martes, 4 de enero de 2011

Sacar petróleo

La autorización otorgada por el gobierno central para el inicio de prospecciones petrolíferas en el litoral mediterráneo frente a las costas de Gandia ( a 30 millas mar adentro) ha suscitado no pocos rechazos entre la clase política local y la propia sociedad. Es verdad, el actual modelo productivo del capitalismo consumista basado en los hidrocarburos parece ser el único guión al que se atienen las multinacionales y ¡ay! los gobiernos por muy de izquierdas que se proclamen estos.
Otra cosa es que el debate no abarque otras cuestiones tan fundamentales como petróleo sí o petróleo no, o más bien, petróleo sí, pero que el coste de su exploración y explotación lo paguen otros y, si es posible, cuanto más pobres mejor. Planteada así, la hipocresía de tal postura se demuestra de inmediato: la sociedad opulenta en la que vivimos (por mucha crisis que nos azote) necesita del petróleo para sobrevivir pero no sacándolo de nuestra costa.
Nadie ignora que la sola mención de unas prospección puede afectar a uno de los principales recursos económicos de estas comarcas supuestamente afectadas, como la Safor, como es el turismo y de ahí que se sucedan los rechazos públicos a tales propósitos, aunque poco se pueda hacer ya para impedir los estudios una vez autorizados.
Otra cosa es que, como ya ha sucedido en Columbretes, frente las costas de Castellón, verdadero santuario de la naturaleza, la cosa acabara sin pena ni gloria, es decir con unas prospecciones que no dieron ningún resultado pero donde tampoco se denunció daño alguno al medio marino. Esa autorización, por cierto, que si fue efectiva de la mano del gobierno de José María Aznar y por el que no se rompieron la vestiduras ni Francisco Camps, ni Rita Barberá... ni Arturo Torró, hoy intentando liderar una vez más una irresponsable campaña (como la de 2007) donde aparecían las playas de Gandia cubiertas de chapapote y peces en descomposición.
Ahora bien, que sea el propio Alcalde de la ciudad, José Manuel Orengo, quien ahora se ponga al frente de la postura anti exploración, exige al menos que a la hora de pedir unanimidad a la Generalitat Valenciana le recuerde al PP valenciano su silencio escandaloso en aquella oportunidad de autorizar las prospecciones de Castellón. Porque eso, al menos, daría cierta coherencia al discurso público de los políticos, tan maltraído en estos tiempos.
Y es que no basta con oponerse, que también, sino que además hay que explicar por qué, ya que sólo desde la pedagogía política se evita la demagogia, uno de los principales cánceres de nuestra democracia y razón profunda del desapego de los ciudadanos a la clase política.
Esperamos pues, esa acción por parte de nuestros políticos de uno y otro signo, porque de lo contrario con manifiestos y manifestaciones no se va a ninguna parte, ni siquiera a ganar votos.

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