jueves, 21 de julio de 2011

Todo es una fiesta

Si la situación económica del Ayuntamiento de Gandia es tan grave como apunta el gobierno del PP, (deuda, problemas de liquidez, “quiebra técnica”) al punto de tener que comunicar a los juzgados que no puede hacer frente a indemnizaciones varias por otros tantos juicios perdidos por orden de unos cinco millones de euros, no se entiende que el nuevo gobierno adopte iniciativas cuando menos inoportunas y, extendiendo el análisis, innecesarias cuyo coste inmediato puede ser mayúsculo para tan exhaustas arcas.
Así, por citar sólo algunos casos, está ya el célebre “chill out” de la “playa artificial del puerto”, cuyo coste estimado en principio es de 200.000 euros, con el agravante de que se trata de la zona más inhóspita de todo el puerto con el mayor índice contaminación de sus aguas.
Para muchos no tiene demasiado sentido el proyecto de una playa “artificial” donde deberá removerse metros de cemento y hasta raíles del antiguo desguace, bajo cuya superficie se ocultan desechos de todo tipo por décadas de actividad.
Para esto y para habilitar un nuevo espacio de conciertos donde actuarán, entre otros, Julio Iglesias y Tom Jones, traídos por el Ayuntamiento a un coste que oscila entre los 400.000 y 500.000 euros, se ha denegado el permiso a “La Caixa” para montar su tradicional exposición cultural de cada verano. Una instalación que reunía a más de 70.000 personas cada temporada, con entrada gratuita.
Tampoco se sabe muy bien cómo se resolverá el tema del Club de Fútbol Gandia, para lo que el Ayuntamiento ya ha aportado 160.000 euros para cubrir deudas de pasados ejercicios mientras se hacía cargo de “dirigir el club” según palabras del propio Alcalde que señalaba que el consistorio “no pagará ni un euro si no lo controla”. “Queremos formar parte del éxito del CF Gandia porque formamos parte de su capital, y si hay errores asumiremos nuestra parte de culpa”.
Todo esto añadiendo luego a una empresa de representación deportiva, Vos Marketing, “que llevará el club”, sin saberse ahora para nada qué tipo de contrato le ata, no sólo con el club sino con el Ayuntamiento, que últimamente parece haber dado marcha atrás en su propósito de poner al Alcalde como Presidente del mismo, al más puro estilo Rus.
El caso de los cuatro funcionarios “pata negra” -según definición acuñada por Carla Ripoll en la pasada legislatura- no es menor, aunque en este caso el Alcalde ha tenido que echar atrás en su iniciativa de asegurarles un sueldo de 85.000 euros anuales a cada uno, por presión de los sindicatos y de la propia concejal de personal.
Mientras, el coste del gobierno, por mor de las dedicaciones de concejales y asesores, sube 113.000 euros más que en la anterior legislatura, en tanto la oposición ha empezado a denunciar la “masiva” presencia de nuevos funcionarios sin cometido aparente en los despachos municipales, sin que se sepa muy bien quién les paga, cómo y por qué.
El asunto del Centro Deportivo Roís de Corella, donde el Gobierno, tras “reorientar” su uso por ahora, ha prescindido de los anteriores monitores (con ahorro para las arcas municipales según se afirma) y ha dejado de impartir varias disciplinas en su gimnasio, de tal modo que en este momento la caída de usuarios (y por tanto de ingresos) es más que importante.
Sea como fuere, el problema no está tanto en las iniciativas en sí, que también en algún caso, sino en el contradictorio discurso que mantiene el gobierno municipal tanto en la actualidad como si se compara con su permanente crítica de la anterior legislatura, en que llegó al juzgado para pedir información sobre contrataciones diversas.
Y es que en política también vale aquello de que uno es dueño de las palabras que calla y esclavo de las que se pronuncian. Pero eso sí. Gandia es una fiesta.

jueves, 14 de julio de 2011

Prisas y errores

Celeridad e improvisación. Ambos factores están confluyendo con demasiada frecuencia en la labor del actual gobierno municipal, al parecer preocupado porque los ciudadanos perciban que algo ha cambiado en la ciudad, con el obvio resultado de que hay cosas que más vale analizarlas con cuidado y paciencia antes que tener que dar pasos atrás en las acciones que se emprenden. Porque el error suele ser la consecuencia inmediata de tantas prisas.
Por lo pronto, esta misma semana, el Alcalde Torró se ha visto obligado a tener que sentarse en una misma mesa con representantes de los trabajadores de RMC, la cooperativa que hasta ahora producía los contenidos de Gandia TV, para buscar una salida a la situación en que han quedado casi 30 personas con el cierre intempestivo de la emisora municipal. La razón no es otra que la posibilidad de que el Ayuntamiento tenga que asumir las indemnizaciones de todo el personal, su reintegro como funcionarios laborales y el pago de todos los salarios mientras dure su cese.
En esa línea, después del anuncio “estrella” de la construcción de un campo de golf en el marjal de Gandia, con la anuencia de un informe de la Consellería que nadie ha visto, “porque se trata de un documento interno”, según Víctor Soler, ahora se dice que “sólo es un proyecto” y que se pondrá a disposición del resto de grupos políticos. Qué menos, porque semejante iniciativa, amenazada desde la oposición de acabar en los tribunales, necesita legalmente del conocimiento y aprobación del pleno más un sinfín de trámites administrativos que este gobierno se salta a la torera, como tantas veces ha criticado de los anteriores responsables municipales.
La tercera cuestión (sólo de esta semana) es el nuevo Reglamento Orgánico de Gobierno y Administración, al que sólo se le han dado dos reuniones de la Junta de Portavoces para conocimiento de la oposición, siendo como es un documento básico para el funcionamiento futuro del Ayuntamiento.
Por lo pronto, ese reglamento otorga poderes casi generales a dos figuras clave: a la Junta de Gobierno y al Letrado Mayor Municipal. En el primer caso, será muy difícil para la oposición ejercer su papel, y en el segundo se le premia, junto a otros tres altos funcionarios, con haberes anuales de 85.000 euros a cada uno. Esto último, para reemplazar los complementos de productividad tan denostados por el PP contra el anterior gobierno, pero que ahora, a diferencia de lo que ocurría antes, podrán ser consolidados en dos años, independientemente de las funciones que realicen.
El catálogo continúa: se pone en marcha el “Urbanet”, en principio una buena medida, pero que tampoco, que se sepa, ha cumplido ninguno de los trámites establecidos por la ley. Ya veremos en qué queda todo.

miércoles, 6 de julio de 2011

El cierre de GTV

Este gobierno municipal tiene mucha prisa por dejar en claro cuál es su orientación ideológica, dónde están sus intereses y cuáles son sus métodos. No es cuestión de descubrir ahora cada una de estas cuestiones porque son de todos bien conocidas: lo público es pecado capital; en lo segundo, privilegiar a los propios con una concesión televisiva que, aunque irregular, no tendrá ningún problema y, en lo tercero, la falta de clase demostrada en el momento del cierre, sin comunicación previa a los trabajadores, con desprecio total por las formas, pasando “a negro” la emisión para impedir que sus profesionales pudieran siquiera dar la noticia de la desaparición de la cadena.
Pero hay aún cosas más graves en la decisión del Alcalde Torró, como ignorar deliberadamente que si no existe el Consorcio Comarcal, es porque su partido se ocupó, desde la Generalitat, de bloquear el ingreso de Tavernes al mismo, o de que se iniciara una persecución contra Gandia TV mediante amenazas de cierre que nunca se han concretado en ningún expediente. Como de intentar hacernos creer ahora que el PP de Valencia podría actuar legalmente contra la televisión pública de Gandia controlada por su gobierno es, simplemente, sonrojante, ya que el gobierno valenciano no ha actuado contra ninguna de las TDT locales y autonómicas que incumplen la normativa (incluida Tele 7 Gandia). El otro argumento esgrimido, el del coste de la emisión, se antoja peregrino por dos motivos: porque, según asegura la oposición, el coste anual es la mitad de lo que el PP asegura y, como bien dice Josep Miquel Moya, si se considera que es preciso ajustarlo a la realidad actual, se hace y punto.
Y tampoco es poca cosa que “casualmente” Tele 7 Gandia reinicie sus emisiones suspendidas de manera ilegal, justo en el momento en que se corta la señal de la emisora pública. Una televisión privada cuya conexión con el Alcalde de Gandia es innegable tal y como se ha demostrado repetidamente en los últimos años y a cuyo frente está Pepe Codina, ligado empresarialmente a Torró desde hace tiempo y cuya última hazaña consistió en plagiar medios locales por lo que tiene pendiente un proceso en el Juzgado de Guardia de Gandia.
Y además, sobre todo, por la insensibilidad demostrada ante los casi 30 profesionales que trabajan allí y cuyo futuro laboral es, como poco, difícil. Ni siquiera se ha tenido a bien una reunión con ellos y, cuando lo han conseguido finalmente, el portavoz del Gobierno y Consejero Delegado de la empresa, Víctor Soler, les ha dicho que el Ayuntamiento no piensa pagar sus despidos y nada más.
Tal cúmulo de despropósitos, falsedades y malas formas sólo hacen pensar lo peor: se han buscado excusas para acabar con 23 años de televisión local, 13 de ellos como emisora pública. La pregunta es: ¿Quién sale ganando?

jueves, 30 de junio de 2011

¿Justicia?

Quince juzgados, nada menos, son los que se pierde la Comunidad Valenciana tras su renuncia explícita a ponerlos en marcha tras el acuerdo del Consejo de Ministros. Entre ellos, el número 6 de Gandia que se queda sin posibilidades de funcionar, debido a que el Gobierno Valenciano no tiene presupuesto para ponerlo en marcha.
Mientras tanto, el nuevo Conseller de Justicia, en vez de explicar algo más convincente, arguye que el “Ministerio de Justicia nos ha querido tender una trampa”, y “aquí lo que hace falta son más jueces, no más juzgados”.
O sea, que da igual, si no hay infraestructuras, ni medios, ni siquiera tóner para las impresoras, o papel para los trámites, lo que de verdad faltan son jueces para hacer una labor que se antoja por lo pronto como muy difícil, si ni siquiera se dispone de un lugar decente para desarrollar su trabajo.
Los juzgados de Gandia, como denunciaron hace tiempo la propia junta de jueces y los sindicatos de trabajadores, están desbordados de trabajo, apilando expedientes en los pasillos, faltos de personal y en condiciones más que precarias en algunos casos.
Y es que, además, la crisis ha tenido como consecuencia un aumento exponencial de causas relacionadas con asuntos civiles (hipotecarios, impagos, etc) que han triplicado los asuntos que deben atender en muchos de los casos con el mismo personal de hace años, y con los mismos, si no menos, medios materiales.
Este es el panorama que se ofrece a los ciudadanos, mientras se intenta echar balones fuera, con un supuesto desacuerdo entre administraciones. Y es que hay ser claro: la ley dice que los juzgados se crean por orden del Ministerio de Justicia, tras una evaluación de sus necesidades, y que son las Comunidades Autónomas quienes deben dotarlos de medios humanos y materiales para su funcionamiento. Pues bien, en este caso el Estado ha cumplido con su papel, y el Gobierno Camps quien ha renunciado a ponerlos en marcha, por lo que el Ministerio publicaba esta semana una orden anulando la creación de estos juzgados.
Con esta administración de justicia no parece que se cumpla ni por aproximación el derecho constitucional a disponer de un servicio gratuito, eficiente e igualitario para todos.
Mientras tanto, en Gandia, jueces y funcionarios pueden afanarse mucho en trabajo que, aunque lo quieran, no van a poder destrabar una situación que se está haciendo cada día más lamentable para el ciudadano.
Baste recordar que no hace mucho en Gandia, dos usuarios tuvieron que pagar de su bolsillo un cartucho de tóner para que se les pudiera extender una copia de un certificado de nacimiento. Y así nos va.

miércoles, 22 de junio de 2011

Roís de Corella

El flamante gobierno municipal de Gandia ha encontrado una fórmula particular para crear un problema allí donde no lo había y, de paso, ofrecer una solución que se antoja -como poco- absolutamente fuera de lugar. Se trata de la serie de declaraciones en torno al complejo deportivo de Roís de Corella, que han ido desde el cierre del mismo, a la “transformación” y “nuevos modelos” que se han propuesto, de manera calculadamente ambigua para liquidar lo que a todas luces es una de las mejores iniciativas de servicios al ciudadano en mucho tiempo en esta ciudad.
Y todo porque al menos al portavoz del gobierno, Víctor Soler, le parece que este centro, en lo tocante a las actividades de “fitness”, “hace competencia desleal a gimnasios privados de la ciudad” o “porque el Ayuntamiento no está para subvencionar el ocio, ni lo lúdico”. En todo caso el PP, hace meses se había quejado de las tarifas que se cobraban en el centro, inferiores a las que aplican los gimnasios privados, sin que por ello, por ejemplo, se cuestione buena parte del “ocio” público que puedan significar las actividades del Polideportivo Municipal que para el caso es exactamente igual en su concepción de servicio público subvencionado.
De aquellas manifestaciones se ha pasado ahora a decir que “es mentira que se piense cerrar el centro, “mientras se agrega la coletilla de que se la va a dar un “uso social”, o como se dijo hace semanas, convertirlo en un centro para pensionistas y jubilados y dedicado a la atención de personas con problemas de movilidad en exclusiva. Es decir, una forma como cualquier otra de acabar con el modelo.
Pero este, al parecer, es un tema bastante más complejo que todo eso y que va desde su actual concepción, de gestión pública directa, a la intención de privatizarla, tal y como se propone para las Escoletes Municipals. Por lo pronto ya se le ha dado la carta de fin de contrato a todo el personal, señalando el próximo 30 de junio como fecha del cese, a la vez que se intenta negociar su continuidad “por tres o cuatro meses más”. Es decir, se está a la espera de que finalizada la temporada estival, los casi 4.000 asociados de todas las disciplinas no tengan oportunidad ni capacidad para hacer sentir su voz como lo están haciendo ahora en las redes sociales.
La preocupación no es baladí, porque soluciones hay muchas sin tener que afectar los intereses de ningún sector, pero lo bien cierto es que precisamente parece este ser el caso: los negocios privados que nunca han tenido tantos usuarios como poseen estas instalaciones, muchos del cuales, la gran mayoría no han pisado otro gimnasio en su vida.
Por lo demás haría bien este gobierno en dialogar con los usuarios y profesionales del centro (que lo son por haber aprobado una oposición) y dejarse de inventos raros para proteger a intereses privados. Roís de Corella

miércoles, 15 de junio de 2011

Disputas de izquierda

Una vez constituidos los ayuntamientos, salta a la vista que en el caso de la izquierda ha dejado escapar varias corporaciones por la falta de acuerdo entre formaciones de ese sector ideológico, otorgándole la gobernación al PP.
Y en ese sentido, el caso más llamativo por su importancia es el de Oliva, donde las diferencias entre PSOE y Bloc le han dado el gobierno en minoría a María Consuelo Escrivá, del PP, un detalle que no es nimio, más bien al contrario. Con una suma de 11 concejales entre ambos partidos, obtenían una cómoda mayoría absoluta para hacer frente a los cuatro años de legislatura. No ha podio ser porque, hay que decirlo claro, ni unos ni otros han querido ponerse de acuerdo: las negociaciones, más que tal cosa, han sido intercambios de cartas públicas y avisos a través de los medios, una señal que -de entrada- daba cuenta de la escasa voluntad existente entre las partes de alcanzar puntos en común.
Lo que ya suena extraño, y chirría a todas luces, es que Enric Morera, máximo dirigente del Bloc, diga que “allí donde se han hecho políticas de derechas por parte del PSOE, o se ha atentado contra el territorio no es posible alcanzar acuerdos”. Un detalle por su parte que se aclare la postura: no parece que sea el caso de Oliva donde sin duda, han primado más los desencuentros personales entre dirigentes de ambos partidos que el peso de la responsabilidad política.
Y ese, lamentablemente, parece ser el denominador común de varios casos más como Xeraco o Bellreguard, donde las ofertas -como en Oliva- de compartir la alcaldía durante los cuatro años, no sirvieron para llegar a acuerdos. Cuestiones personales enquistadas desde hace tiempo -y puede exhibirse un largo catálogo de ello- han provocado que finalmente el PP se haga con la vara de alcaldías donde la mayoría es sensiblemente de izquierdas.
No es el caso de Tavernes donde un tripartito compuesto por Bloc, PSOE y EU le ha quitado al PP la alcaldía de la tercera ciudad de la comarca, pese a las dudas y diferencias internas de Esquerra Unida, mantenidas hasta último momento.
Sea como fuere, se abre ahora en estos pueblos y ciudades una nueva etapa, donde tal vez la tarea conjunta en la oposición pueda, con el tiempo, poner las cosas en su sitio y en ese caso, acercar posturas que ahora mismo parecen irreconciliables, con la duda de si serán capaces de llegar a acuerdos para promover mociones de censura o bien, pasar juntos estos cuatro años en una disputa estéril.
El PP ha logrado todas esas alcaldías en buena lid, porque para ello ha ganado las elecciones, pero el ejemplo de la izquierda no ha sido el mejor de los posibles.

jueves, 9 de junio de 2011

Nuevo gobierno

Este sábado asume el nuevo gobierno municipal de Gandia que, por primera vez en su historia reciente, estará a cargo del Partido Popular y, además, en mayoría absoluta, tras 28 años de gobiernos del PSOE en minoría o con pactos de legislatura. El cambio es doblemente importante, toda vez que el PP no necesitará de ningún consenso (si no quiere) para afrontar esta legislatura en los próximos cuatro años, y porque en sí mismo constituye toda una novedad para la ciudad apreciar las formas del gobierno que encabezará Arturo Torró.
Tal vez, por ahora, no valga demasiado la pena hacer memoria de las promesas electorales formuladas por el ganador de las elecciones ya que primero habrá que dejarle un tiempo de aclimatación al complejo mundo administrativo y político municipal. Aunque, claro está, llegará el momento de que empiece a desarrollar su trabajo en función de la realidad que se encuentre, pasada por el tamiz ideológico del conservadurismo que rige al nuevo gobierno. Será entonces cuando habrá que empezar a medir no sólo sus intenciones, sino sus hechos.
Mientras tanto y, ya casi compuesto en su totalidad, el nuevo gobierno de Torró parece asentarse en por lo menos tres pilares fundamentales: Carla Ripoll, Guillermo Barber y Víctor Soler, que ejercerán las principales áreas de gestión tanto administrativa como política de esta nueva etapa. Pero no deja de ser una novedad que el Alcalde se reserve para sí la gestión directa de tres áreas de importancia: Urbanismo y Ordenación Territorial, Seguridad Ciudadana y Movilidad y, Turismo, lo cual supone una descomunal concentración de responsabilidades cuyo objeto y motivo no están del todo claros, no al menos no se sepa quienes serán definitivamente las personas que le secunden en cada una de esas áreas.
Tampoco es menor la importancia que tendrá el actual concejal Javier Reig, quien en la transición ya está sirviendo como guía de la organización municipal a sus propios compañeros, y que está llamado a ocupar un importante cargo de asesoramiento en el plano administrativo y legal.
Sea como fuere, el próximo lunes a las 8 de la mañana, cuando abra sus puertas la casa consistorial y todos sus servicios conexos, empezará una nueva etapa para este gobierno, para la oposición -en la cual estará por primera vez en décadas el PSOE- y para la ciudad.
Es de esperar que la ciudad no se detenga, que continúe su marcha y su modernización, su fuerza y su modelo de convivencia ejemplar. Existen condicionantes, claro, pero más allá de ellos nadie entendería que el modelo se rompiera por razones ideológicas.
Depende de todos, pero sobre todo del nuevo gobierno municipal.

jueves, 2 de junio de 2011

Escoletes y 15-M

Este domingo, los indignados que ocupan tantas y tantas plazas de toda España decidirán si continúan -en el caso de Gandia por ejemplo- con su manifestación pacífica en reclamo de modificaciones sustanciales a la situación imperante, lo que no es poca cosa dadas las circunstancias.
Tal vez podría ponerse en cuestión lo que los acampados quieren, y con ellos todos quienes les acompañan cada atardecer en la plaza del Ayuntamiento, pero lo que está claro es que saben muy bien que es lo que no quieren: un sistema donde la crisis no la pagan quienes la provocaron, donde se “socializa” el desastre y se “privatizan” los beneficios, frente a una clase política que tampoco sabe muy bien qué hacer frente a acontecimientos que parecen haber superado todas sus previsiones y conocimientos, cuando poderes que no ha elegido nadie y que imponen sus propias reglas de juego -siempre en su favor, claro- además de otras connotaciones que hacen más profunda la desesperanza en que viven amplias capas de la sociedad.
Y en medio de todo esto, el movimiento de “Democracia Real ya” ha puesto a circular en Gandia un primer manifiesto que apunta a una oposición real y concreta a los anuncios programáticos del nuevo gobierno municipal que asumirá el próximo 11 de junio, sobre una “externalización” de los servicios de Escoletes Infantils en la ciudad. Un modelo que mal que bien puede considerarse pionero en media España por la posibilidad que ha dado de contar con tal tipo de enseñanza pública a la inmensa mayoría de la población.
Es verdad que lo de “externalización” puede que no sea sólo un eufemismo, sino la plasmación de un modelo educativo que tanto la Generalitat Valenciana como otros gobiernos autonómicos y locales del PP están llevando a cabo allí donde pueden.
Por eso resulta evidente que una manifestación tan clara de intenciones por parte de los “indignados” de la Safor, sea todo un símbolo de lo que no se quiere, por los riesgos de desintegración y disparidad social que implica y, por lo tanto, significará el primer reto -que se sepa- del nuevo gobierno municipal que sin asumir aún sus responsabilidades, se enfrenta a esta primera advertencia social que pretende reunir firmas para hacer imposible el propósito anunciado por el PP de Gandia.
Falta poco para saberlo pero, aún así, otros signos de duda se alzan en el horizonte, y es que el anuncio del Conseller Font de Mora que quiere eliminar de un plumazo la equivalencia del valenciano frente al castellano y al inglés, dejando las tres lenguas en un 33% obligatorio, no hace más que echar más leña al fuego del ya fustigado sistema educativo de la Comunidad Valenciana.

jueves, 26 de mayo de 2011

Razones

Los números cantan: el castigo a la gestión de la crisis por parte de Zapatero y el PSOE, le han dado al PP de Gandia y a su candidato, Arturo Torró, la primera mayoría absoluta que se registra en la capital de la Safor.
Y es que ha habido un importante movimiento de rechazo a la situación que se ha sustanciado en unos resultados inimaginables apenas unos días antes, incluso para los ganadores. Basta echar un vistazo al mapa electoral de la Comunidad Valenciana o al de España para caer en cuenta que lo que ha funcionado ha sido una especie de ¡basta ya!, que ha favorecido claramente a la alternativa más definida de los gobiernos socialistas. Sin embargo, el crecimiento de la izquierda nacionalista o más aún, “Compromís”, en Gandia no ha tenido el mismo resultado: al Bloc le han faltado 400 votos para obtener un tercer concejal, que podría haber dejado la victoria del PP en 12 ediles. Plataforma se ha hundido y ha cedido más de la mitad de sus votos al PP, de donde los recogió en 2007.
A vuela pluma, este es el panorama de la situación actual, tiempo habrá para que cada uno busque las razones de su éxito o su fracaso, superados los momentos lógicos de euforia o depresión según sea el caso.
Ahora, Gandia será gobernada por primera vez por un partido que no necesitará de nadie más para desarrollar su programa electoral y su acción política, por lo que al PP y al futuro alcalde, Arturo Torró, habrá que pedirles una cuota extra de voluntad de consenso en los asuntos fundamentales de la ciudad y en aquellos que (aunque escasos para los ayuntamientos) competen a las políticas sociales, entre otras como las culturales. Y ha de hacerlo no sólo con las otras fuerzas políticas, que a juzgar por sus primeras declaraciones, están dispuestas a ello, sino con la sociedad toda en una Gandia que es, con diferencia, una ciudad integrada, moderna y poco conflictiva.
A juzgar por las primeras palabras del ya casi nuevo alcalde (“gobernaré para quienes nos han votado y los que no, para “blaus, rojos i grocs”) esa idea subyace en su intención. Mientras al PSOE le queda la dura tarea de pasar a la oposición después de 28 años encabezando el gobierno municipal y, además, hacer un análisis profundo de las causas de la derrota, ya que puede caerse en la tentación de asumir que la única razón está en las políticas nacionales erráticas y erradas que le han llevado a este punto. También existen elementos locales: José Manuel Orengo, pese a su enorme esfuerzo por modernizar esta ciudad y dejarle a su sucesor unas infraestructuras y servicios envidiables, deberá pensar que lo que ahora le corresponde es liderar una transición en su partido para hacer mucho más próxima a los ciudadanos su oferta.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Y el domingo, a votar

Ya sólo quedan dos días para las elecciones municipales y, en el final de esta campaña, todo está lo suficientemente abierto más allá de lo que digan las encuestas publicadas estos días. Cuando hablamos de estos trabajos, nos referimos, obviamente a los realizados por institutos serios y reconocidos, como es el caso de ODEC para este semanario u Opina, para Radio Gandia SER, y no a otros que, supuestamente, aparecen como tales en momentos tan propicios como estos sirviendo a propósitos electorales de quien hace posible su publicación, además de las dudas ciertas de su existencia real.
Sea como fuere, ambas encuestas han apuntado a resultados muy similares, con las lógicas diferencias del momento del trabajo de campo y de cuestiones metodológicas de cada una de las empresas especializadas. Esos resultados hablan de una estabilidad del voto actual en la ciudad, en general, con el particular interrogante de Plataforma de Gandia formación que ya nos tiene acostumbrados a las sorpresas electorales por encima de las encuestas.
De todos modos queda poco para saber si el comportamiento del electorado es el que apuntan estos estudios o habrá un vuelco de campaña a raíz de dos cuestiones clave: la abstención y los indecisos, cuando estamos ante una cita electoral que, por el momento en que llega, el comportamiento de ambos sectores puede ser fundamental.
Aún así, habrá que decir que esta ha sido una campaña polarizada entre PSOE y PP con dificultades para que otros partidos más pequeños se hicieran lugar en la agenda política, aunque el Bloc y Plataforma parecen haber conseguido sus objetivos de lidiar con los dos grandes.
Este domingo, Gandia va a elegir entre la continuación de un modelo de ciudad que ha dado un vuelco importante a la capital de la Safor, o bien otro modelo basado en no se sabe bien qué a estar por las contradictorias consignas electorales del principal partido de la oposición.
Pero este domingo también elegirá entre dos liderazgos muy definidos encabezados por José Manuel Orengo y Arturo Torró, a la vez que decidirá sobre qué partidos (Bloc, Plataforma por ejemplo) harán de fiel de la balanza llegado el momento y dada la tradicional ausencia de mayorías absolutas en todas las elecciones habidas hasta ahora.
El panorama se completa con hasta diez partidos, algunos de los cuales manifiestan una presencia testimonial mientras que otros, como GIVAL y EU, aspiran a volver al consistorio gandiense.
Las cartas están echadas y, por tanto, ya nada queda por hacer. Sólo esperar al domingo por la noche y ver qué ha decidido la ciudad con su voto.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Faltan 16 días

Cuando este número llegue a los lectores, la campaña electoral llevará unas horas de vida y con ella, la recta final de la oferta de los partidos a la búsqueda del voto que asegure sus objetivos políticos y estratégicos.
Sea, como fuere, instalados ya en la vorágine de las propuestas, los actos, las denuncias, las respuestas, se hará muy difícil, a partir de ahora discernir entre el maremágnum aquello que de verdad importa al ciudadano.
Esto es lo que hay y, mientras tanto, “Gente de la Safor” inicia la publicación de la tercera encuesta realizada por la empresa gandiense ODEC, por encargo de esta semanario, acerca de las cuestiones políticas que más interesan.
Empezamos con los pactos (reales o supuestos, presentes y futuribles) según la opinión de los 400 encuestados que se sometieron a las entrevistas realizadas entre los pasados 12 y 16 de abril, en Gandia.
Y lo primero que salta a la vista, por ejemplo, es que la valoración del pacto de gobierno entre PSOE y Plataforma, tiene una aceptación del 45% de los encuestados, mientras lo ven negativo, en sus diversos grados, un 38% de los entrevistados. El dato, es obvio, tiene una mayor aceptación entre los votantes socialistas, con un 74% y de Plataforma, con un 66%, mientras el rechazo mayoritario se produce entre las filas del PP (60,1%) y Bloc (60%).
En tanto, un hipotético pacto de futuro entre el PP y el Bloc, del que tanto se ha hablado, y desmentido, en estas pasadas semanas encuentra una aceptación del 32% y un rechazo de casi el 49%. Los datos son curiosos, y hay que leer la “letra pequeña” de las respuestas, dado que por ejemplo, los votantes del PP y del Bloc son quienes mejor lo valoran aunque sean minoría (36,7% y 36,8% respectivamente). La oposición al mismo, sin embargo, sería de un 50,6% en el caso de los votantes populares y del 58,3% de los votantes nacionalistas). Todo ello, en el marco hipotético planteado por el portavoz del PP que no ha ocultado su intención de hacerlo posible llegado el caso de una derrota electoral y que la matemática saliente se lo permitiera, claro está.
La semana próxima será el momento de publicar intención de voto a candidaturas y la valoración de los líderes políticos, en realidad el meollo del estudio, y en la última semana de campaña, habrán otros aspectos de la encuesta también muy interesantes como la valoración de la labor del gobierno y la oposición.
Así las cosas, será este el último estudio que publicaremos antes de las elecciones, como un servicio más a nuestros lectores, en el ámbito de una competencia que se antoja, en principio, muy disputada.

jueves, 28 de abril de 2011

Faltan 23 días

Y apenas seis para el inicio de la campaña electoral que desembocará el próximo 22 de mayo en las elecciones municipales. De todos modos, la intensidad de la precampaña es sensiblemente menor a la de otros años, tal vez producto de la normativa electoral que ha limitado en grado sumo la posibilidad de “colar” actos y propagandas que no estén debidamente justificados.
De modo que, seguramente, habrá concentración de mensajes en el período de quince días donde los partidos podrán pedir abiertamente el voto a los ciudadanos. Por lo pronto, será interesante ver, por ejemplo, cómo resuelven las televisiones locales la obligatoriedad de emitir informativos proporcionales a la representatividad de los partidos, así como los respectivos espacios electorales gratuitos. En todo caso, tal programación deberá ser conocida de antemano por la Junta Electoral de Zona a los efectos de mantener un control sobre la equidad del tratamiento informativo a cada partido registrado para estas elecciones, recordando que sólo en Gandia son diez formaciones políticas.
Sea como fuere, queda por ver en este periodo uno de los elementos clave de toda campaña electoral, el que mejor permite al ciudadano hacerse una idea de cuáles son las propuestas de los partidos: los programas electorales, esos instrumentos que luego son presentados de manera resumida por los medios de comunicación y que los candidatos suelen mostrar para ilustrar sus proyectos. Y es que existen casos de partidos que llegan a las elecciones publicitando apenas tres o cuatro de sus propuestas más o menos interesantes, sin hacer ni una sola mención más al resto de cuestiones que interesan a la ciudad.
Estamos pues, a las puertas del mayor acontecimiento político de la democracia que se nos presenta cada cuatro años: las elecciones municipales que junto con las autonómicas, definen los gobiernos más próximos a los ciudadanos, lo que no es poca cosa.
En esa línea, “Gente de la Safor” ofrecerá la próxima semana, una encuesta elaborada por ODEC sobre intención de voto, la valoración de líderes y un dato interesante: los pactos pre y post electorales en opinión de la ciudadanía encuestada. En el meridiano de la campaña electoral, publicaremos un completo número especial sobre las elecciones municipales en Gandia y comarca.
Y es que, frente a las elecciones, nada mejor que la información que ayude a conocer mejor las propuestas que se plantean a la ciudadanía. Y en eso estamos.

martes, 19 de abril de 2011

Quo vadis Torró?

Al líder del PP de Gandia le da igual todo, haga lo que haga, para conseguir unos votos que le ayuden en la cruzada que se ha montado para el 22 de mayo próximo. Lo más esperpéntico de su actuación, por preocupante para cualquier ciudadano habituado a los vaivenes de la política y de la democracia, ha sido el “fichaje estrella” en el número 15 de la lista popular, Lara Ramírez, cuyo pedigrí político consiste en haber sido encausada por la agresión a una concejal del Bloc de L’Alqueria de la Comtessa durante los actos del “Correllengua” de hace dos años, siendo como era hasta entonces Presidenta Local del Grup d’Acció Valencianista, una fuerza de choque fascistoide al servicio de la causa más recalcitrantemente “blavera” de nuestra sociedad.
Nadie se explica qué persigue Torró, porque si algo está claro es que buena parte de la sociedad gandiense huye como del agua hirviente de los extremismos políticos y, no cabe duda, que Torró acaba de poner en su lista (en una designación que consta no ha sido propuesta por nadie más que por él) a alguien que no se distingue por haber seguido una trayectoria política de moderación, más bien al contrario.
Tal vez, tanto su incorporación como la de Chimo Canet, ex de la ya formalmente extinta Unión Valenciana, persiga la ilusoria idea de que así se da la imagen de integración del “valencianismo político” y de paso “machacar” a Gival y Coalición Valenciana, que le dieron calabazas a su intención de integración.
Pero hacer eso, y a la vez insistir ante sus interlocutores en que tiene un pacto preelectoral con el Bloc, mientras que a la vez se le ofrece a García Sentandreu (según afirma éste), la política cultural de la ciudad cuando éste rechaza hasta las normas de la AVL, acordadas por el PP de Zaplana y fuente actual de la política lingüística, no dejaría de ser una broma de mal gusto si no fuera porque se aprecia en ello los bandazos propios de una incoherencia política galopante.
Pero, es más, hay quien sostiene que ha sido el propio Torró quien, desbordado por sus propias invenciones, decidió dar el paso “para acallar los rumores de un pacto con el Bloc”, que él mismo había lanzado desde hace meses y que ha ratificado en la ya famosa conversación -desvelada por este semanario- con García Sentandreu.
Mal asunto para Torró, incapaz ahora mismo de neutralizar los palos que le están cayendo por cuenta de su flamante fichaje y tan brillante jugada que amenaza con tirar por la borda la ya escasa credibilidad que despierta entre el electorado. Basta tan sólo mirar las encuestas que, con insistente cabezonería, le dan como el líder político peor valorado de la ciudad.
Y no es –como él dice- que no le conozcan tanto como al Alcalde, en un intento de ocultar su propio fracaso como candidato, sino que -cuando le valoran- es porque, precisamente, cada día le conocen mejor.

jueves, 7 de abril de 2011

Faltan 44 días

A estas alturas de la precampaña electoral, qué duda cabe que todo está centrándose en el PP de Gandia, por varias razones.
La primera, el cierre de su lista que será anunciada este viernes en su totalidad en un acto donde se hará visible con toda su significación, la incorporación de los críticos de Plataforma de Gandia cuyo representante en puesto de salida es Toni Abad, una tercera, que se producía al cierre de esta edición, con el anuncio del ingreso de Ximo Canet, a la candidatura popular, en una controvertida convocatoria hecha en nombre de Coalición Valenciana - Gival, cuyo resultado está por verse. Y una cuarta, la denuncia realizada por el PSOE de que Torró compartía intereses con su ex número dos, Lola Moncho, en un solar del polígono de Sanxo Llop, hasta días antes de hacer efectiva la venta del mismo. Una situación que se solucionó transfiriendo en diciembre de 2009 la titularidad de la empresa propietaria, Expansión y Más S.L., a Miguel Pérez Casanovas quien en realidad ejerce desde hace muchos años como contable de las empresas de Torró.
Tras las explicaciones del portavoz popular que aseguró que “nada hay de ilegal en el asunto” y que “hace muchos años que no tengo nada que ver con esa empresa” (en realidad, poco más de uno y medio) se hace necesario profundizar en el asunto porque aunque Torró tenga razón en lo de la legalidad, no es menos cierto que no ha dicho la verdad sobre la cuestión por lo que deja un flanco abierto a imaginar otras cosas.
Lo del vuelco de los ex miembros de Plataforma también exige una explicación, más allá de la libertad de cada uno para optar por lo que más convenga y -al parecer- en política más, porque desde el comienzo de la crisis del partido de Fernando Mut, éste señaló siempre al PP como instigador de la misma con un acuerdo previo con los críticos.
Y más cosas, como ejemplo, que de los miembros conocidos de su lista hasta ahora al menos dos (Abad y Andrés Puig) están trabajando en el Ayuntamiento de Gandia con contratos eventuales de personal de confianza del Gobierno Municipal. Tal vez ahora Torró se replantee sus permanentes críticas a la contratación de personal de este tipo, como también no pueda ocultar que ya lleva propuestos cuatro cargos de alto nivel no electos para el caso que gane las elecciones. Eso sí: la campaña hoy por hoy, gira en torno suyo. El precio, es otra cosa.

jueves, 31 de marzo de 2011

Inauguraciones

Apretado por el calendario electoral, como sucede en media España, el Gobierno Municipal de Gandia ha puesto punto y final este pasado fin de semana a algunas de las obras pendientes más importantes de la ciudad.
La reforma del cauce del Serpis, financiada íntegramente por la Confederación Hidrográfica del Júcar, es la obra más impactante por todo lo que implica en lo estético con la recuperación de la ribera del río y en lo operativo, pues el encauzamiento realizado supone alejar sensiblemente la posibilidad de riadas en la capital de la Safor.
Junto a esa obra, la de la Universidad Popular Infantil, para el PSOE, significa el cumplimiento de una de sus ofertas estrella del programa electoral 2007, y su funcionamiento será toda una experiencia a tener en cuenta en el inmediato futuro, toda vez que presenta una modalidad de educación no reglada que pretende hacer compatibles los horarios familiares y laborales.
La Escoleta de “Les Alqueries” viene a poner punto final a una oferta educativa infantil que ha hecho de Gandia la ciudad valenciana con una mayor dedicación pública este tema, con la puesta en marcha de una red de centros similares difícilmente equiparable por otras ciudades del entorno o por la propia Valencia ciudad, donde la ratio de oferta pública de educación infantil está muy por debajo de la que ahora mismo tiene la capital de la Safor.
Otra infraestructura cultural añadida a la ya importante red, es la Biblioteca de Benipeixcar - Raval, que entraba en servicio la pasada semana, añadiéndose así a un entramado que difícilmente se podría haber imaginado hace unos años.
Con esto, se cierra prácticamente un círculo de inversiones, muchas de ellas realizadas con el sólo esfuerzo municipal, que podrá disfrutarse a partir de ahora mismo por los ciudadanos y, lo que es también importante, los equipamientos de la ciudad han ganado en cantidad y esperemos que en calidad de los servicios ofrecidos.
Otra cosa es que ese esfuerzo haya tenido como contracara, el evidente endeudamiento de las arcas municipales, cosa que puede darse por buena si -como se ve- el resultado es satisfactorio.
Por lo demás en el balance del gobierno municipal quedan algunos proyectos varados por la falta de financiación o por la redacción de los mismos, pero esa es otra cuestión. Como ya estamos en pre-campaña electoral, unos y otros se encargarán de hacer balance sobre lo actuado y serán los ciudadanos quienes juzguen el 22 de mayo.
Sea como fuere, ahí están las obras y ahora falta que el Ayuntamiento las ponga al alcance de los vecinos y éstos, las aprovechen.

jueves, 24 de marzo de 2011

Faltan 58 días

A menos de dos meses para las elecciones municipales, la precampaña entra en su momento álgido, aunque las limitaciones impuestas por la ley electoral la harán particular: no se podrán hacer inauguraciones ni puestas de primeras piedras desde este lunes 28 de marzo... aunque sí se podrán hacer visitas oficiales a obras y servicios. Tampoco habrá lugar para poner publicidad tanto en medios como en espacios públicos, salvo que sean convocatorias a actos, con lo que bastará convocar un mitin para colar el mensaje publicitario correspondiente. Y así con todo, hasta el inicio de la campaña electoral, más complicado si cabe aún con la normativa que se ha aprobado con el acuerdo de PSOE y PP, en el sentido de que ya no sólo serán las emisoras de radio y tv públicas las que tendrán que sujetarse en la información electoral a la proporcionalidad que marque la Junta Electoral.
Esta última generará problemas a buen seguro, entre los medios privados de televisión (que esta vez sí podrán incluir publicidad electoral), porque el criterio de proporcionalidad no es precisamente un método informativo fiable: no importará tanto lo que pase en cada partido, independientemente de su importancia informativa, sino cómo se informará acerca de ese hipotético hecho. En fin, si no hay más enmiendas como las últimas hechas a prisas y carreras, asistiremos a una carrera electoral muy particular. En todo caso, al cierre de esta edición se esperaba que la Junta Electoral aclarara mediante una resolución previa, el alcance de la nueva norma con el objeto de evitar más problemas que los que habitualmente genera una campaña electoral y que no son pocos.
Pues bien, lo que dice la ley es esto: las emisoras de televisión “deberán respetar también los principios de proporcionalidad y neutralidad informativa en los debates y entrevistas electorales así como en la información relativa a la campaña electoral”.
Ahora, la Junta desarrolla la idea y sostiene que la información “deberá responder de forma prevalente a los resultados obtenidos por cada formación política en las últimas elecciones equivalentes, sin que dicho criterio impida proporcionar información sobre aquellas candidaturas que no se presentaron o no obtuvieron representación en las últimas elecciones”.
O sea, los criterios periodísticos, para otra oportunidad. También alcanzará la restricción a los debates, porque asegura que “en el caso de celebrar debates entre los principales candidatos, deberá emitir otros debates bilaterales o plurilaterales, o proporcionar información suficiente y adecuada sobre los demás candidatos que también hayan conseguido representación en las últimas elecciones equivalentes”.
Esta última cuestión, sin embargo, da por fin respuesta a los permanentes reproches de las formaciones minoritarias excluidas de este tipo de programas. Ya veremos en que queda todo.

jueves, 17 de marzo de 2011

La deuda

Que los ayuntamientos no están pasando por sus mejores horas es un hecho cada vez más presente, toda vez que la crisis ha secado buena parte de sus fuentes de financiación, merced a un modelo que se ha demostrado insostenible en tanto y en cuanto deben asumir competencias que no les corresponden y que no son complementadas por las administraciones autonómica y central.
La situación ha llegado a tal punto que hace pocos días un estudio de la propia Federación Española de Municipios y Provincias, demostraba que más del 30% de los servicios (y el consiguiente presupuesto) prestados por las administraciones locales no son de su obligación, lo que provoca que el gasto derivado de los mismos tenga que ser asumido exclusivamente por ellos, bajando automáticamente la calidad de otros que sí le son atribuibles.
Dicho de otro modo: tanto la administración autonómica como el Gobierno de España, -y mucho más el primero que el segundo- a lo largo de muchos años, han venido transfiriendo obligaciones a los municipios sin acompañar ese “trágala” de los respectivos fondos para asumirlas.
Pero este tema, con ser casi una reivindicación histórica, no ha llegado solo: la crisis ha provocado que muchos de los recortes decididos por el Estado afecten sólo a los municipios, mientras a las comunidades autónomas se les dejaba abierta la puerta para asumirlos, o no. Como es lógico pensar, el sacrificio pues lo soporta la administración local, la más próxima a los ciudadanos y, a la vez, la hermana pobre de todas las administraciones públicas.
El colmo, sin embargo, está llegando de la mano de la cuantiosa deuda que, por ejemplo en el caso de la Safor y más concretamente en Gandia, mantiene la Generalitat Valenciana: en el caso de la capital de la Safor, a la deuda con el Ayuntamiento, más de dos millones de euros, se suma ahora -según datos que ha contrastado esta publicación- una deuda de más de ¡nueve millones de euros! con la empresa pública municipal, derivados de otras tantas inversiones aprobadas en su día y que contaban con subvención tanto autonómica como estatal.
Se da el caso, por ejemplo, de la inversión hecha en la remodelación del Grupo Porta, que ha sido asumida íntegramente por el Ayuntamiento y que aún no ha visto llegar ni un euro de la subvención comprometida por la Generalitat y el estado Central, con un agravante superior aún: la Consellería ya ha cobrado del Gobierno Central, hace dos años, la parte que le correspondía de aportación y no es que no haya transferido su obligada aportación, es que tampoco ha trasladado lo que ya ha cobrado del gobierno central...

jueves, 10 de marzo de 2011

Faltan 71 días

Si se dice de otro modo, sólo son diez semanas las que quedan para que se celebren las elecciones municipales y autonómicas el próximo 22 de mayo. Es poco tiempo o mucho según se mire, aunque lo obvio es que no hay tiempo para hacer lo que ya no se ha planteado en cuatro años de legislatura, no sólo desde el punto de vista del gobierno sino también de la oposición o desde la posición de quienes aspiran a entrar en el consistorio gandiense.
Y, al respecto, son varias las preguntas que a día de hoy pueden plantearse con toda crudeza: ¿pasará factura la crisis al PSOE de Gandia? ¿Podrá el PP superar la mala imagen de su candidato? ¿Plataforma superará los problemas derivados de su crisis interna? ¿Está el Bloc en condiciones de crecer por la izquierda? y así hasta el infinito, habida cuenta de que a estas alturas son por lo menos 8 partidos los que ya anuncian su intención de concurrir a las elecciones. Además de los nombrados, Esquerra Unida que tratará de mejorar sus números tras la debacle de las anteriores elecciones, el GIVAL-Coalición Valenciana que esta misma semana tenía prevista anunciar su presencia en la cita de mayo, Nuevo Espacio Ciudadano, una nueva formación cuyo impacto está por determinar, y hasta España 2000, la ultraderecha, que advierte su intención de presentarse nuevamente en Gandia.
De todos modos, no hay que preocuparse demasiado por la proliferación de siglas, ya que en las últimas municipales de 2007 fueron 13 partidos los que presentaron su opción, todo un récord.
Sea como fuere, lo bien cierto es que todo gira en torno a la suerte que corran los partidos más tradicionales, y más fuertes, en el ámbito local. No todo, sin embargo, se centra en los dos grandes pues en buena medida depende de lo que suceda con Bloc y Plataforma lo que luego resulte como gobierno de la ciudad.
Y las cuentas no son fáciles de hacer: si bien se miran los resultados de 2007, la modificación del panorama político local no es sencilla a la luz de los nuevos acontecimientos.
Tampoco es que las encuestas hasta ahora conocidas lo aclaren demasiado: con márgenes de error cercanos a un 6%, no es que resulten del todo creíbles como tampoco las tremendas oscilaciones sufridas en apenas pocos días.
Y un dato más: la publicidad política estará prohibida desde el próximo 28 de marzo hasta el inicio de la campaña electoral por acuerdo nacional del PSOE y el PP, que han introducido esa modificación a la ley. Por lo tanto, habrá que aprestarse a una carrera donde ciertas reglas del juego han cambiado y es de esperar que lo que sea no tenga visos de juego sucio como ya se está viendo en algunos casos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

TV: censura y amiguismos

El Consell de la Generalitat Valenciana ha adjudicado definitivamente las licencias para emitir en TDT a dos empresas en el ámbito del concurso convocado al respecto hace meses. Las agraciadas, que ya lo eran de manera provisional, son Inversiones Especiales del Mediterráneo S.L. y Comarques Centrals TV S.L. , mientras se anula la adjudicación provisional a otra empresa por un recurso presentado por otro oferente.
Lo bien cierto es que Tele 7, pertenece a un “grupo inversor” desconocido, detrás del cual se encuentra el portavoz del PP Arturo Torró, que según sus propias manifestaciones “facilitó” la compra de la antigua emisora, en un rocambolesco negocio del que poco a poco van conociéndose más datos, como al parecer el supuesto impago a los anteriores propietarios de los pagarés que se entregaron para cerrar la operación.
En el otro caso, no ha sido menos sorpresivo que su titular ceda, antes de iniciar incluso las emisiones, sus derechos a otra empresa, Radio Gandia, sin que se sepa muy bien el mecanismo utilizado para ello, toda vez que la ley de telecomunicaciones es muy estricta al respecto. En todo caso, el problema será para el licenciatario que podría ser sancionado hasta con la retirada de la autorización si la propia Consellería tomara cartas en el asunto.
Sea como fuere, con todo, la buena noticia es que las tres televisiones locales, incluyendo en este grupo a la pública Gandia TV, han estado avanzando en un acuerdo para la explotación y gestión del múltiplex común, lo que facilitará en suma la recepción de las tres señales en todos los hogares de la comarca en las próximas semanas, a falta de la autorización final por parte del Ministerio de Industria que tiene la última palabra al respecto.
No osbtante, queda pendiente que la Generalitat Valenciana autorice de una vez por todas las emisiones de Gandia TV, ya que está obligada a ello por ley, y por ahora ha dejado en el cajón la amenaza de abrir un expediente a la emisora municipal mientras “olvidaba” al autor de las interferencias sufrida por esta cuando empezó sus emisiones en TDT.
Razones para la desconfianza existen: por más muestra, la persecusión a que se ha sometido a TV3 hasta lograr que sus promotores en la Comunidad se vean obligados a cerrar su emisiones tras recibir fuertes multas. Nada es casual, ni por imperativo de ley en este caso: satisfacer el anticatalanismo de parte de su electorado está detrás de un PP que, como el valenciano, está más preocupado por perseguir señales de televisión que en hacer transparente su gestión en el caso “Gurtel”, por ejemplo.
Y, para más datos, buena parte de las señales que emite Canal 9, sobre todo de su segunda y tercera cadenas, están también en la ilegalidad absoluta.

jueves, 17 de febrero de 2011

El gesto de García

La renuncia de Jesús García a la Presidencia de la Junta Local Fallera de Gandia para integrarse en la candidatura electoral del PSOE, representa uno de esos hechos que habrá de tenerse en cuenta a la hora de valorar las actitudes de las personas que se acercan a la política desde diversos colectivos sociales.
Y es que, sin estar obligado por ninguna ley, apartarse del cargo seguramente más importante de la sociedad civil de la ciudad representa un gesto que habrá que valorar en toda su amplitud.
Demasiadas veces se ha escuchado y escrito (aquí mismo lo hemos hecho) sobre la necesaria prescindencia que la política tiene que tener sobre los movimientos y organizaciones sociales, pero siempre desde la perspectiva del peligro de manipulación existente en esta relación. Y es que ha habido en la política local demasiados casos en que no ha estado claro el vínculo entre el ejercicio del poder o de oposición y algunas “correas de transmisión” en el ámbito social.
Siendo como es éste un límite tan difuso a veces salta a la vista que la medida adoptada por García no sólo le pone a él en un lugar destacado, sino que beneficia a la política y a las propias fallas de Gandia.
Para el flamante candidato (que deberá ser refrendado por una asamblea del PSOE el próximo 26 de febrero), la política no es una novedad, ya que fue concejal como independiente en la lista del Bloc en la legislatura 1999 -2003, cargo que compatibilizó con la Secretaría de la JLF, lo que en su día concitó algunas críticas.
Sea como fuere, la relevancia del cargo que deja, como del que ocupará a partir de la oficialización de las listas electorales han quedado esta vez a salvo de las invectivas políticas que en muchos casos, no se aplican a sí mismos cuando les toca. Por caso, el propio portavoz del PP, tan crítico ahora en estas cosas, no tuvo ningún empacho en ser candidato por su partido mientras mantenía la presidencia de la Federación de Comerciantes de Gandia.
Ahora se abre para el mundo de las fallas de Gandia, en plena recta final de las fiestas, un proceso que podría tornarse dificultoso y hasta conflictivo por su coincidencia con la precampaña electoral que estará en su apogeo entonces.
Dependerá en buena medida de los partidos políticos locales el no interferir en una cuestión que depende exclusivamente de las fallas de la ciudad.
Y en ese sentido, el gesto de Jesús García, resulta ejemplificante de lo que se pretende en la relación entre la política y el mundo asociativo: que se guarden las distancias necesarias entre una y otra actividad, aunque nadie puede dudar que todas las personas están en su derecho de apoyar una opción política, eso sí, sin subordinarse a ella desde puestos de representación.

jueves, 10 de febrero de 2011

Infantilismo político

El cese del concejal Javier Soldevila como miembro del gobierno municipal, paralelo al de su responsabilidad concreta en Participación Ciudadana, tras su separación de Plataforma de Gandia por decisión de la ejecutiva del partido, supone un paso, tal vez el penúltimo, en las diferencias que aquel mantiene con Fernando Mut, líder del partido.
Y lo bien cierto es que no se entiende del todo este divorcio a menos que no se apele a las diferencias personales, no sólo entre ambos, sino entre algunas de las personas que participaban del proyecto de PdG, una vez instalados en el gobierno municipal por su acuerdo con el PSOE.
Si esta es la explicación no habrá más remedio que tachar de cierto infantilismo político el comportamiento que ambos sectores han tenido en la gestión de su relación y en la propia crisis desatada tras el Congreso de Plataforma, donde al parecer se “laminó” a Soldevila y además se dijo que éste había renunciado a continuar en el partido, cosa que el interesado desmintió.
Sea como fuere, los pasos siguientes no han estado precisamente plagados de cordura: la comunicación oficial al Ayuntamiento de que Soldevila había sido apartado de Plataforma y la solicitud expresa de Mut de que aquel fuera separado del gobierno tenían su base en la denuncia penal presentada contra él por su anterior compañero de partido, (precisamente por la documentación presentada para separarlo de PdG) por lo que la coexistencia de ambos en el seno del gobierno se hacía imposible.
Y ésto es lo que viene a decir la resolución de la Alcaldía que cesa a Soldevila, que ha acabado acusando de chantaje a Mut y dejarse chantajear a Orengo, “tal vez por unos cientos de votos”.
Eso sí, ha dicho también que de ahora en más, “haré valer cualquier opción política que considere interesante” respecto a su futuro. Lo que para algunos precipitó la situación son las denuncias que en su día refirió Mut, sobre quién estaba detrás de los problemas con Soldevila, en clara alusión al PP, cuyo silencio al respecto de la crisis llama poderosamente la atención.
No obstante, el gobierno municipal se queda con la mayoría absoluta justa para gestionar de aquí a junio, cuando se inicie la nueva legislatura tras las elecciones. El gran interrogante ahora mismo es deducir cuál va a ser el derrotero del concejal no adscrito que, seguramente, se verá en los próximos plenarios municipales y en el trabajo en comisiones.
Y, claro está, en la listas electorales que se harán públicas a finales de este mismo mes.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Vecinos y política

La situación por la que atraviesa la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gandia se ha vuelto insostenible, toda vez que a los colectivos que promueven la moción de censura se suman críticas contra la presidencia por parte de otras asociaciones que no están de acuerdo en las formas para desplazar a Delfina Pellicer, pero si en el fondo.
La negativa de la Presidenta a dimitir o a dar curso a la moción presentada por ocho asociaciones ha puesto en el disparadero ya no sólo al cargo que ostenta sino a toda la federación lo que no es ninguna ventaja para el movimiento vecinal de la ciudad. Al contrario, los hechos producen ahora mismo una cierta esterilidad del colectivo aunque, todo hay que decirlo, en la base del conflicto está no sólo la actitud de Pellicer, sino el interés político por desestabilizar el ente.
Y es que, en presencia de una campaña electoral que será muy dura, todo vale para utilizar como plataforma política a la búsqueda de resultados. En ese sentido, nadie ignora que algunos de los dirigentes vecinales que promueven la moción responden a la órbita de los intereses del PP que, una vez más, busca en este tipo de movimientos obtener el control de la Federación para utilizarla como base de crítica al gobierno de la ciudad.
Y es que la cuestión promovida por algún despechado dirigente que no obtuvo satisfacción a sus expectativas políticas en otro partido, hoy se ha convertido en el ejecutor de la política que se marca desde el grupo municipal popular.
Pero, tampoco hay que engañarse, buena parte de la dirigencia de las asociaciones está teñida de algún color político lo que en sí no es condenable, sino sólo cuando se actúa como correa de transmisión de la estrategia de algún partido, dejando de lado las más legítimas reivindicaciones vecinales o bien utilizándolas como ariete partidario.
Sea como fuere, la crisis debe resolverse cuanto antes so pena de poner al movimiento asociativo en una encrucijada de difícil solución y en este sentido se ha de pedir responsabilidad a los políticos pero mucha más aún a los propios dirigentes del sector, causantes por acción u omisión del profundo descrédito en que se está sumiendo a la Federación AA VV.
A decir verdad, tampoco es que el problema pueda afectar al tejido vecinal de Gandia, habida cuenta de que algunas asociaciones son apenas un poco más que sus propios dirigentes, algunos de ellos ansiosos por dar satisfacción a sus jefes o, lo que es más evidente, a la búsqueda de un lugar bajo el sol de las listas electorales.
Y así no se puede seguir: no bastan las cartas de participación ciudadana ni las ayudas municipales como políticas que enmarquen el movimiento ciudadano. En realidad hace falta que la política les deje en paz y los vecinos sean de verad inependientes de los partidos. Difícil asunto.

jueves, 27 de enero de 2011

Las listas

La presentación, hace dos semanas de la lista completa de la candidatura del Bloc-Verds para las próximas elecciones municipales en Gandia, ha puesto el listón de salida a la carrera electoral, que culminará el próximo 22 de mayo.
Contra todo pronóstico, han sido los nacionalistas quienes han abierto la disputa con una anticipación poco habitual y ello obedece más que nada a una razón fundamental: ocupar la atención mediática antes de que entre en juego los grandes partidos que acaban absorbiendo gran parte del protagonismo informativo.
Dicho esto, el panorama en el resto de formaciones es un poco más relajado: el PP designará su Comité Electoral local la próxima semana, mientras que el PSOE prevé hacerlo en un par de semanas. Plataforma, por su parte, se prepara para formar ese cuerpo este lunes próximo, pero no espera dar a conocer su lista hasta abril, según señalaba su líder Fernando Mut.
En el caso del PP las cosas son más complicadas que la mera elección de quienes deben diseñar la candidatura: deben esperar a que el candidato a Presidente de la Generalitat sea elegido por el partido, para recién después comenzar oficialmente a elegir los cargos locales en cascada. La cuestión estriba en que la confirmación oficial de Camps no llega y que a última hora de este miércoles se supo que el Juez Josep Flors, del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, da por cerradas las investigaciones del presunto delito de cohecho impropio y que ello significa que habrá resolución en el sentido de convocar a una nueva vista oral, en las próximas semanas, si no prosperan los recursos que, a buen seguro, presentará la defensa del Presidente de la Generalitat.
Si esto es así, la ratificación de Camps puede demorarse aún bastante por lo que las listas locales sufrirían un retraso considerable, una desventaja en cualquier caso.
Por su parte, el PSOE, ha decidido retrasar quince días respecto a lo que era habitual su plazo de presentación de listas por lo que a finales de febrero realmente se conocerá la integración de la misma.
El resto de partidos que piensan presentar candidatura no han avanzado gran cosa a día de hoy, y salvo Esquerra Unida que ya dispone de candidato a la alcaldía, no parece que haya mayor interés por anticipar esas listas, ya que los plazos judiciales para hacerlo se extienden hasta mediados de abril.
Pero, como quiera que sea, el “runrún” de ofertas y cábalas de ocupantes de las listas ya ha comenzado, será cuestión de esperar un poco más, porque pese a todo, la carrera está lanzada.

jueves, 20 de enero de 2011

El Ave vuela... hacia Gandia

La noticia de esta edición FITUR, no es otra que la llegada del AVE a Gandia a partir del próximo mes de abril para Semana Santa y, posteriormente, la continuidad del servicio en el puente de mayo y los fines de semana de verano.
Que Gandia sea la primera ciudad de sus características en la Comunidad Valenciana en haber obtenido la posibilidad de lograr el servicio de RENFE más moderno y puntero constituye en si mismo un hecho relevante y que además esto sea producto de una negociación mantenida en secreto durante meses por el Ayuntamiento de Gandia con el Ministerio de Fomento, posibilitando así su concreción, lejos de los lógicos celos que tal acuerdo implica por parte de otras ciudades competidoras es, cuando menos, un paso de gigante en la conexión de la capital de la Safor con la capital de España.
Efectivamente, desde el punto de vista turístico y de negocio, la noticia constituye un paso delante de gran importancia, pero mucho más lo es desde el punto de vista de la situación estratégica de la ciudad: contar con un servicio de AVE, aunque se trate del 250, el único capaz de circular sobre vías de cercanías, es ya un punto de partida para empresas de superior grado.
Por esto, se comprende el ánimo con que los empresarios desplazados a Madrid para la reunión decisiva sea tan alto y, a la vez, tan responsable cuando admiten que ahora será tarea suya la promoción de ofertas de viaje, ocio y negocio que hagan atractivo el punto de destino AVE Gandia, situado ahora a tres horas escasas de Madrid.
Pero, por esa misma razón no se entiende que el portavoz del principal partido de la oposición, Arturo Torró, haya denostado la idea llegando al punto de decir que “los empresarios no se atreven a discutirle al Alcalde”. Por lo demás, Torró recibió la respuesta del portavoz del PSOE, Alfred Boix, que resumía la postura del PP de Gandia señalando que “cuando hay una mala noticia para Gandia, como las prospecciones, se alegran y cuando hay una buena como esta del AVE, intentan tirarla por tierra.”
Sea como fuere, la solución es la mejor de las posibles a día de hoy. Otra cosa es que alguien se ponga seriamente a planificar (y disponer de cientos de millones de euros) para dotar a Gandia de un AVE 300.
Pero en todo caso, eso se lo tendrá que ganar la ciudad. Y allí estaremos todos, o… casi.

jueves, 13 de enero de 2011

Pacto por Gandia

El acuerdo alcanzado por las fuerzas políticas locales representadas en el consistorio acerca de temas de ciudad como son la ordenanza de ocupación de la vía pública, la protección del marjal y el rechazo a las prospecciones petrolíferas en la costa, marcan un paso decidido hacia una forma de hacer política lamentablemente perdida en Gandia hace muchos años.
Sea como fuere, por ejemplo, el PP ha podido sacar adelante su idea de cambiar la normativa de mesas en aceras y calles por parte de bares y cafeterías, como forma de contrarrestar los efectos de la nueva ley del tabaco.
Por otra parte, la protección del marjal del municipio, gravemente amenazado no hace mucho por la presión urbanística, supone cuando menos no una mera declaración de intenciones sino un avance claro en la salvaguarda de un espacio vital para el medio ambiente.
Finalmente, las prospecciones petrolíferas, del cual se ha conocido esta misma semana una nueva solicitud cuyo impacto, de ser autorizada, se sumaría a la ya otorgada hace dos semanas, es al menos una de esas cuestiones que avanzan sobre decisiones no siempre bien meditadas por parte del gobierno central y que ponen en entredicho el modelo de futuro.
Y aún más, que la firma de tal acuerdo se haya producido en presencias de actores sociales y económicos relevantes, a través del Consejo de Participación Ciudadana, implica a su vez una especie de unanimidad que, bien entendida, puede dar sus frutos en el momento más adecuado.
Lo es, básicamente, porque en los últimos tiempos la norma había sido el enfrentamiento, el “y tú mas”, la contraposición no ya de modelos ni ideologías, sino el de la simple negación de los argumentos del contrario por la vía -más de una vez- de la descalificación.
Dicho esto, cabe esperar que el ejemplo cunda y, aunque estemos ya inmersos en la precampaña electoral, que desembocará en las elección de mayo, es cuando menos recomendable que tal acuerdo pudiera extenderse a otros temas no menos importantes para el futuro inmediato de la ciudad.
Sea como fuere, el ejemplo es válido para subrayar aquello de “cuando se quiere, se puede”, con lo que se hace obvio que la ciudadanía agradecerá el gesto a la espera de que los mencionados puntos comunes se trasladen del papel a los hechos en el más corto plazo posible.
Una buena noticia y un buen ejemplo, desgraciadamente no muy frecuente en los tiempos que corren.

martes, 4 de enero de 2011

Sacar petróleo

La autorización otorgada por el gobierno central para el inicio de prospecciones petrolíferas en el litoral mediterráneo frente a las costas de Gandia ( a 30 millas mar adentro) ha suscitado no pocos rechazos entre la clase política local y la propia sociedad. Es verdad, el actual modelo productivo del capitalismo consumista basado en los hidrocarburos parece ser el único guión al que se atienen las multinacionales y ¡ay! los gobiernos por muy de izquierdas que se proclamen estos.
Otra cosa es que el debate no abarque otras cuestiones tan fundamentales como petróleo sí o petróleo no, o más bien, petróleo sí, pero que el coste de su exploración y explotación lo paguen otros y, si es posible, cuanto más pobres mejor. Planteada así, la hipocresía de tal postura se demuestra de inmediato: la sociedad opulenta en la que vivimos (por mucha crisis que nos azote) necesita del petróleo para sobrevivir pero no sacándolo de nuestra costa.
Nadie ignora que la sola mención de unas prospección puede afectar a uno de los principales recursos económicos de estas comarcas supuestamente afectadas, como la Safor, como es el turismo y de ahí que se sucedan los rechazos públicos a tales propósitos, aunque poco se pueda hacer ya para impedir los estudios una vez autorizados.
Otra cosa es que, como ya ha sucedido en Columbretes, frente las costas de Castellón, verdadero santuario de la naturaleza, la cosa acabara sin pena ni gloria, es decir con unas prospecciones que no dieron ningún resultado pero donde tampoco se denunció daño alguno al medio marino. Esa autorización, por cierto, que si fue efectiva de la mano del gobierno de José María Aznar y por el que no se rompieron la vestiduras ni Francisco Camps, ni Rita Barberá... ni Arturo Torró, hoy intentando liderar una vez más una irresponsable campaña (como la de 2007) donde aparecían las playas de Gandia cubiertas de chapapote y peces en descomposición.
Ahora bien, que sea el propio Alcalde de la ciudad, José Manuel Orengo, quien ahora se ponga al frente de la postura anti exploración, exige al menos que a la hora de pedir unanimidad a la Generalitat Valenciana le recuerde al PP valenciano su silencio escandaloso en aquella oportunidad de autorizar las prospecciones de Castellón. Porque eso, al menos, daría cierta coherencia al discurso público de los políticos, tan maltraído en estos tiempos.
Y es que no basta con oponerse, que también, sino que además hay que explicar por qué, ya que sólo desde la pedagogía política se evita la demagogia, uno de los principales cánceres de nuestra democracia y razón profunda del desapego de los ciudadanos a la clase política.
Esperamos pues, esa acción por parte de nuestros políticos de uno y otro signo, porque de lo contrario con manifiestos y manifestaciones no se va a ninguna parte, ni siquiera a ganar votos.