miércoles, 15 de junio de 2011

Disputas de izquierda

Una vez constituidos los ayuntamientos, salta a la vista que en el caso de la izquierda ha dejado escapar varias corporaciones por la falta de acuerdo entre formaciones de ese sector ideológico, otorgándole la gobernación al PP.
Y en ese sentido, el caso más llamativo por su importancia es el de Oliva, donde las diferencias entre PSOE y Bloc le han dado el gobierno en minoría a María Consuelo Escrivá, del PP, un detalle que no es nimio, más bien al contrario. Con una suma de 11 concejales entre ambos partidos, obtenían una cómoda mayoría absoluta para hacer frente a los cuatro años de legislatura. No ha podio ser porque, hay que decirlo claro, ni unos ni otros han querido ponerse de acuerdo: las negociaciones, más que tal cosa, han sido intercambios de cartas públicas y avisos a través de los medios, una señal que -de entrada- daba cuenta de la escasa voluntad existente entre las partes de alcanzar puntos en común.
Lo que ya suena extraño, y chirría a todas luces, es que Enric Morera, máximo dirigente del Bloc, diga que “allí donde se han hecho políticas de derechas por parte del PSOE, o se ha atentado contra el territorio no es posible alcanzar acuerdos”. Un detalle por su parte que se aclare la postura: no parece que sea el caso de Oliva donde sin duda, han primado más los desencuentros personales entre dirigentes de ambos partidos que el peso de la responsabilidad política.
Y ese, lamentablemente, parece ser el denominador común de varios casos más como Xeraco o Bellreguard, donde las ofertas -como en Oliva- de compartir la alcaldía durante los cuatro años, no sirvieron para llegar a acuerdos. Cuestiones personales enquistadas desde hace tiempo -y puede exhibirse un largo catálogo de ello- han provocado que finalmente el PP se haga con la vara de alcaldías donde la mayoría es sensiblemente de izquierdas.
No es el caso de Tavernes donde un tripartito compuesto por Bloc, PSOE y EU le ha quitado al PP la alcaldía de la tercera ciudad de la comarca, pese a las dudas y diferencias internas de Esquerra Unida, mantenidas hasta último momento.
Sea como fuere, se abre ahora en estos pueblos y ciudades una nueva etapa, donde tal vez la tarea conjunta en la oposición pueda, con el tiempo, poner las cosas en su sitio y en ese caso, acercar posturas que ahora mismo parecen irreconciliables, con la duda de si serán capaces de llegar a acuerdos para promover mociones de censura o bien, pasar juntos estos cuatro años en una disputa estéril.
El PP ha logrado todas esas alcaldías en buena lid, porque para ello ha ganado las elecciones, pero el ejemplo de la izquierda no ha sido el mejor de los posibles.

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