jueves, 18 de febrero de 2010

Benirredrà

La presentación de una moción de censura en el Ayuntamiento de Benirredrà, por parte de los grupos socialista y Els Verds, contra la alcaldesa Cristina Gutiérrez (PP), acabará el día 27 con una de las etapas más convulsas de la población en su más reciente historia democrática.
Obviamente, las cartas están echadas y, como consecuencia, Loles Cardona será la nueva alcaldesa con los votos de su propio grupo del PSOE y del concejal de Els Verds, Sito Clavier abriendo así una nueva etapa, corta por cierto, después de un período en que gracias a la abstención en su día de los ecologistas, el PP pudo hacerse con la vara de mando.
A estas alturas, cabe preguntarse si hacía falta llegar a este punto para que la izquierda descubriera que un pacto entre ambas formaciones podría ser más útil ideológicamente para el pueblo, tras una etapa de desencuentros que ha posibilitado el gobierno de la derecha.
A su vez, los habitantes de Benirredrà podrán ahorrarse, a partir de ahora, los casi continuos y desagradables episodios por cuenta de un gobierno municipal que, lejos del diálogo, ha preferido la confrontación no sólo con algunos de sus adversarios políticos sino con diversos colectivos sociales y vecinales.
Entre ellos, el bochornoso asunto de un trabajador municipal que denunció haber sido humillado por la propia alcaldesa que acabó proponiendo un expediente para cesarlo de empleo y sueldo. Este fue, claramente el punto de inflexión del pacto de gobierno que mantenían el PP y Els Verds, una formación que había exigido para pactar con el PSOE la renuncia del cabeza de lista socialista, Pasqual Ivars.
Un pacto que, aparentemente, no le ha reportado gran cosa a Els Verds, salvo verse obligado a romperlo tras no compartir decisiones de la alcaldesa, que inclusive vio como alguno de los suyos prefería irse a casa antes que continuar en aquella dinámica.
Todo lo demás que vino después han sido sobresaltos, hasta llegar a la expulsión del pleno de los representantes de los partidos de la oposición, ocurrida hace unas pocas semanas, por orden de la Alcaldesa Gutiérrez.
Ahora en el año corto que queda de legislatura el nuevo gobierno, además de la anunciada auditoría a las cuentas municipales, tiene ante sí la oportunidad de abrir las ventanas del consistorio para posibilitar la participación de los ciudadanos y, sobre todo, restablecer una paz social tan necesaria en una población que, por su tamaño, es de aquellas donde todos se conocen y la política no puede, no debe ser, un motivo de confrontación entre vecinos de toda la vida.
Con eso que logre, será bastante.

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