viernes, 10 de octubre de 2008

A mejor

La feria y fiestas de Gandia 2008 se ha cerrado con un balance más que positivo, con una altísima participación popular en la calle, que es de lo que se trata, aunque su contra habían jugado factores como un recorte presupuestario que obligó a un día menos de fiesta.

Aún así, puede decirse que el objetivo quedó cubierto con creces, habida cuenta del éxito de todos y cada uno de los espectáculos abiertos al público en cada una de las zonas habilitadas, con especial participación en el eje central de la fiesta: el Paseo Germanías, la Plaza Escuelas Pías, el Prado, Plaza del Tirant, Casa de la Marquesa, Plaza Rei En Jaume que fueron el corazón de un impresionante desplazamiento permanente de público, atento a todo cuanto se le ofrecía, que era mucho y muy variado,
Por su parte, los conciertos del Instituto tuvieron eco dispar: llenazo de Miguel Bosé y media entrada para la “Quinta Estación”, un grupo que sin embargo, dio todo de sí en el escenario. El Teatro Serrano a su vez, registró entradas importantes con la zarzuela y el impresionante “Sevilla” de María Pagés, y algo menos en el caso de “Solarson”, un excelente montaje cubano.

Pero si algún sector destaca en particular de lo sucedido en feria, ha sido sin duda el de la Plaça Major, que saldó cada noche de actuaciones, dedicadas a la música retro, con llenos hasta la bandera.

Aún así, algunos peros habrá que poner a cuestiones tan importantes como el control de los precios que se cobraban en los locales de restauración del mercado medieval, excesivos bajo todo punto de vista por su relación calidad - precio, y los relativos a algunas de las atracciones de feria.

Se trata éste de un aspecto que se repite año a año y en el que algún responsable del gobierno debería poner orden, sobre todo en tiempos de crisis como los que corren.
Sea como fuere, la fiesta de Gandia va afianzando año a año un modelo que tiende a ser cada vez más un festival de artes y espectáculos que, con la llegada del otoño, cierra el largo periplo de fiestas populares veraniegas en toda la comarca. Y una vez más, la puesta en escena y el contenido, no han defraudado, al contrario.

Sin duda alguna, la fiesta da para muchos más análisis, tan variados como se quiera porque al fin y al cabo, “cada uno cuenta la feria según le va”. En este número, como siempre, un apretado resumen de lo que han sido cinco días de alegría, sin incidentes... y con buen tiempo, que ya era hora.

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