jueves, 23 de abril de 2009

El paro que no para

El paro en la comarca ha aumentado en lo que va de marzo de 2008 al mismo mes de este año, un 83%. El dato es ciertamente terrorífico, en tanto y en cuanto implica que por sectores el de servicios ha sido el más afectado, por encima inclusive de la construcción, lo que equivale a decir que la destrucción de puestos de trabajo se ha cebado en dos de los ámbitos más pujantes de la economía local.
Con todo, el ritmo de destrucción de empleo parece haber reducido su intensidad en el pasado mes de marzo en comparación a febrero aunque obviamente de este dato puedan hacerse lecturas tan diversas como que o bien el fenómeno está frenando o bien que hay sectores -como el urbanístico- que ya no dan más de sí y por lo tanto no se destruye empleo porque ya no queda mucho para verse afectado.
Aún así, habrá que creer que con la puesta en marcha de las obras del Plan Zapatero la lectura de los siguientes meses pueda llegar a ser más moderada, aunque el índice de empleo que pueda crearse superará los 1.400 puestos en toda la Safor, lo que equivaldría a neutralizar el paro que se genera en poco más de un mes.
Y es que la virulencia de la crisis continúa siendo muy alta, afectando al tejido empresarial comarcal de manera directa, sobre todo en lo relativo a pequeñas y medianas empresas sometidas a la tortura de la falta de financiación bancaria y a la cadena de impagados que está generándose simultáneamente.
Muchas de esas empresas, creadoras de más del 90 % de la riqueza de la economía local, están cayendo cada vez más en situaciones de insolvencia que hacen muy difícil si no imposible el acceso a esa financiación prometida, mientras que en realidad continúan siendo viables desde todo punto de vista.
Por esta razón, medidas como las adoptadas por el Ayuntamiento de Gandia, de compromiso de pronto pago pueden ser una herramienta más o menos eficaz en la actual situación si no fuera porque son una gota de tinta en el mar tormentoso en el que están navegando. El anuncio del ICO de que habilitará una línea de crédito para que los ayuntamientos puedan pagar sus deudas a proveedores cuanto antes puede ser también un buen elemento de ayuda, aunque obviamente, el sector público -con tener un importante peso en el global de la economía- no es el principal motor de ésta.
Sea como fuere, la dureza de la crisis se manifiesta con toda su crudeza en el empleo, y lo bien cierto es que mientras un conjunto de medidas fiscales y financieras no se manifiesten en su plenitud, poco habrá que rascar en el actual panorama.

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