viernes, 16 de mayo de 2008

Obras

Antes de mediados de junio próximo, se iniciarán las obras de reforma de la Plaza Elíptica y del aparcamiento subterráneo de la zona, con el propósito de agregar más de 500 aparcamientos en dos plantas, conectados al actual parking de República Argentina y la recuperación de la zona de la plaza y sus calles adyacentes.

Se trata de una de las obras más complejas que se realizarán en el casco urbano de Gandia, a la vez que serán una piedra de toque importante en cuanto a la afección al tránsito rodado, pues en el sitio confluyen tres arterias clave para la circulación: República Argentina, Xeresa y Plus Ultra.

Sea como fuere, lo bien cierto es que si se cumplen las estimaciones y los anuncios, en pocas semanas se anunciarán la adecuación final de la Plaza del Prado y de la Plaza del Tirant, ambas sin afección a la circulación.

Pero según parece hay más: antes de fin de año podría convocarse el concurso licitación para la redacción del proyecto y ejecución de otro macro parking en la zona de Jardinet - Corea, la reforma de la fachada del Serpis y la continuación de las obras del paseo Germanías entre otras, lo que supone un paso adelante en el desarrollo de la ciudad, y a la vez -al poner todo esto en perspectiva- un cierto desafío a la coordinación de todo este entramado para evitar las molestias a los ciudadanos hasta allí donde se pueda.

Lo bien cierto es que algunas de estas obras son largamente reclamadas en la ciudad (como el caso de los aparcamientos) y que están llamadas a ser -una vez finalizadas- parte de la solución a algunos de los problemas más acuciantes como es el del tráfico y el aparcamiento.

Seguramente, como en todas las grandes obras, los imponderables van a jugar un papel determinante en los retrasos e inconvenientes que suelen presentarse. Ojalá sean los menos para que los cronogramas se cumplan adecuadamente y los obstáculos sean los menores.

Con todo, se avecinan nuevamente tiempos de especial atención a las obras por parte de todos, y en especial por parte de los vecinos que las tendrán más próximas. Y es lo que tiene esto del denominado progreso, que para que todo funcione es preciso que todos pongan su parte.

Ojalá el pésimo ejemplo de las obras del Paseo no se repita, porque -obviamente- la ciudadanía no lo aceptaría.

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