jueves, 17 de junio de 2010

Paro, obras...

Las personas entrevistadas para la encuesta de ODEC, para “Gente”, se inclinan mayoritariamente, de manera espontánea, por sugerir los problemas que más les preocupan en este momento en Gandia.
La principal cuestión en el estudio realizado en mayo pasado, como no podía ser de otra forma, es el paro con un 50,7% de respuestas. La gran diferencia con otros cuestionamientos, demuestra a las claras la situación en la que estamos todos inmersos, incapaces de reaccionar frente a a la principal consecuencia de la crisis económica.
La segunda cuestión que preocupa a los ciudadanos encuestados es la “cantidad de obras en las calles”, con un 19,6%.
Bien, ambas respuestas esconden una contradicción notoria: mientras la desocupación opera de manera cruel sobre la sociedad, el mensaje del gobierno (de todos, desde el nacional hasta el local pasando por el autonómico) es que las obras públicas ayudan a promover la economía y, por ende, a crear empleo, con lo que la dicotomía de las respuestas sólo pueden analizarse desde un único prisma: la gente quiere empleo pero no a costa de su comodidad. Esa primera valoración, con todo, implica otras respuestas no menos incómodas para la gestión gubernamental: o bien no se ha explicado del todo la multiplicación económica que supone cualquier obra pública, no sólo de manera directa sino a través de las empresas proveedoras de materiales, tecnología etc. o bien a algunas de esas obras se las supone innecesarias.
De todos modos, el dato no es nuevo y se viene arrastrando en casi todas las encuestas conocidas no sólo en Gandia sino en otras ciudades, con lo que estaríamos frente a la disyuntiva de hacer obras promoviendo de paso el empleo y la economía, o bien la segunda cuestión estaría más en la línea de pensar que la gente no quiere obras con el consiguiente gasto que conllevan.
Y esto, en épocas de crisis, constituye la parte esencial de la decisión de un gobernante: elegir una prioridad y tirar adelante en consecuencia, independientemente de lo que digan las encuestas, que en algún punto pueden reflejar de manera más científica la opinión ciudadana.
Pero además la encuesta en este punto dice otras cosas, como que el tercer problema es la “inseguridad ciudadana” una percepción preocupante toda vez que las estadísticas señalan claramente la disminución de los delitos en la zona. Y para más inri, el siguiente problema apuntado es el de “la inmigración”, obviamente vinculado a la primera preocupación, el paro.
Y es que Gandia, cada vez, se parece más a cualquier gran ciudad española, donde el orden de los problemas percibidos es básicamente éste. La cuestión económica, obviamente, manda.

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