martes, 19 de abril de 2011

Quo vadis Torró?

Al líder del PP de Gandia le da igual todo, haga lo que haga, para conseguir unos votos que le ayuden en la cruzada que se ha montado para el 22 de mayo próximo. Lo más esperpéntico de su actuación, por preocupante para cualquier ciudadano habituado a los vaivenes de la política y de la democracia, ha sido el “fichaje estrella” en el número 15 de la lista popular, Lara Ramírez, cuyo pedigrí político consiste en haber sido encausada por la agresión a una concejal del Bloc de L’Alqueria de la Comtessa durante los actos del “Correllengua” de hace dos años, siendo como era hasta entonces Presidenta Local del Grup d’Acció Valencianista, una fuerza de choque fascistoide al servicio de la causa más recalcitrantemente “blavera” de nuestra sociedad.
Nadie se explica qué persigue Torró, porque si algo está claro es que buena parte de la sociedad gandiense huye como del agua hirviente de los extremismos políticos y, no cabe duda, que Torró acaba de poner en su lista (en una designación que consta no ha sido propuesta por nadie más que por él) a alguien que no se distingue por haber seguido una trayectoria política de moderación, más bien al contrario.
Tal vez, tanto su incorporación como la de Chimo Canet, ex de la ya formalmente extinta Unión Valenciana, persiga la ilusoria idea de que así se da la imagen de integración del “valencianismo político” y de paso “machacar” a Gival y Coalición Valenciana, que le dieron calabazas a su intención de integración.
Pero hacer eso, y a la vez insistir ante sus interlocutores en que tiene un pacto preelectoral con el Bloc, mientras que a la vez se le ofrece a García Sentandreu (según afirma éste), la política cultural de la ciudad cuando éste rechaza hasta las normas de la AVL, acordadas por el PP de Zaplana y fuente actual de la política lingüística, no dejaría de ser una broma de mal gusto si no fuera porque se aprecia en ello los bandazos propios de una incoherencia política galopante.
Pero, es más, hay quien sostiene que ha sido el propio Torró quien, desbordado por sus propias invenciones, decidió dar el paso “para acallar los rumores de un pacto con el Bloc”, que él mismo había lanzado desde hace meses y que ha ratificado en la ya famosa conversación -desvelada por este semanario- con García Sentandreu.
Mal asunto para Torró, incapaz ahora mismo de neutralizar los palos que le están cayendo por cuenta de su flamante fichaje y tan brillante jugada que amenaza con tirar por la borda la ya escasa credibilidad que despierta entre el electorado. Basta tan sólo mirar las encuestas que, con insistente cabezonería, le dan como el líder político peor valorado de la ciudad.
Y no es –como él dice- que no le conozcan tanto como al Alcalde, en un intento de ocultar su propio fracaso como candidato, sino que -cuando le valoran- es porque, precisamente, cada día le conocen mejor.

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