jueves, 24 de marzo de 2011

Faltan 58 días

A menos de dos meses para las elecciones municipales, la precampaña entra en su momento álgido, aunque las limitaciones impuestas por la ley electoral la harán particular: no se podrán hacer inauguraciones ni puestas de primeras piedras desde este lunes 28 de marzo... aunque sí se podrán hacer visitas oficiales a obras y servicios. Tampoco habrá lugar para poner publicidad tanto en medios como en espacios públicos, salvo que sean convocatorias a actos, con lo que bastará convocar un mitin para colar el mensaje publicitario correspondiente. Y así con todo, hasta el inicio de la campaña electoral, más complicado si cabe aún con la normativa que se ha aprobado con el acuerdo de PSOE y PP, en el sentido de que ya no sólo serán las emisoras de radio y tv públicas las que tendrán que sujetarse en la información electoral a la proporcionalidad que marque la Junta Electoral.
Esta última generará problemas a buen seguro, entre los medios privados de televisión (que esta vez sí podrán incluir publicidad electoral), porque el criterio de proporcionalidad no es precisamente un método informativo fiable: no importará tanto lo que pase en cada partido, independientemente de su importancia informativa, sino cómo se informará acerca de ese hipotético hecho. En fin, si no hay más enmiendas como las últimas hechas a prisas y carreras, asistiremos a una carrera electoral muy particular. En todo caso, al cierre de esta edición se esperaba que la Junta Electoral aclarara mediante una resolución previa, el alcance de la nueva norma con el objeto de evitar más problemas que los que habitualmente genera una campaña electoral y que no son pocos.
Pues bien, lo que dice la ley es esto: las emisoras de televisión “deberán respetar también los principios de proporcionalidad y neutralidad informativa en los debates y entrevistas electorales así como en la información relativa a la campaña electoral”.
Ahora, la Junta desarrolla la idea y sostiene que la información “deberá responder de forma prevalente a los resultados obtenidos por cada formación política en las últimas elecciones equivalentes, sin que dicho criterio impida proporcionar información sobre aquellas candidaturas que no se presentaron o no obtuvieron representación en las últimas elecciones”.
O sea, los criterios periodísticos, para otra oportunidad. También alcanzará la restricción a los debates, porque asegura que “en el caso de celebrar debates entre los principales candidatos, deberá emitir otros debates bilaterales o plurilaterales, o proporcionar información suficiente y adecuada sobre los demás candidatos que también hayan conseguido representación en las últimas elecciones equivalentes”.
Esta última cuestión, sin embargo, da por fin respuesta a los permanentes reproches de las formaciones minoritarias excluidas de este tipo de programas. Ya veremos en que queda todo.

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