viernes, 25 de abril de 2008

Más comercio

Arrecian las críticas y la polémica en torno al modelo comercial de la ciudad, una discusión a la que se ha agregado en los últimos días las informaciones que el Bloc ha puesto sobre la mesa respecto al cambio de situación de un área de 9.400 metros cuadrados en torno al nuevo hospital y que ahora quedará alineada a lo largo del bulevard que conectará la rotonda de Daimús con el centro de salud, formando la primera parte de la carretera del Grau.

Dicho esto, habrá que volver sobre el asunto porque algunos, como el PP, han tardado más de la cuenta en dar su opinión al respecto y, cuando lo ha hecho, ha sido cubriendo con un manto de insultos y descalificaciones al Alcalde de la ciudad, por lo que Torró entiende que es “una maniobra oscura” respecto a la instalación del centro comercial Apolo 3C, es decir la ciudad del transporte.

Dicho de otro modo, poca cosa de nuevos datos, y -sobre todo- una desmemoria de primer nivel en torno a cual fue la postura de ese partido a lo largo de todo el proceso urbanístico. No hubo otra que al apoyo sin fisuras a toda la tramitación que se hizo entonces y hasta ahora. Pretender que “la culpa” es sólo de uno, cuando se ha participado, si no activamente, al menos por aquiescencia, no le quita responsabilidad al Partido Popular en lo ocurrido, más allá de la valoración que merezca la resolución del tema.

Por lo demás, el Bloc ha seguido insistiendo en que “se han cambiado los acuerdos sobre la naturaleza de las implantaciones que debían darse en el sector”. Y aquí va la pregunta del millón: ¿Es posible, cuando la empresa promotora cuenta con la ley de su favor, obligarla a vender espacios comerciales sólo a determinado tipo de comercios? ¿Es que alguna vez se intentó? y si fue así, ¿no se estaría obrando al borde del quebrantamiento de la ley?.

Por lo demás, Fernando Mut agregó su opinión preguntándose si Gandia no se encontrará ya al borde de la saturación comercial. Y la respuesta es que, en algunos rubros comerciales, así es, que no quepa la menor duda. La contra cara es saber si esa potencia comercial continuará ejerciendo de polo de atracción para públicos venidos desde fuera de la comarca, o si los malos tiempos que corren pueden afectar la sobre oferta de la que algunos hablan y arrastrar al comercio tradicional.

Un comercio tradicional, todo sea dicho, cuyas principales ubicaciones están ya en manos de poderosas cadenas de franquicias. De cómo se resuelva el “mix” comercial de Gandia, depende en buena parte su futuro. De esto es lo que hay que hablar, lo demás es humo.

No hay comentarios: