jueves, 30 de julio de 2009

El “tramsafor”

El anuncio por parte de un grupo de alcaldes de la comarca, de iniciar las gestiones para construir y explotar un servicio de tranvía entre Gandia y Oliva supone, más allá del sorpresivo anuncio, un verdadero órdago a la grande frente a la situación del malhadado proyecto del tren Gandia-Dénia que se arrastra en un erial de promesas incumplidas desde hace 15 años.
Por los detalles que se conocen oficialmente, el proyecto del tranvía, impulsado por los ayuntamientos y la Mancomunitat, podría “ver la luz” en 24 meses, lo que en román paladino significa que en unos 6 meses se estaría en condiciones de “dar inicio a las obras”. Para ello, obviamente, habría que superar dos grandes escollos: los trámites administrativos, bastante complejos en teoría, y la financiación.
Pues bien, en ambos casos podrían existir sorpresas mayúsculas en tanto y en cuanto las cosas parecen bastante avanzadas si se atiende a las fuentes consultadas por “Gente de la Safor” y de lo cual se anticipa información en este mismo número.
Por lo demás, es obvio que el anuncio del inicio de los trabajos, desde la constitución de un consorcio específico hasta la licitación de las obras, constituye en sí mismo un aviso a las dos administraciones que debieron resolver el problema del tren hace ya muchos años. Tal vez pueda interpretarse como una medida de presión clara a la administración autonómica y al Gobierno de España. O, antes bien, la toma de una decisión que acelere de una buena vez la resolución de un proyecto estratégico para las ciudades y pueblos concernidos.
Frente a esto, resalta la actitud del PP local, que se permite “despolitizar” según sus dirigentes, el asunto del tren Gandia-Dénia, convocando a la Alcaldesa de la capital de la Marina Baja, Anna Kringe, a su sede partidaria de Gandia para que desde allí critique la “actitud” de los alcaldes de Gandia y Oliva por no acudir a una reunión a la que supuestamente los había invitado por carta “hace semanas”.
Lo bien cierto es que la alcaldesa, que llegó al cargo hace poco más de un año gracias una moción de censura apoyada por un concejal tránsfuga, hasta ahora no había dicho nunca, “esta boca es mía” en torno a la historia del tren. Y, como en política las casualidades son inexistentes, lo bien cierto es que ni ella ni el PP promovieron ninguna recogida de firmas, ni “movilizaciones” mientras el proyecto fue exclusiva responsabilidad de la Generalitat Valenciana.
Desde hace dos semanas se supone que el proyecto ha pasado a poder del Ministerio de Fomento y entonces sí se ha apresurado a ponerse delante de la manifestación.
Dicho esto, lo que importa es que el tranvía o el tren lleguen cuanto antes. Lo demás es demagogia.

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