martes, 22 de abril de 2008

Falsos méritos

Por fin algunas cosas empiezan a tener virtualidad: la cesión de suelo en Santa Anna para el Palacio de Justicia, el comienzo (al parecer definitivo) de las obras del Hospital Comarcal, el nuevo plan de impulso de la construcción de VPO como medida de promoción frente al parón inmobiliario, todas en definitiva cuestiones que apuntan a necesidades básicas de la ciudad.

Por fin algunas cosas empiezan a tener virtualidad: la cesión de suelo en Santa Anna para el Palacio de Justicia, el comienzo (al parecer definitivo) de las obras del Hospital Comarcal, el nuevo plan de impulso de la construcción de VPO como medida de promoción frente al parón inmobiliario, todas en definitiva cuestiones que apuntan a necesidades básicas de la ciudad.

Pero, mas allá de toda otra consideración, lo bien cierto es que no ha faltado cierto grado de polémica en el anuncio de las dos primeras realizaciones, con la disputa por parte del PP de la paternidad de ambos proyectos y la solución otorgada.

No es que se discuta, nadie lo ha hecho, el papel que le cabe a la Generalitat Valenciana en ambos casos, aunque también en parte le toque la cuota de crítica que corresponde por los retrasos habidos sobre todo en el tema del hospital.

De lo que se trata es de que un grupo municipal de nueva conformación, no sólo se atribuya ahora los méritos del asunto, sino que además intente tirar por tierra el trabajo que el gobierno municipal (el actual y el anterior) ha realizado en ambos asuntos. Parece cuando menos una osadía, atribuirse ahora medallas cuando en el caso del hospital, por ejemplo, los acuerdos Generalitat/Ayuntamiento vienen de lejos, así como el seguimiento de la gestión.

Y, en todo caso, alguna otra cosa es cierta, como que algunos de los problemas habidos en la tramitación de la urbanización de Santa Anna como del Hospital, vinieron por las interferencias creadas en su día por el propio grupo popular municipal, entonces liderado por Fernando Mut, hoy miembro del gobierno, pero sin olvidar que ese grupo lo formaban concejales como Inmaculada Bañuls y Javier Reig, hoy compañeros de ruta de Arturo Torró.

O sea, más allá de méritos y medallas de una partida de la cual no formaban parte ni el actual portavoz del PP de Gandia, ni gran parte de su actual grupo, lo único cierto y verdadero es que tanto Generalitat como Ayuntamiento han cumplido -bien que con retrasos y problemas- con la palabra empeñada.

Y no será con intentos de apropiación como los que se están observando, como de verdad se facilitará la colaboración y el entendimiento, más que necesarios, entre dos administraciones que están obligadas a resolver los problemas de los ciudadanos. Entorpecer esa relación no parece lo más inteligente ahora mismo, sobre todo cuando los hechos desmienten categóricamente las afirmaciones de quien intenta poner palos en las ruedas.

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