martes, 22 de enero de 2008

El agua de la discordia

Algún opinante me reclama, y con razón, mi escasa actividad en el Blog, y es que estamos un poco hasta los topes de faena estos días: además de que ya estamos en plena preparación de los números especiales de “Gente” para Fallas y Semana Santa, (vaya coincidencia de fechas, nos lleva mal el tema), el especial de Fitur 2008, los números semanales de “Gente”, el programa de GTV “El debat”, y la puesta a punto de el primer “Reportatge” para la misma cadena que se emitirá muy pronto, ambos producidos en esta casa, con una plantilla reducida, empieza a pasar factura.
Nada, que hay que ponerse las pilas. Allá vamos con el tema de la semana, supongo que un anticipo para algunos de los “bloggers” que están tan interesados por saber más cosas.
Se trata del ya famoso canon que tendrá que pagar la empresa que se haga cargo de la concesión del agua potable en la ciudad a partir de la puesta en marcha del proceso de concurso del que tanto se habla en estos días.
El pliego de condiciones fija un canon de 15 millones de euros, que deberán ser aportados al comienzo de la actividad de la empresa que resulte concesionaria de un servicio que tendrá en sus manos durante 25 años.
No es que la discusión abierta sobre si es válido o no que el Ayuntamiento exija ese pago de una sola vez, destinándolo al presupuesto de 2008 como pago de los bienes municipales que se ceden a la concesionaria, sea menor ni poco interesante, pero al fin y al cabo forma parte de una decisión política que el PP de Gandia “estudia” impugnar.
Lo importante de verdad, es que en los círculos técnicos, empresariales y políticos, se habla de que las ofertas de las empresas pueden superar con creces la cifra exigida por el pliego.
A tal punto es así, que hay quienes vaticinan que se podría doblar con comodidad ese precio de partida (uno de los factores que primarán en la adjudicación de la concesión).
Apunten cifras: según el Alcalde, el canon ofertado podría superar los 35 millones de euros que, según él, se destinarían por una parte a pagar los activos municipales (15 millones) otros 18 a la mejora de la red de distribución y el resto, dos millones, “a mejorar la ciudad”.
Sin embargo, otra fuente –ésta de la oposición- cifra ese canon que podrían llegar a ofrecer las concesionarias en… 50 millones de euros, lo que equivaldría a pagar dos millones por año de concesión por anticipado.
Estarán conmigo, un profano en estos asuntos, que no es poca cosa ya que en realidad supondría casi duplicar el presupuesto ordinario municipal.
Sea como fuere, empiezo a entender el revuelo del tema. En el número de “Gente” de esta semana irá un análisis de la cuestión.

jueves, 10 de enero de 2008

Exabruptos

Esto de la red y la informática, para los profanos como yo, se parece mucho a la magia y hasta que no ha vuelto de vacaciones el técnico que se ocupa de estas cosas en “Gente” no ha habido caso de poner en funcionamiento esta página. Allá vamos.
En el comentario editorial que se publica mañana viernes en la revista nos hemos detenido en algo que empieza a ser cada vez más preocupante desde el punto de vista del ejercicio democrático: la continua y creciente ola de descalificaciones y actitudes poco recomendables que se ha instalado entre los grupos municipales del Ayuntamiento de Gandia.
No es preciso, para nada, ni tiene por qué formar parte de la confrontación democrática toda esta parafernalia verbal que busca, antes que la crítica al adversario, su descalificación.
Dadas como están las cosas supongo que a la población le interesa poco o muy poco este estilo, desconocido hasta ahora en según de qué político estemos hablando. Es probable que obtenga un determinado eco entre determinado público, más o menos ferviente admirador de tales hazañas de verborrea ramplona y elemental.
Me temo, y mucho, que la cercanía de la campaña electoral para las generales no sea más que un acicate para seguir aumentando el volumen de los exabruptos y la escasa responsabilidad que algunos demuestran cuando los formulan. A propósito, tentado estoy de editar un reportaje sobre el tema para la próxima semana. Ya veremos cómo vamos de paginación y tiempo.
Por cierto: recuerdo cariñosamente a quienes escriben de manera insultante en el blog, que el anonimato da carta blanca, pero en algún caso no es más que la cobardía de quien no se atreve a decir las cosas por su nombre, en su nombre o en el nombre de quien le paga para hacerlo.