jueves, 13 de enero de 2011

Pacto por Gandia

El acuerdo alcanzado por las fuerzas políticas locales representadas en el consistorio acerca de temas de ciudad como son la ordenanza de ocupación de la vía pública, la protección del marjal y el rechazo a las prospecciones petrolíferas en la costa, marcan un paso decidido hacia una forma de hacer política lamentablemente perdida en Gandia hace muchos años.
Sea como fuere, por ejemplo, el PP ha podido sacar adelante su idea de cambiar la normativa de mesas en aceras y calles por parte de bares y cafeterías, como forma de contrarrestar los efectos de la nueva ley del tabaco.
Por otra parte, la protección del marjal del municipio, gravemente amenazado no hace mucho por la presión urbanística, supone cuando menos no una mera declaración de intenciones sino un avance claro en la salvaguarda de un espacio vital para el medio ambiente.
Finalmente, las prospecciones petrolíferas, del cual se ha conocido esta misma semana una nueva solicitud cuyo impacto, de ser autorizada, se sumaría a la ya otorgada hace dos semanas, es al menos una de esas cuestiones que avanzan sobre decisiones no siempre bien meditadas por parte del gobierno central y que ponen en entredicho el modelo de futuro.
Y aún más, que la firma de tal acuerdo se haya producido en presencias de actores sociales y económicos relevantes, a través del Consejo de Participación Ciudadana, implica a su vez una especie de unanimidad que, bien entendida, puede dar sus frutos en el momento más adecuado.
Lo es, básicamente, porque en los últimos tiempos la norma había sido el enfrentamiento, el “y tú mas”, la contraposición no ya de modelos ni ideologías, sino el de la simple negación de los argumentos del contrario por la vía -más de una vez- de la descalificación.
Dicho esto, cabe esperar que el ejemplo cunda y, aunque estemos ya inmersos en la precampaña electoral, que desembocará en las elección de mayo, es cuando menos recomendable que tal acuerdo pudiera extenderse a otros temas no menos importantes para el futuro inmediato de la ciudad.
Sea como fuere, el ejemplo es válido para subrayar aquello de “cuando se quiere, se puede”, con lo que se hace obvio que la ciudadanía agradecerá el gesto a la espera de que los mencionados puntos comunes se trasladen del papel a los hechos en el más corto plazo posible.
Una buena noticia y un buen ejemplo, desgraciadamente no muy frecuente en los tiempos que corren.

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