miércoles, 22 de diciembre de 2010

Plataforma (2)

La situación generada a partir de la decisión de apartar a Javier Soldevila de Plataforma de Gandia y situarlo como concejal no adscrito del Ayuntamiento, plantea dudas más que razonables sobre la justicia de la medida.
Para empezar porque, pese al informe del Secretario Municipal, no parece nada claro que pueda adoptarse tal decisión sobre la base de una comunicación del partido, ya que en todo caso otras fuentes apuntan a que esa cuestión sólo puede ser resuelta en el ámbito del grupo municipal y debe ser éste quien lo decida.
Más aún si, como asegura Soldevila, la comunicación hecha por el representante legal del partido al Ayuntamiento Pleno está plagada de imprecisiones cuando no de falsedades, extremos en todo caso desmentidos por el propio Fernando Mut.
Como quiera que sea, la situación ahora mismo es casi kafkiana, con un grupo de dos concejales partido en dos, pero en la que ambos continuan ostentando áreas de gestión en nombre del partido en el que fueron elegidos.
Sea como fuere, la situación de Plataforma no es hoy por hoy un ejemplo de convivencia entre quienes hasta no hace mucho lideraban el partido: las continuas críticas de Muit hacia Soldevila y las reacciones de este no hacen sino ahondar lo que ya parece un cisma sin vuelta atrás, seguramente porque los cálculos electorales de ambos son muy diversos y hasta enfrentados tras el Congreso del partido que dió por buena una renuncia que según asegura el concejal de Partocipación Ciudadana, éste no presentó, y porque según denunció las irregularidades del proceso son mayúsculas, cosa que Fernando Mut ha negado.
Como quiera que sea, no parece tampoco que el escrupuloso respeto mostrado por PSOE y Bloc frente al problema interno de PdG haya tenido igual tratamiento por parte del PP, cuyo portavoz, Arturo Torró, ha vuelto a las andadas de las descalificaciones políticas y personales de un partido que no es el suyo.
En medio de todo este lío, todo apunta a que las cosas acabarán en el juzgado, por parte de Soldevila y quienes le acompañan, toda vez que intentan restablecer la legalidad en la marcha del partido.
El cese fulminante del Jefe de Prensa, José Miguel Villar, adscrito a la línea del concejal crítico tampoco es un buen ejemplo de cómo hacer las cosas, máxime cuando su función, aunque política qué duda cabe, ha sido impecable en orden a atender los requerimientos de los medios de comunicación de la ciudad.
Y es que habrá que colegir que la situación de Plataforma de Gandia, no es precisamente un ejemplo de cómo resolver las diferencias en política. Con las elecciones a tiro de piedra.

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