jueves, 26 de mayo de 2011

Razones

Los números cantan: el castigo a la gestión de la crisis por parte de Zapatero y el PSOE, le han dado al PP de Gandia y a su candidato, Arturo Torró, la primera mayoría absoluta que se registra en la capital de la Safor.
Y es que ha habido un importante movimiento de rechazo a la situación que se ha sustanciado en unos resultados inimaginables apenas unos días antes, incluso para los ganadores. Basta echar un vistazo al mapa electoral de la Comunidad Valenciana o al de España para caer en cuenta que lo que ha funcionado ha sido una especie de ¡basta ya!, que ha favorecido claramente a la alternativa más definida de los gobiernos socialistas. Sin embargo, el crecimiento de la izquierda nacionalista o más aún, “Compromís”, en Gandia no ha tenido el mismo resultado: al Bloc le han faltado 400 votos para obtener un tercer concejal, que podría haber dejado la victoria del PP en 12 ediles. Plataforma se ha hundido y ha cedido más de la mitad de sus votos al PP, de donde los recogió en 2007.
A vuela pluma, este es el panorama de la situación actual, tiempo habrá para que cada uno busque las razones de su éxito o su fracaso, superados los momentos lógicos de euforia o depresión según sea el caso.
Ahora, Gandia será gobernada por primera vez por un partido que no necesitará de nadie más para desarrollar su programa electoral y su acción política, por lo que al PP y al futuro alcalde, Arturo Torró, habrá que pedirles una cuota extra de voluntad de consenso en los asuntos fundamentales de la ciudad y en aquellos que (aunque escasos para los ayuntamientos) competen a las políticas sociales, entre otras como las culturales. Y ha de hacerlo no sólo con las otras fuerzas políticas, que a juzgar por sus primeras declaraciones, están dispuestas a ello, sino con la sociedad toda en una Gandia que es, con diferencia, una ciudad integrada, moderna y poco conflictiva.
A juzgar por las primeras palabras del ya casi nuevo alcalde (“gobernaré para quienes nos han votado y los que no, para “blaus, rojos i grocs”) esa idea subyace en su intención. Mientras al PSOE le queda la dura tarea de pasar a la oposición después de 28 años encabezando el gobierno municipal y, además, hacer un análisis profundo de las causas de la derrota, ya que puede caerse en la tentación de asumir que la única razón está en las políticas nacionales erráticas y erradas que le han llevado a este punto. También existen elementos locales: José Manuel Orengo, pese a su enorme esfuerzo por modernizar esta ciudad y dejarle a su sucesor unas infraestructuras y servicios envidiables, deberá pensar que lo que ahora le corresponde es liderar una transición en su partido para hacer mucho más próxima a los ciudadanos su oferta.

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