viernes, 31 de octubre de 2008

El caso Faus

El expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a 435 trabajadores de la factoría del Grupo Faus (actualmente Finsa Gandia) supone un duro golpe no sólo a los empleados, principalmente, sino a la economía de una comarca que ve como la crisis se está cebando en algunos de los sectores más representativos de la industria local.
Baste recordar al respecto lo sucedido con otro grupo de primera magnitud en la Safor, como es el de Carpema, Grupo Chova, que se encuentra inmerso también en una situación complicada desde que presentó un concurso de acreedores, anteriormente conocido como suspensión de pagos, sin que hasta el momento se haya definido su continuidad, afectando también a más de 150 trabajadores.
A todo esto, hay que pensar que sólo en estos dos casos, decenas de proveedores y pequeñas empresas prestadoras de distintos servicios vinculadas a la construcción están pasando por una difícil situación vinculada al cese de la actividad y a la falta de financiación de su evolución diaria.
Sin embargo, por lo que denuncia el comité de empresa del Grupo Faus, que ha rechazado la propuesta del ERE, se estaría ante una situación donde la empresa en realidad estaría justificando su salida de Gandia porque se está desviando producción a otros centros del grupo, como Teruel o Galicia, que cuentan con una mejor tecnología de producción mecanizada, lo que hace que sea más económico fabricar en esos centros que en las plantas de la Safor. Denuncia el sindicato CC OO, pues, una falta de inversión y modernización que ha hecho que, comparativamente, sea más rentable producir en aquellas fábricas algunas de las líneas de productos acabados.
Obviamente, más allá de lo que determine la Consellería de Trabajo y, en todo caso, el juzgado de lo laboral, la propuesta de la empresa (el despido escalonado de trajadores y una indemnización de 20 días por año trabajado -el mínimo que estipula ley- no representa la mejor de las soluciones para los trabajadores que han rechazado de plano la propuesta y hablan de presentar batalla ante lo que supone “un retroceso de 20 años en las condiciones de trabajo” de la empresa.
De todos modos, la crisis económica afecta ya de pleno al tejido productivo de una comarca que se ha distinguido históricamente, por su capacidad de generar riqueza en distintos sectores económicos. Lo bien cierto es que, a juzgar por los últimos datos conocidos del paro, a diferencia de otras crisis anteriores, ahora son todos los sectores los comprometidos por la caída violenta de la actividad económica.
Por esto y otras razones, el caso Faus, representa a las claras un pésimo síntoma de lo que ocurre y su verdaderas razones deben aclararse para evitar trasladar a la sociedad el mensaje de que esto puede ir a peor cada día.

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