miércoles, 23 de junio de 2010

Acto y suposiciones

La campaña ya rueda. La electoral, claro, porque esta misma semana, a raíz del acto “Gandia ens uneix”, y sus prolegómenos, ha habido un cruce de críticas de lo más duras entre los actores políticos de la ciudad.
El cruce en su comienzo tuvo como protagonistas al líder de Plataforma, Fernando Mut, con el Bloc, a propósito de un supuesto pacto preelectoral existente entre el Bloc y PP, a resultas del cual, Torró daría sus votos a Josep M. Moya para la Alcaldía en caso de que el PP perdiera las elecciones municipales.
La respuesta del Bloc no se hizo esperar con palabras de Moya acerca de una supuesta ruptura interna de la formación de Mut y del acuerdo que también supuestamente, tiene para apuntarse a la lista del PSOE, lo que su vez trajo otro comentario del jefe de filas de Plataforma a propósito de los problemas internos (otra vez, supuestos) entre Facund Puig y el propio portavoz nacionalista.
En medio de este rifirrafe, la cuestión del acto promovido por el Grupo Municipal Socialista, también ha suscitado todo tipo de respuestas en el ámbito de la oposición municipal: desde denunciadas presiones por “temor a la pérdida de subvenciones” de algunos colectivos, hasta el “engaño” de disimular la marca PSOE tanto en la convocatoria como en el escenario de la reunión.
A su vez, el acto en sí, una demostración de fuerza en toda la línea por parte del Alcalde que pese al mal tiempo, reunió a varios centenares de personas representativas de numerosos colectivos sociales de la ciudad para hablarles del proyecto de Gandia, de todos estos años compartidos y del futuro. Sin mencionar para nada a ningún partido político, salvo al suyo, el PSOE, “con la que está cayendo”, reconoció haberse formado en el seno de una familia conservadora para agregar que “tengo amigos que dicen que son de derechas y otros que son de la izquierda infinita: a todos ellos los quiero y los considero igual amigos míos. Pensáis que por eso no podemos hacer cosas juntos?”.
En esa frase estaba el contenido y el mensaje del acto, razón demás para que el conjunto de sus adversarios advirtieran lo que hay en juego.
Como quiera que sea, ni el acto ni el cruce de frases que concitó antes y después, son gratuitos: la campaña electoral se acerca y será larga, muy larga, tanto que parece que no perdonará ni la pausa veraniega.
Por lo pronto, el PP ya prepara también un acto que se quiere multitudinario para los próximos días. Mientras tanto, las suposiciones lanzadas al aire de la política local ya se entrecruzan como dardos de usos múltiples.

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