciudadana.
Pero además la encuesta en este punto dice otras cosas, como que el tercer problema es la “inseguridad ciudadana” una percepción preocupante toda vez que las estadísticas señalan claramente la disminución de los delitos en la zona. Y para más inri, el siguiente problema apuntado es el de “la inmigración”, obviamente vinculado a la primera preocupación, el paro.
Y es que Gandia, cada vez, se parece más a cualquier gran ciudad española, donde el orden de los problemas percibidos es básicamente éste. La cuestión económica, obviamente, manda.

jueves, 10 de junio de 2010

Foto fija

La situación política de la ciudad, a la luz de la encuesta de ODEC para esta revista, que comenzamos a publicar con este número, demuestra que si las elecciones se hubiesen realizado a mediados de mayo, fecha del trabajo de campo, el PSOE mantendría sus actuales 12 escaños, aunque el aumento considerable de intención de voto del PP, le acerca bastante a las posiciones socialistas. Mientras tanto, el voto más consolidado sigue siendo el del Bloc, que mantendría sus dos escaños, a la vez que Plataforma de Gandia, perdería uno de sus concejales en el mejor de los escenarios.
Y es que, obviamente, la lucha por el electorado se está dando en gran medida entre los votantes del centro derecha de la ciudad con un factor que incide claramente en esa situación: la falta de marca de Plataforma de Gandia, que sólo es reconocida cuando se menciona a su líder, Fernando Mut, lo cual supone un handicap para el análisis de la encuesta. Esa misma razón es la que lleva a creer que una buena parte de su electorado se mueve entre el desconocimiento de la marca (una cuestión imputable sin ninguna duda al propio partido) y su afección al PP como “marca paraguas”.
De todos modos, aunque la situación es muy distinta, habrá que recordar que la Plataforma se situó como el tercer partido más votado de la ciudad en las últimas elecciones de 2007, sin tener previamente casi ninguna representación en las encuestas.
Con todo, el dato a tener en cuenta es que los dos partidos mayoritarios continúan creciendo y, sobre todo, la subida del PP que es más que notoria, ya que reduce distancias respecto al PSOE, no sólo respecto a 2007 sino a la anterior encuesta de “Gente” de octubre pasado.
Las razones para este comportamiento de los entrevistados pueden ser muchas, pero obviamente, da la sensación que se está produciendo una fuerte concentración de voto en ambas formaciones como consecuencia de la situación política general, más que de la propia ciudad.
Con todo, mientras en la derecha el fenómeno parece ser más patente, en la izquierda la situación es de mayor dispersión, con PSOE y Bloc como fuerzas que obtienen representación, mientras Els Verds del País Valencià, luchan por hacerse un lugar en el Ayuntamiento, aunque por ahora siguen por debajo de la barrera del 5% de voto válido a candidaturas.
Pero la encuesta de ODEC, con el análisis del sociólogo Eduardo Pascual, avanza sobre otros temas de los que iremos dando cuenta en próximas ediciones de nuestra revista. Y sobre todo, habrá que incidir una vez más en la necesaria cautela frente a estos datos: una encuesta no es más que una foto fija de la sociedad en un momento dado.

jueves, 3 de junio de 2010

No sabe/no contesta

La Generalitat Valenciana tiene serios problemas financieros, no en vano pasa por ser la nuestra la autonomía con mayor endeudamiento per cápita de toda España, una de las tres con mayor índice de paro y un déficit galopante.
En ese marco, no resulta nada extraño que se anuncie el retraso “sine die” de las obras del Palacio de Justicia de Gandia, tras haber forzado una carrera de obstáculos al Ayuntamiento para la cesión de los terrenos. El anuncio lo hizo el miércoles la Consellera Paula Sánchez de León, quien además tuvo que reconocer que el marco de trabajo en el que se desenvuelven los juzgados de Gandia “es lamentable”.
Tampoco resulta extraño que los colectivos sociales de la comarca dedicados a atender enfermos con graves minusvalías denunciaran la reducción sustancial de las subvenciones o, como en algún caso, anunciaran la posibilidad de estar al borde del cierre.
A algunas de estas entidades se les adeudan las subvenciones prometidas hace un año, al punto que hace meses el propio Ayuntamiento de Gandia tuvo que adelantar dinero para que pudieran continuar funcionando y pagar al menos los sueldos de las personas que atienden a los afectados.
La respuesta ha sido ahora, la de casi siempre, la promesa de que “muy pronto se normalizará la situación”, es decir, “vuelva usted mañana”, o algo por el estilo.
Y en esa misma línea, el Presidente Camps ha contestado a Gandia en torno a la implicación de la Generalitat Valenciana en el Vº Centenario de Sant Francesc de Borja.
Las continuas demandas de entrevista del Alcalde de la ciudad para hablar sobre el tema se han resuelto por el expediente de derivar ese trámite a la Consellera de Cultura, Trinidad Miró, con quien José Manuel Orengo ya se reunió hace tres meses... y sin respuesta hasta ahora. Eso, amén de otra serie de entrevistas con el Vice Presidente Rambla y el Secretario de Cultura de la Generalitat.
Del compromiso expresado por Camps hace un año, según parece, nada queda de palpable: o las razones son políticas, o son simplemente financieras, o... dejadez de un gobierno autonómico paralizado desde hace meses tras el estallido del caso Gürtel y la imputación del propio Camps, que se ha hecho extensiva a varios altos cargos de la Generalitat tras el último auto del Juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Sea por lo que fuere, lo bien cierto es que estos casos demuestran con claridad el grado de escaso compromiso social del gobierno valenciano, que -para más inri- ha sido señalado como el que menor grado de cumplimiento está dando a la ley de Dependencia en toda España.
Eso sí, “el mejor gobierno interplanetario”, Camps dixit, sigue a la suya.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Un canto polémico

La escenificación del “Cant del Duc”, obra compuesta y dirigida por Carles Santos, ha generado no pocos desencuentros esta semana entre la clase política de la ciudad. Pero, más allá de las consideraciones artísticas del contenido y la forma de la obra, habrá que extenderse sobre algunas de las cuestiones que han desatado un torbellino de críticas y algunas defensas, más bien reducidas y circunscriptas a la calidad, acerca del espectáculo.
Y es que, obviamente, un desarrollo como el planteado por Santos, a lo largo de varias calles de la ciudad, partiendo desde el Palau y acabando en el Prado, exigía varios factores que no se cumplieron ni de cerca: una, la información al público (8.000 personas según el Ayuntamiento) acerca del contenido de la obra que iban a presenciar, que brilló por su ausencia, tanto en lo previo como en el momento mismo de la realización. Se dispuso de sólo 2.000 libretos de mano cuya distribución, si se hizo, no fue la más adecuada. Otra, el sonido durante el recorrido del Duque mientras abandona Gandia, dejando todas sus pertenencias personales, camino de Roma en busca de la religiosidad, no fue precisamente un acierto. Tampoco el itinerario del cortejo, desconocido para muchos.
Si a esto se le agrega la vertiente artística, con todo el valor que pueda ponerse a la obra de Carles Santos, de carácter vanguardista y hasta provocador en algún caso, resulta del todo coherente plantearse si un espectáculo de este tipo puede ser concebido para el gran público, toda vez que los fallos de puesta en escena dificultaban, cuando no hacían sencillamente imposible, la comprensión de lo que se intentaba transmitir, ya de por sí un montaje complejo.
Aún así, debería tenerse en cuenta otro factor muy importante: el coste de la obra toda vez que se trata de un espectáculo único, aunque ahora se señala que es probable que pueda “adaptarse” para sitios cerrados. Los números cambian según quien los saque, pero en todo caso es importante tener en cuenta que un despliegue de esta magnitud tendría un coste elevado, y aún más si se consideran los tiempos que corren.
Ha sido un acto fallido y por tanto, un análisis sincero de lo acontecido para no caer nuevamente en el error, se hace necesario.
Hace ya tiempo, cuando se conoció la programación del 5º Centenario, se advertía desde estas mismas páginas respecto al riesgo que determinadas actividades pudieran acarrear: por caso, el concierto de campanas de Llorenç Barber, la obra de Jordi Savall, ésta de la que nos ocupamos ahora... y el crucero a Roma.
Y lamentamos, como en este caso, no habernos equivocado.

jueves, 13 de mayo de 2010

Camps

La decisión del Tribunal Supremo de devolver al Tribunal Superior de Justicia de Valencia la causa en la que se encuentra imputado el Presidente de la Generalitat Valenciana y otros altos cargos, para que continue la instrucción pr el asunto de los trajes recibidos de la trama Gürtel, supone un fuerte golpe a la credibilidad no sólo del propio Francisco Camps, sino a la de las propias instituciones valencianas.
No sería así, si el propio “Molt Honorable”, no hubiera mentido como lo hizo desde el momento que estalló el caso: desde negar su relación con Alvaro Pérez, “El Bigotes”, hasta tener que escuchar después sonrojantes conversaciones entre ambos donde se deslizó aquello de “amiguito del alma, te quiero un huevo”. Y este episodio, por citar sólo algunas de las contradicciones en el largo proceso, no ha sido el menor.
Nadie le pide a Camps que se acuse a sí mismo en sede parlamentaria, negando la evidencia como lo ha hecho, sino que su principal error ha estado en hacerlo delante de un juez, aunque luego otro, su amigo De la Rúa, haya sido quien “archivara definitivamente” el caso, resolución que el TS tumbó por unanimidad de los cinco miembros de la sala.
Ahora, Camps se enfrenta a la posibilidad, más cercana cada día, de verse en el banquillo ante un jurado popular ya que la figura de cohecho impropio pasivo, exige ese tipo de tribunal.
Frente a esta situación. grave por si misma, se agregan las investigaciones del Juez Pedreira que este lunes tomará declaración al gerente de Orange Market, acerca de todas y acda una de las transacciones y contratos llevados a cabo en el ámbito de la Generalitat. Se suma así, al informe de la Agencia Tributaria, ya agregado al expediente, en el que se acusa al PP valenciano de haberse financiado presuntamente de manera ilegal con 2.500.000 euros para la campaña electoral autonómica y local de 2007.
Y en esta línea, pueden haber nuevas sorpresas y revelaciones, ya que es precisamente esa parte del sumario la que mayor peso tiene en orden a las contrataciones no sólo públicas, sino al pago irregular de actos de campaña por parte de empresas y particulares, nop sólo en Valencia, sino en diferentes ciudades de la Comunidad Valenciana, además de las escandalosas comisiones que la trama Gürtel cobraba por sus “servicios”.
Estamos pues ante hechos de una envergadura de tal calado, que resulta cuando menos patético que la primera autoridad autonómica se refiera a sí mismo diciendo que “45 millones de españoles saben que soy honesto”, en un gesto que como decía un columnista de un diario de la derecha, nada menos, es un síntoma “de locura o desesperación”. Nos quedamos con el último calificativo. Ahora es el PP, sus dirigentes y sus bases quienes tienen la palabra, antes de verse arrastrados todos a la vergüenza de acompañara a Camps al banquillo de los acusados.

jueves, 6 de mayo de 2010

Simancas y encuestas

La remodelación del barrio de Simancas entra en una nueva fase a partir de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, toda vez que rechaza el recurso de tres vecinos que se oponían al avance del proyecto. El paso no es poco importante, ya que ahora el Ayuntamiento de Gandia, más allá de las trabas políticas surgidas en los últimos tiempos, puede hacer efectivo el primer paso de la urbanización, esto es el derrumbe de los edificios y plantearse la licitación del proyecto.
Sabido es que las trabas impuestas por la Generalitat Valenciana, dejando fuera del programa ARUS a la iniciativa gandiense ha significado un duro golpe para el desarrollo del proyecto que, de todos modos, seguirá adelante, según palabras del propio Alcalde de Gandia, con la particularidad de que pueda llegar a ser incluido en una segunda fase del programa de ayudas financiado a partes iguales por el Gobierno de España y el gobierno valenciano.
Sin embargo, el último episodio vivido esta misma semana, con la “denuncia” del PP de Gandia de que el Ayuntamiento continua sin cumplir sus obligaciones en la remisión de la documentación requerida por la Consellería, no ha hecho más que enturbiar una vez más el proceso.
Una denuncia desmentida, con documentos en la mano, por el Concejal de Territorio y Vivienda, Fernando Mut, demostrando que la tramitación se ha hecho en tiempo y forma y acusando a Arturo Torró de continuar poniendo trabas al proyecto “en beneficio de sus propios intereses electorales”.
Este clima, es obvio, para nada favorece la buena marcha de la iniciativa, toda vez que de la resolución de esas ayudas, depende una inyección de 6 millones de euros que, en caso de no ser admitida por la Generalitat, debería ser sufragada por el propio municipio.
Dicho de otro modo, a poco más de un año de las próximas elecciones municipales, se está verificando -algo que ya empieza ser común- una estrategia de cortapisas por parte del principal grupo de la oposición, conectado al PP de Valencia, con el interés de hacer inviables no sólo este proyecto sino otros que están en marcha en la ciudad.
Lo bien cierto es que tal vez, esa estrategia no sea la más idónea, ya que las encuestas últimamente conocidas sobre intención de voto y -sobre todo- de valoración de líderes en la ciudad, castigan severamente al portavoz del PP, Arturo Torró, que aparece como el líder peor valorado por la ciudadanía.
El análisis que acompaña a estas páginas sobre esos trabajos estadísticos, demuestra a las claras que en algún punto se está equivocando el PP que, a la vista de su actitud, no va a modificar en los próximos meses. Mientras tanto, Simancas espera.

jueves, 29 de abril de 2010

Nuevo rumbo en FAES

La elección de una nueva ejecutiva de la Federación de Asociaciones de Empresarios de la Safor, FAES, encabezada por Rafael Juan, supone ahora mismo un punto de inflexión importante en el asociacionismo empresarial de la comarca.
Sobre todo, porque quien se hará cargo del máximo órgano de representación empresarial es alto directivo de la empresa más potente de La Safor y líder en el sector de repostería industrial en toda España, Dulcesol, por lo que obviamente, es la primera vez que un empresario de sus características ocupa el cargo.
Y no es del todo menor la idea de que frente a la crisis económica que sacude a la economía de la comarca y de media Europa, pueda ponerse al frente de la mayor entidad empresarial un dirigente ya de tiempo vinculado al movimiento asociativo de la empresa.
Los datos del paro, la caída de la actividad general, la falta de financiación bancaria, son algunos de los indicadores generales, por lo demás nada distinto de lo que sucede en otros puntos de España, que apuntalan la creencia de que las cosas no sólo no mejoran sino que la economía continúa deteriorándose.
Frente a esta situación, la nueva conducción de FAES tiene ante sí el reto mayúsculo de encontrar espacios de diálogo lo suficientemente imaginativos como para encontrar un punto de partida que pueda avanzar en la buena dirección.
Obviamente no será tarea fácil, máxime en un sector que no se caracteriza precisamente por su apego al asociacionismo ni a las ideas y acciones conjuntas. Y más aún en circunstancias como las actuales en que cada empresario, por pequeño o grande que sea, está más pendiente de su cuenta de clientes que de cualquier otra cuestión.
Sea como fuere, la oportunidad es de primer orden: una decena de asociaciones de primer grado que van desde el sector turístico hasta la construcción, y sus miembros, necesitan más que nunca de la acción conjunta de todos los empresarios junto con las administraciones y sindicatos, para poner en marcha mecanismos que ayuden a salir del hueco en que parece estar sumida la economía.
Por esto, las expectativas son grandes, pero bastaría una acción decidida en torno a algunas ideas ya en marcha, como el pacto por el empleo, para que todos podamos advertir la decisión de hacer frente a la crisis.
Lo dicho, corren malos tiempos para la lírica, pero ahora más que nunca es necesario oír la voz de los empresarios de la comarca en esta coyuntura. Y de verdad, todos le deseamos suerte.

jueves, 15 de abril de 2010

Gürtel

El PP de Gandia y su portavoz, Arturo Torró, tienen un problema muy serio: el sumario del caso Gürtel desvela una serie de pagos realizados a Orange Market -y admitidos por Torró- a propósito de actos electorales realizados en la capital de la Safor, que han ido a engrosar las cuentas de la trama corrupta a través de la empresa capitaneada en Valencia por ese personaje conocido como “El Bigotes”.
Tanto algunas de las facturas en “A”, como los correspondientes pagarés que han liquidado esas deudas por “servicios prestados”, han sido -es verdad- exhibidos por el PP de Gandia como muestra de que no hay nada que ocultar en tal situación. Lo ha hecho, además, con presteza y acompañados esos documentos de un comunicado donde se expresa que “no hay nada nuevo” en lo ya conocido hasta ahora.
Bien está que así sea, pero los problemas son de otra índole: primera en la diferencia observada por la policía entre el coste de cada uno de esos actos y el total recibido en pago, una cuestión que hace dudar a los investigadores ya que aseguran en el sumario que “se desconoce la justificación contable-administrativa de la diferencia entre las cantidades, así como el posible origen de ese dinero”, y además, según lo explicado por Torró en su día y por el PP en su comunicado de esta misma semana, sólo reflejan pagos relativos a dos actos de 2007, mientras que en el sumario aparecen otros dos de 2008, supuestamente pagados por el portavoz del PP de Gandia que éste niega.
Sea como fuere, la supuesta legalidad de los pagos realizados con factura, como asegura el PP de Gandia, no está clara: básicamente porque lo que se ha pagado son actos electorales de un partido por parte de un particular según expresan los documentos que constan en el sumario, lo que equivale a haber financiado al PP con dinero propio, lo que está expresamente prohibido por la ley. Es decir, se habría cometido una infracción a la Ley Electoral y otro a la Ley de Financiación de Partidos Políticos, lo que podría costarle más de un dolor de cabeza .
En todo caso, todo estaría muy claro si los pagos que se han hecho en “A” (con factura) hubieran sido hechos por el propio partido a la empresa que organizó los actos del PP en Gandia, pero no es así, por lo que ahora, con el secreto sumarial levantado, el interés de los fiscales puede poner en entredicho la actitud de Torró.
Finalmente, entre las cuentas no aclaradas por la trama corrupta, están los apuntes referidos a otros dos actos en Gandia en 2008, uno de los cuales, el mitin central de la campaña electoral para las generales en la Safor, consta con un precio de 30.000 euros, sin que se sepa cómo se financió el mismo ni quién lo pagó finalmente. Eso, y la diferencia en “B” (negro) de todo el resto de facturas. Casi nada.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Reservas

La Semana Santa que ya ha llegado debe servir, entre otras cosas, para apreciar hasta dónde la crisis ha afectado a uno de los principales sectores económicos de la comarca: el turismo. Porque obviamente hasta ahora aunque no ha sido uno de los más afectados, tampoco ha dejado de sentir los coletazos de una situación que se extiende por casi dos años.
Entre la disparidad de datos existentes sobre la ocupación turística potencial para este fin de semana, se piensa que no todo está tan claro respecto al verdadero impacto de la situación económica, porque los métodos de medición -entre otras cosas- no suelen ser demasiado fiables, quitado de la propia declaración de ocupación de los hoteles y de las agencias de alquiler de apartamentos regulados, cuyos datos son de los pocos que pueden establecerse con cierto rigor.
El sector hostelero, en cambio, no es de los más fiables en tanto y en cuanto su oferta es demasiado amplia y, en ocasiones, muy dispersa, con escaso asociacionismo, con incorporaciones y cierres de establecimientos casi constante, lo que hace muy poco mensurable su trabajo.
Y qué decir ya del turismo que llega a ocupar segundas residencias en préstamo, en plan familiar, o sencillamente mediante el alquiler de apartamentos no regulados, una tarea ímproba cuya medición se ha intentado por el método de conocer la ocupación a través de la recogida de basuras o el consumo de algunos servicios como la energía eléctrica.
Sea como fuere, los datos en el caso de Gandia parecen no ser del todo malos toda vez que la propia Federación de Hostelería de Valencia ha anticipado los resultados de un estudio de expectativas empresariales del área que daría a la capital de la Safor un incremento del 1,75% respecto al año anterior, en medio de un panorama donde la zona mejor parada es El Perelló, con un crecimiento estimado del 1,82%, mientras en el resto de la provincia la actividad decae, aunque levemente, por debajo de los valores de 2009.
Lo que salta a las claras de todo esto (ya se verán los resultados en una semana) es que este aumento, muy moderado, no se compensa con mayores ingresos, dado que la restricción del gasto provocada por la crisis se traslada a cafeterías, bares y restaurantes, a lo que se añade la ya de por sí rebajada oferta por parte de estos establecimientos.
Sea como fuere, la sensación de que la economía ha dejado de caer para comenzar a sostenerse sobre un piso (muy bajo eso sí) más o menos sólido, alienta esperanzas en principio para la próxima temporada veraniega, y cuyos primeros datos podrán extrapolarse a partir de lo que suceda este fin de semana.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Cartón piedra

La crítica fallera, sobre todo en el plano local, debería ser una buena referencia del estado de las cosas en una ciudad como Gandia, aunque no se pueda decir que constituya un barómetro definitivo, ya que en muchos casos el análisis que se desprende de ella no puede ir mucho más allá de la sátira que todo lo justifica.
Aún así, un vistazo general a lo sucedido este año elevaría la cuenta de que, para el mundo fallero de la capital de la Safor, el tema de las obras es suficiente motivo como para centrar buena parte de sus escenas como ha sucedido. Y de entre los proyectos, se lleva la palma el tranvía al mar, uno de los temas más polémicos de la ciudad en los últimos años: mientras algunas comisiones ponen en cuestión el asunto, otras le dan hasta la bienvenida.
Con todo, más allá de la conmemoración del Vº Centenario de Sant Francesc de Borja, omnipresente en todos los monumentos habida cuenta de los premios especiales que comportaba su reflejo en cartón piedra, lo que prácticamente ha cubierto este año las bases de las fallas ha sido la crisis, con sus consecuencias sociales., económicas... y políticas. Por cierto, no han sido pocas las comisiones que hacían referencia al impresionante ritmo de inversión pública en la ciudad y su consecuente gasto añadido.
La situación política y los casi continuos encontronazos entre los dirigentes políticos tampoco quedaron al margen de la crítica aunque -todo hay que decirlo- menos tal vez que otros años: desde las “zancadillas” de Torró al gobierno municipal, hasta un “magnánimo” Orengo repartiendo dinero a espuertas, pasando por un Mut encaramado a los grandes proyectos. Curiosamente, el Bloc no ha sido especialmente visible en en estas fallas, tal vez porque su protagonismo en la disputa haya sido menor.
Lo bien cierto es que el reflejo de la crisis se ha ocupado de la situación de las propias fallas, ya que en muchos casos la crítica hacía referencia al impacto que la misma está teniendo sobre la fiesta y algunos hasta se atrevían a vaticinar un 2011 todavía peor que el presente ejercicio.
Sea como fuere, las fallas han vuelto a poner en evidencia aquellas cosas que, se supone, más preocupan a la gente, aunque eso sí, siempre desde el punto de vista socarrón y hasta sarcástico para, llegado el caso, poner de vuelta y media a quienes nos representan en las instituciones.
Con todo, 2011 será un año particular desde el punto de vista de la crítica: entonces faltarán apenas dos meses para las elecciones locales y será una buena oportunidad para analizar lo que las fallas opinan de las cosas de la ciudad.

miércoles, 10 de marzo de 2010

La censura

La decisión de los responsables de la Diputación de Valencia de censurar una decena de fotografías de la exposición anual organizada por la Unió de Periodistes Valencians, con dimisión incluida del Director del Museo Valenciano de la IIustración y la Modernidad, muestra a las claras el talante de algunos políticos a quienes luego se les ensancha el pecho cada vez que se autoproclaman como demócratas.
Desconocer olímpicamente, como hace el Presidente de la Diputación, Alfonso Rus, aquello de la “libertad de expresión”, contraponiéndolo -según su docto parecer- con el de la “libertad de opinión”, no es sino una muestra más de en manos de quien se ha dejado la administración de algunos asuntos públicos.
En opinión de Rus “no le gustan” esas fotografías (por lo demás publicadas durante el último año en diversos medios de comunicación valencianos de gran tirada) porque hacen referencia al caso “Gürtel” y a la implicación de altos cargos del PP en el asunto. Lo que en realidad no le gusta a Rus y sus adláteres, es que la prensa “recuerde” mediante imágenes algunos de los momentos más llamativos de aquellos meses en que un día sí y otro también, los ciudadanos de esta comunidad nos desayunábamos con transcripciones de grabaciones, ceses no cumplidos, comparecencias en los juzgados y un largo etcétera más propio de “Historia Universal de la Infamia” de Jorge Luis Borges, que de una democracia viva y consolidada.
El resultado de todo esto ha sido un nuevo escándalo, criticado inclusive por algunos cuadros nacionales del PP, y que las famosos fotos censuradas del MUVIM tengan cientos de miles de visitas en las páginas web que ya las han colgado, además de la reiteración de las mismas en informativos de televisión de toda España. Por lo demás, son ya numerosas las ciudades que han ofrecido acoger la muestra (a Gandia llegará en verano) a lo largo y ancho del país, con lo que si lo que se quería era “tapar” una realidad a los cientos de visitantes que podrían haberla visto en Valencia, ahora se van a multiplicar por miles dada la expectación que ha provocado la censura y el cierre de la muestra.
Pero a todo esto, lo que no puede dejar de llamarnos la atención es que quien toma la primera decisión, luego avalada por el inefable Rus, ha sido el Diputado de Cultura de la Diputación, responsable del Museo, en el mismo acto inaugural de la muestra. Y es que Salvador Enguix, Alcalde de Beniarjó por el PP y Diputado Provincial, era un político considerado y moderado, muy lejano al parecer de actitudes de este tipo.
Hasta ahora, en que se ha puesto en evidencia por un acto cuya intolerancia y sectarismo remiten a las mejores épocas de la historia de España, esas con la que su propio partido ha tratado de poner distancias con escasa suerte a la vista de la reiteración de este tipo de episodios.

jueves, 25 de febrero de 2010

Simancas

La situación del plan de renovación del barrio de Simancas ha entrado, también, en el catálogo de esos asuntos que no son asumibles por el común de la población toda vez que se convierten en un asunto de política barriobajera.
Porque no se entiende ahora como la Dirección General de la Vivienda, de la Generalitat Valenciana, que ya había aprobado no sólo la inclusión de este ARUS (Areas de Rehabilitación Urbana) junto con el Ministerio de la Vivienda (copartícipes en los fondos al 50%) con un total de 6 millones de euros de subvención, se descuelgue con impedimentos de todo tipo 72 horas antes de poner la firma definitiva a la cuestión.
Y en esto, a juzgar por los datos de que se disponen, el PP de Gandia y su portavoz, Arturo Torró, tienen mucho que decir: bastó que el concejal de Urbanismo, Fernando Mut, anunciara el lunes que Gandia había sido definitivamente incluida en el plan, a falta de la firma del Ministerio y la Generalitat en una reunión que debe celebrarse este viernes, para que las cosas empezaran a complicarse.
Es más, el martes por la tarde el propio portavoz del PP de Gandia advirtió a algunos periodistas de que “estuvieran atentos al tema de Simancas” pues iba a haber un comunicado de la Dirección General de la Vivienda.
El comunicado, que llegó minutos después de la advertencia de Torró, como se sabe, ponía en cuestión la inclusión del proyecto presentado por Gandia y adelantaba inconvenientes que luego la propia Directora General matizaba en conversación con el Alcalde de Gandia prometiéndole que si se subsanaban los informes requeridos, “en seis meses, para la próxima reunión entre el Ministerio y la Generalitat, el tema quedaría solucionado”.
Sea como fuere, la situación es grave, pues el Ministerio al parecer insiste en que Gandia debe estar en el Plan ARUS y que, además, la falta de acuerdo respecto a este punto podría hacer saltar por los aires la propia continuidad del plan en la Comunidad Valenciana.
Si alguien, como afirma el gobierno municipal, ha puesto palos en las ruedas del proyecto, cuando ya estaba prácticamente cerrado el acuerdo, deberá dar explicaciones muy concretas sobre el por qué de su actitud, a menos que su intención no sea otra que crear un grave conflicto con los vecinos ya realojados por el ayuntamiento y provocar un gran quebranto a la obra.
Aún así sigue siendo necesario un acuerdo, pero visto lo visto y las posturas como están de encontradas, mucho nos tememos que Simancas sufra un nuevo retraso y que, al final, Gandia tenga que desembolsar los 6 millones de euros por su cuenta si quiere cumplir con los plazos ya establecidos.

jueves, 18 de febrero de 2010

Benirredrà

La presentación de una moción de censura en el Ayuntamiento de Benirredrà, por parte de los grupos socialista y Els Verds, contra la alcaldesa Cristina Gutiérrez (PP), acabará el día 27 con una de las etapas más convulsas de la población en su más reciente historia democrática.
Obviamente, las cartas están echadas y, como consecuencia, Loles Cardona será la nueva alcaldesa con los votos de su propio grupo del PSOE y del concejal de Els Verds, Sito Clavier abriendo así una nueva etapa, corta por cierto, después de un período en que gracias a la abstención en su día de los ecologistas, el PP pudo hacerse con la vara de mando.
A estas alturas, cabe preguntarse si hacía falta llegar a este punto para que la izquierda descubriera que un pacto entre ambas formaciones podría ser más útil ideológicamente para el pueblo, tras una etapa de desencuentros que ha posibilitado el gobierno de la derecha.
A su vez, los habitantes de Benirredrà podrán ahorrarse, a partir de ahora, los casi continuos y desagradables episodios por cuenta de un gobierno municipal que, lejos del diálogo, ha preferido la confrontación no sólo con algunos de sus adversarios políticos sino con diversos colectivos sociales y vecinales.
Entre ellos, el bochornoso asunto de un trabajador municipal que denunció haber sido humillado por la propia alcaldesa que acabó proponiendo un expediente para cesarlo de empleo y sueldo. Este fue, claramente el punto de inflexión del pacto de gobierno que mantenían el PP y Els Verds, una formación que había exigido para pactar con el PSOE la renuncia del cabeza de lista socialista, Pasqual Ivars.
Un pacto que, aparentemente, no le ha reportado gran cosa a Els Verds, salvo verse obligado a romperlo tras no compartir decisiones de la alcaldesa, que inclusive vio como alguno de los suyos prefería irse a casa antes que continuar en aquella dinámica.
Todo lo demás que vino después han sido sobresaltos, hasta llegar a la expulsión del pleno de los representantes de los partidos de la oposición, ocurrida hace unas pocas semanas, por orden de la Alcaldesa Gutiérrez.
Ahora en el año corto que queda de legislatura el nuevo gobierno, además de la anunciada auditoría a las cuentas municipales, tiene ante sí la oportunidad de abrir las ventanas del consistorio para posibilitar la participación de los ciudadanos y, sobre todo, restablecer una paz social tan necesaria en una población que, por su tamaño, es de aquellas donde todos se conocen y la política no puede, no debe ser, un motivo de confrontación entre vecinos de toda la vida.
Con eso que logre, será bastante.

jueves, 11 de febrero de 2010

Centre Històric

La polémica creada en torno a las cuentas de la Cooperativa Comercial Centre Històric de Gandia, con auditoría incluída, genera no pocas cuestiones muy particulares, entre ellas no es la menos importante por qué esta situación ahora conocida se ha venido arrastrando en todos estos años, cuando era bastante conocido por todos el estado de la situación, cuestión que debería ser achacada tanto a la entidad como al Gobierno Local que ha tardado tiempo, tal vez demasiado, en poner sobre la mesa el asunto.
Lo rocambolesco de la historia está más que nada en la actitud del ex Presidente de la misma, y actual portavoz del PP, Arturo Torró, que una serie de declaraciones contradictorias sobre su intervención personal en la solución del déficit, calculado en casi 200.000 euros que arrastra la misma.
Respecto a las explicaciones que se han dado sobre el origen del déficit tampoco hay demasiados elementos que cuadren, tanto respecto a las aportaciones municipales vía recaudación del IAE, como las realizadas a partir de partir de la eliminación del impuesto para la mayoría de las pequeñas y medianas empresas que hasta entonces estaban obligadas a su pago.
Entre otras cosas, porque tanto de las declaraciones de Torró como del Presidente de la Cooperativa, Andreu Sanz, se olvida por ejemplo, que por lo menos a lo largo de cuatro años de la gestión de aquel, y del entonces gerente José Codina (hoy Director de Tele 7) la Consellería de Comercio rechazó reiteradamente otorgar ninguna subvención a la Cooperativa, al parecer por ser insuficiente la documentación presentada. Y, por no ir más lejos, se soslaya -en las explicaciones públicas- que en 2006, el Centro Comercial La Vital -en cumplimiento de un convenio con el Ayuntamiento, entregó “para la promoción del comercio local de Gandia” 165.000 euros, que la asociación consumió en sus propias obligaciones sin distribuir la parte correspondiente a otras asociaciones similares de la ciudad, tal como establecía el convenio. La explicación entonces es que se trató de “un error”, aunque en la segunda parte del pago efectuado en 2008, La Vital, prefirió hacer entrega directamente al Ayuntamiento para que éste dsitribuyera la ayuda entre las entidades de comerciantes.
Faltan, pues, datos más concretos que la parte del documento de la auditoría reflejado en el acta de la Junta de Gobierno, pero en todo caso consta una frase que tal vez explique mejor lo sucedido: “durante la realización del trabajo han surgido determinadas limitaciones en el alcance del mismo fundamentalmente por las debilidades en el sistema de control interno y la inexistencia de procedimientos escritos y documentados para las actuaciones desarrolladas por la entidad”.